Los 90 aún tenían ese sabor a novedad en Chile, tras la salida de Augusto Pinochet del mando, sin embargo, las cuentas parecían lejos de estar saldadas. Los movimientos subversivos que habían logrado sobrevivir a la “mano dura”, comenzaron a hacerse sentir de nuevo, tras una pausa de casi 20 años.
En Chillán aún reverberaba el nombre de Gabriel Cortez Luna, asesinado por Carabineros en 1973 y entre los muchos nombres asociados a su detención ilegal, estaba el del suboficial Marqués Riquelme Echeverría, quien para fines de los 80 trabajaba en las oficinas de inteligencia de la dictadura militar.
El 18 de junio, a las 10.30 horas, aproximadamente, cuando conducía por la intersección de las calles Brasil y Ecuador, fue emboscado por desconocidos y acribillado. Le dispararon en la cabeza, pecho y abdomen causándole la muerte en el lugar. Poco o nada se dijo o se escribió sobre este caso y nadie pareciera haberlo tomado como el anuncio de algo mayor.
Sin embargo, el 1 de abril del año siguiente, en un modus operandi idéntico, fue asesinado en Santiago el senador Jaime Guzmán; y en septiembre de ese mismo año, secuestraron a Cristian Edwards.
“Y pasan los años y pareciera que no hemos aprendido nada”, dice Jorge Aguirre Hrepic, quien fue mayor de Carabineros, uno de los fundadores del Labocar, perito criminalista, criminólogo, observador en misiones de paz internacional de la ONU, profesor de Estado, instructor de tiro, negociador de rehenes, perito en análisis, balística, documentología, incendios, grafología, huellografía, armas y tiro, armas antiguas, tasador de armas y seguridad, telemática criminalística, entre otros estudios, que le valieron ser llamado a formar parte de los equipos de investigación del asesinato del coronel Gerardo Huber, el escape de los frentistas condenados por el crimen del senador Jaime Guzmán, la noventera polémica de drogas en el Congreso y los crudos abusos que involucraron a Colonia Dignidad.
Aguirre Hrepic desmitifica que Chillán sea una mera “casualidad” en los últimos hechos atribuidos por grupos que destruyeron infraestructura crítica en Valparaíso, el Biobío y, la línea férrea de Fepasa en el puente Confluencia.
Casos como las explosiones en la Plaza de Armas, en dependencias de la Gobernación, en el Obispado de Chillán y en tramos de la línea férrea de la entonces Provincia de Ñuble, parecieron ser las antesalas de entrenamiento para actos similares pero de mayor magnitud que se sucedieron en el país a principio de los 90.
El experto, en conversación con La Discusión, comienza diciendo que para él no cabe duda de que se está ante actos de terrorismo, porque “se ataca infraestructura crítica como transporte de personas, productos o insumos industriales, en este caso es madera destinada a la producción. Cuando esto se hace desde el frente interno, se llama sabotaje, cuando es del frente externo, es terrorismo”.
La palabra “terrorismo” ya no es tabú para el Gobierno. De hecho, tras el incendio de una escuela rural de la comuna de Victoria (La Araucanía) que se atribuyó la CAM, el Gobierno del Presidente Boric se abrió por primera vez a considerar que esos actos eran derechamente, terrorismo. Sin embargo, el escenario seguía siendo la zona de conflicto mapuche.
Sin embargo, Aguirre Hrepic explica que en el caso de Confluencia, “a carga explosiva que utilizaron, más allá del ruido que describen los testigos y que siempre en las noches se siente mucho mayor, era una carga muy reducida y eso quiere decir que buscaba un objetivo muy focalizado.
“Ellos no quisieron hacer más daño del que hicieron, no quisieron botar el puente y, eso es lo que indica que estaban experimentando porque se trata de personas que no estaban acostumbradas a poner bombas, son personas que están recién aprendiendo, están probando la intensidad de los explosivos, por lo tanto se están preparando para un atentado mayor”, sostuvo.
Y luego, advierte que “no tengo la menor duda que esto va ir en aumento, por lo que yo le recomiendo a la gente de Ñuble que vayan cuidando su infraestructura, que cuiden el tren nuevo o incluso el centro invernal que tienen en las Termas, porque acá, a diferencia de lo que quieren los movimientos mapuches, estos grupos anarquistas apuntan a lo que ellos llaman la infraestructura del capitalismo”.
¿Por qué en Ñuble?
Jorge Aguirre Hrepic, analiza las condiciones de seguridad que ofrece Ñuble tanto para defenderse, prevenir o investigar ataques terroristas.
