Acaba de finalizar la misa oficiada en la Catedral de Chillán, por el padre Luis Flores, en la que los alcaldes de Ñuble, autoridades regionales, amigos y cercanos, pidieron por la salud del jefe comunal de Coihueco, Carlos Chandía, cuando entre los asistentes asoma Gonzalo, uno de los dos hijos del ex árbitro internacional.
El otrora juez, siempre habló con cariño y orgullo de sus dos retoños, Valeria y Gonzalo, quienes han sentido el cariño de la gente cada día tras el accidente automovilístico que sufrió su padre.
“Gonza”, luce tranquilo y agradece tantas muestras de cariño que le llegan a diario pidiendo por la recuperación de quien es muy querido en su comuna, en Ñuble y en todo Chile y a nivel internacional, por los lazos que generó en el mundo del fútbol cómo árbitro FIFA.
Agradecido
“La verdad es que es emocionante igual. Yo desde el primer día no he dejado de recibir mensajes en mi whattsapp o llamadas telefónicas y al final de cuentas eso transmite todo el mensaje que mi viejo ha entregado a lo largo de su carrera. Cómo hijo y familia es gratificante sentir ese apoyo, es una retribución de la gente también. Yo estoy tranquilo dentro de todo, día a día me preocupo de transmitir esa energía positiva de la gente, de la fuerza que transmite. Y que hay mucha gente esperándolo, así que su recuperación va a ser pronto con el mismo apoyo de la gente”, confiesa Gonzalo, quien se dio unos minutos para conversar en directo con “Dimensión Deportiva” de La Discusión.
El joven kinesiólogo revela que la fuerza que los mantiene firmes cómo familia, es el cariño transversal que recibe su viejo, y el que explica de esta manera.
“Es fácil quererlo, porque tenía gran llegada con la gente. Partiendo porque salió de abajo, de una familia de harto esfuerzo y todo lo que ha logrado ha sido a base de esfuerzo y garra. Nunca ha dejado de ser sencillo y cercano a la gente. Hay alcaldes a lo mejor, y con esto me meto en las patas de los caballos, pero por temas políticos, pueden ser arrogantes o distantes de la gente, pero mi viejo nunca ha sido así, todo lo contrario”, revela Gonzalo, quien finalmente, reveló porqué no siguió los pasos de su padre en el arbitraje, a pesar que fue árbitro universitario y estuvo a un paso de proyectarse en el profesionalismo.
¿Por qué no fue árbitro?
“Se complicó un poquito el camino. Entre medio mi viejo asumió la Dirección del Comité de Árbitros a nivel nacional y eso generó algunos conflictos, problemas y en todo caso yo nunca me dediqué cien por ciento dedicado al tema al arbitraje, porque tengo otro amor que es la kinesiología y a pesar que el mundo del fútbol y el arbitraje es muy lindo, la ayuda humana y social que uno hace en el mundo de salud, es tremendamente gratificante”, sentencia Gonzalo, quien espera volver a abrazar a su viejo quien le inculcó el amor por el fútbol y la ayuda social y solidaria que ahora plasma en el ejercicio de su profesión como kinesiólogo.