Señor Director:
Históricamente, la mujer ha sido invisibilizada en su capacidad de sentir placer, siendo considerada esta sensación como “pecado”, o meramente para fines reproductivos. En 1560, por ejemplo, se calificaron ciertas enfermedades femeninas, así como las acciones de rebeldía, como histeria. En el siglo XIX, las mujeres constituyeron el mayor mercado terapéutico, contribuyendo a medicalizar la satisfacción femenina con beneficios económicos para quienes trataban. Recién en 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría declaró oficialmente que la “histeria femenina” no era una enfermedad, sino un resultado de la represión sexual de la época.
Hoy en día, siguen existiendo acciones que limitan la sexualidad femenina, como es la mutilación genital, que, a pesar de existir leyes contra ella, aún se practica en algunos países de África, Medio Oriente, Asia y Europa.
Con los cambios en la autopercepción de la mujer y la equidad de género, en el Día del Orgasmo Femenino la invitación es a reflexionar sobre nuestra sexualidad y liberarnos de las ataduras históricas y creencias limitantes; así como darnos el permiso de sentir placer, reconectándonos con nuestras sensaciones corporales, ya sea sola o en pareja.
Julieta Aránguiz Ramírez
Académica de la Escuela de Obstetricia y Neonatología UDP.