Sin embargo pide partir por un análisis político y sostiene que “aquí hay una negación por efervescencia política e ideológica y por eso en Chile no hay leyes antiterroristas, no hay leyes que castiguen las conductas terroristas de las personas, por eso, le añadieron como requisitos el que tenían que tener una jefatura, un fin ideológico; y ahora, precisamente, estamos en presencia de todo eso: el anarquismo, en todas su variantes es una ideología, el punto es que aquí, por primera vez asoma un anarquismo rural que no afecta las estructuras urbanas”.
Y en la Región de Ñuble, apunta que se creó un GOPE en Carabineros, pero no pensando en este tipo de atentados, por lo que “no tiene una unidad que pueda llegar rápido, en helicóptero y mucho menos disparando, como en todos los otros países que sí cuentan con estos grupos de protección”.
Por eso, plantea que para estos grupos –a los que insiste en considerar novatos- ha sido muy fácil conseguir explosivos.
En el país ya habido mucha pérdida de explosivo minero, hubo pérdida de explosivos en Biobío, tampoco es difícil conseguirlo ni traerlo del extranjero.
“Estos se pueden pasar en materiales separados, porque los perros de las aduanas solo son capaces de detectar drogas o manzanas y frutas del SAG, no son perros adiestrados para detectar materiales de explosivos como el anfo, el nitrito o el nitrato y a eso hay que añadir la gran cantidad de robos de fertilizantes que han estado denunciando los agricultores del país, porque con fertilizantes también se pueden hacer explosivos para hacer lo que llaman ‘bombas pobres’ o ‘bombas sucias’. Y con esas bombas basta para botar un puente”, previene.
Respecto a este “Movimiento 18 de Octubre”, que se habría adjudicado el ataque -aunque después lo negaron-dice que “los movimientos chicos imitan a los más grandes; los más grandes a los internacionales, pero no hay mucha gente estudiando el tema en el país. Ellos no están en la misma sintonía que los mapuches, no están en la misma sintonía que la CAM, y tampoco se van a ir a meter al mismo territorio de ellos porque los de la CAM los van a correr a balazos”.
Sin embargo, destaca que “Chillán siempre está dentro de los puntos de partida de estos movimientos, durante toda la historia. Allá, en 1967 se hizo el congreso del socialismo con el MIR decidiendo que tendrían que tomarse el país por la vía armada. Eso fue en junio, como ahora con los bombazos. Ellos siempre toman la historia como ejemplo, como consigna, es casi un homenaje para ellos”.
“Siempre se llega tarde”
Uno de los puntos que llamaron la atención respecto al atentado en Confluencia, fue que los vecinos aseguran haber llamado a Carabineros apenas sientieron la explosión, a las tres de la mañana, pero que no hubo concurrencia al lugar. Recién, a las 07.00, cuando los trabajadores del sector subieron imágenes a redes sociales, se envió a la policía a investigar.
“Y yo creo que fue así”, dice el exprefecto de Carabineros Ñuble, Ricardo Asfura.
Dice que aún en Ñuble, la dotación policial está lejos de ser la necesaria incluso para hacer frente a los problemas de toda la vida.
“Creo que una de las buenas iniciativas que se han tomado en los últimos años es que hayan formado un Grupo de Operaciones Especiales (GOPE), que cuenta con gente especializada en temas de explosivos. El problema es que si lo que se nos viene es una suerte de anarquismo o terrorismo rural, en esos lugares apenas hay retenes, que es a donde mandan siempre a puros jóvenes que tienen un par de años de servicio y que en las noches, a veces dejan a un puro carabinero y a alguien más de guardia atendiendo llamados”, sostuvo.
Pese a esto, advierte que lo lógico es que si, en efecto, se recibió esa llamada, por muy inexperto que haya sido la persona que atendió, “lo primero que uno espera que haga es que le hubiese dado aviso a la Prefectura, para que desde la Cenco se comuniquen con el GOPE. Lo cierto es que la bomba estalló a las 3 y recién después de las 7 llegaron a investigar, entonces claramente algo malo pasó ahí y eso se tendrá que corregir, porque aquí se estaba ante lo que el manual plantea como un hecho de gravedad, importancia o trascendencia y eso se debe tratar de forma urgente”.
Sin embargo, el mayor Aguirre Hrepic advierte que “en ninguna ciudad donde hay atentados se hace plan candado. Y además, si se llega a investigar cuatro horas después de un bombazo, la PDI y Carabineros no pueden hacer nada. En Chile no tenemos unidades antiterroristas ni contra el terrorismo, dejaron de existir cuando llegó el Gobierno de (Patricio) Aylwin, en el 90”.
Por lo tanto, a juicio del exfiscal militar y abogado penalista, Rodrigo Vera Lama, “siempre se llega tarde a todo en materia de seguridad”.
Era aun fiscal cuando en 2010 se modifica la ley tras la huelga de hambre de Héctor Llaitul y su gente en la cárcel de Temuco.
