Señor Director:
En la Conmemoración del Cincuentenario del Golpe Cívico-Militar han abundado las mendacidades y falsifi-
caciones sobre el Presidente Allende. Las odiosidades, las pasiones y los ideologismos, han impedido visibilizar
la persona de un político relevante de la historia de Chile, dotado de una coherencia y consecuencia ideológica,
supo liderar a la izquierda chilena por casi medio siglo. Algunos “conversos” han tratado livianamente de “frívolo”
a quien el pueblo-pueblo le encargara el liderazgo, en un ejemplo pedagógico del llamado por los sociólogos el
Síndrome de Freud, que vieron en él a su propia representación personal dentro de la masa que lo elige.
Nuestro querido amigo periodista radicado en España, Miguel Ángel San Martín, ha contribuido a develar la
verdadera personalidad de Allende, mediante la publicación de una carta del intelectual francés Regis Debray,
quien fuera asesor del Compañero Presidente: “Vivió como un epicureo, se dio muerte como estoico.” Era un
hombre normal, demócrata, vividor, líder de masas, orador embrujante, buenas muñecas y tan consecuente
con sus ideas políticas que llegó hasta la inmolación antes que claudicar ante la conjura. “Compañero Allende,
no desaparezcas”.
Marco Aurelio Reyes
Historiador