“Lo que se hace aquí es propaganda armada como se conoce en el lenguaje subversivo. Fuera de la lógica de los anarquistas de Santiago Hinzpeter, con bombas caseras hechas de azufre, salitre y carbón, más un sistema de relojería básico. Ese tipo de bombas no hubiesen causado ni el más mínimo daño al puente ferroviario de Confluencia”, advierte.
También plantea que Ñuble, al ser una zona tranquila, bien ubicada con conectividad de cordillera a mar y con una carretera costera sí puede ser una buena opción de refugio para personas, para instalar lo que se conoce como “una casa de seguridad” que no despierte mayores sospechas, con poca vigilancia policial y muchas opciones de escape y desde aquí moverse.
18 de octubre
El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, se reunió con el jefe de la Fiscalía Metropolitana Sur.A raíz del atentado en Confluencia, se pretende modificar la ley antiterrorista porque, conforme a su redacción de 1984, exige como requisito para su invocación, el demostrar que los autores de un acto de estas características hayan tenido el objetivo de causar temor en la población.
Este punto ha significado que en casi 40 años, solo se haya condenado a una persona bajo esta ley (el autor del atentado a la Escuela Militar, en 2014), por lo tanto lo que se pretende desde el Gobierno es que, en caso de descubrirse quienes son los autores de estos atentados, sean juzgado por la Ley de Control de Armas y no por otra ley.
Las modificaciones a la ley de terrorismo serán enviadas al Congreso para su discusión entre agosto y septiembre de este año.
Curiosamente, una vez que el movimiento anarquista 18 de Octubre, se atribuye los atentados recientes, otro grupo, llamado de la misma manera (18 de Octubre) desmiente su autoría.
Vera Lama, advierte que hay cuatro grupos, (CAM, Resistencia Mapuche Lafquenche y RM Malleco y HUAM) posibles de identificar como terroristas existentes en el país, específicamente en la zona de La Araucanía hasta la zona norte de la Región de Los Lagos.
“Pero es probable que este nuevo movimiento 18 de Octubre sea una rama de una de esas mismas agrupaciones, al fin y al cabo, puede ser solo una falsa bandera y si la idea es confundir, lo están logrando”, advierte.
Parlamentarios
Si se acogen las nuevas modificaciones a la Ley de Terrorismo que pretende asentar el Gobierno, dependerá del Parlamento.
No es complejo anticiparse a un debate por definir si existe o no el terrorismo en Chile.
Por el momento, la senadora del PPD, Loreto Carvajal, sostuvo que es fundamental que se investigue y que se encuentre a los responsables.
“El gobierno, las policías y las fiscalías deben trabajar en conjunto para prevenir estos graves hechos y encontrar a los culpables”, sostuvo la legisladora.
Además, resaltó que “es fundamental que el gobierno aplique la ley de infraestructura crítica, porque el servicio de trenes es fundamental para la Región del Ñuble”.
Desde la UDI, el diputado Cristóbal Martínez resaltó que lo ocurrido no es un hecho aislado.
“No podemos bajarle el perfil, esto es un atentado terrorista, un artefacto explosivo. La celulosa Arauco es una de las principales fuentes laborales que tenemos en la región, y esto no es un hecho aislado, este ya es el cuarto hecho en menos de cuatro días, entonces, hay que solicitarle al gobierno que aplique las leyes. Están la ley antiterrorista, la ley de infraestructura crítica, para darle tranquilidad a una región que no está habituada a esto”, manifestó.
Su compañera de partido, la diputada Marta Bravo, añadió que “estos actos de violencia son inaceptables y deben ser enfrentados con decisión y urgencia por las autoridades competentes. El gobierno no puede permitir que estos actos se perpetúen sin una respuesta efectiva y oportuna”. La legisladora de la UDI instó a disponer de mayores recursos y equipos de inteligencia en la Región de Ñuble, y puso énfasis en la necesidad de anticipar un trabajo preventivo para evitar nuevos atentados terroristas y la expansión de estos.
En tanto, el diputado de RN, Frank Sauerbaum, hizo un llamado al gobierno a dotar a las policías de mayores recursos para investigar este tipo de hechos. “En nuestra Región de Ñuble estamos desvalidos respecto del terrorismo, hemos sufrido un atentado preocupante, el terrorismo se ha ido corriendo de región, y hemos tenido atentados terroristas no solamente en la macro zona sur, sino que también en la zona de Valparaíso, en una torre de alta tensión, y el martes, en Ñuble, tenemos este atentado en la línea ferroviaria. Estamos preocupados de que el gobierno no tome las medidas respectivas dándole más recursos a nuestras policías para tener más tecnología y más inteligencia para poder buscar una solución definitiva y volver a vivir en paz. Ñuble no se merece tener este nivel de violencia a la cual no estamos acostumbrados”, manifestó.
