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Votos nulos, blancos y menor participación: las principales incógnitas del proceso

C. Cáceres

Ante la escasa motivación y poco interés mostrado por la ciudadanía respecto de la elección de consejeros constitucionales, resulta válido preguntarse si el nivel de participación será tan alto como en el plebiscito de septiembre; y también, si aumentará o no el número de votos blancos y nulos.

Según el abogado y académico de la Universidad de Concepción, Alfonso Henríquez, “de acuerdo con lo que han señalado diversos analistas, la participación estará lejos de la que se registró para el plebiscito. A esto se debe sumar el probable aumento de votos nulos y blancos. Las causas que quizás expliquen estos hechos pueden ser variadas”, advirtió.

Por un lado, dijo, “quizás influya el llamado de algunos sectores o grupos a restarse de esta elección, bajo el argumento de que se trata de un proceso ilegítimo o poco democrático, o bien, que el tema Constitucional ya fue zanjado en el plebiscito, y que no se hace necesario cambiar la Constitución”. Por otro lado, añadió, “lo anterior también se podría explicar por el agotamiento del momento Constituyente. Es importante recordar que el primer proceso, al menos durante su primera etapa, despertó gran interés y esperanza por parte de la ciudadanía. Con respecto a este nuevo proceso, las emociones parecen ser otras: desencanto, desconfianza, cansancio, etc. A esto pudo haber contribuido la forma de trabajo de la Convención, y la magnitud de la derrota de la opción Apruebo”, aseveró.

Henríquez manifestó que “sin duda, también puede ser un factor, que muchas personas se hayan convencido de que cambiar la Constitución podría no tener mayor relevancia, a la vista de los problemas que parecen más urgentes hoy en día, como son la delincuencia y la crisis económica. A este respecto, la campaña para el Consejo Constitucional pareció una campaña para postular a un cargo de diputado, senador o alcalde, pues temas propiamente Constitucionales, prácticamente estuvieron ausentes de los debates y la propaganda”, planteó.

Finalmente, apuntó, “los medios de comunicación, e incluso el Gobierno, tampoco mostraron mucho interés por informar a la ciudadanía y contribuir a la formación cívica de la población. La cobertura del trabajo de la Comisión Experta ha sido escasa, y al igual que en el proceso anterior, la atención ha tendido a centrarse más en las polémicas y en los disensos de las últimas semanas, que en los acuerdos más o menos transversales a los que se ha llegado (al menos en general)”, sentenció .

Evaluación al gobierno

Para el experto en campañas políticas, Rodrigo Landa, también es esperable que hoy concurran menos personas a votar que para el pasado plebiscito.

“En el plebiscito del 4 septiembre hubo una participación histórica a nivel nacional, del orden de los 13 millones de personas, contabilizando los votos nulos y blancos. Todas las proyecciones actuales son que este domingo tendremos una participación menor, pero no sustantivamente menor. La razón radica en la obligatoriedad del voto y en la oportunidad que para muchas personas significa evaluar al Gobierno. Es imposible aislar la variable gubernamental en un acto eleccionario que es intrínsecamente político, en un contexto que es complejo para el diario vivir de las personas”, manifestó.

Respecto de los votos nulos y blancos, Landa afirmó que “se espera un aumento importante en todo el país, aunque una idea muy personal es que a medida que nos fuimos acercando al día de la elección, las personas tendieron a reflexionar más y le “dieron una segunda vuelta” a su decisión. Puede pasar, por ejemplo, que personas con sensibilidad de izquierda, que habían pensado en anular por el frustrado proceso anterior, a última hora quieran que su voto sea útil ante el inminente avance de los sectores de derecha. En ese sentido, no creo que los grupos extremos que llaman a anular el domingo, tengan un eco muy relevante en los resultados”, aseveró.

Según Rodrigo Landa, el desinterés ciudadano no es consecuencia de un solo factor. 

Uno de ellos es la gestión del gobierno, que ha obligado a cambiar el eje de la discusión desde temas Constitucionales a materias propias de la política pública. Es más difícil convencer cuando el desempleo se empina cerca del 9% a nivel nacional, o cuando la inseguridad ha estado marcando la agenda. Otro factor es lo que los expertos han denominado el “desgaste electoral”, luego de haber sorteado distintas elecciones en los dos últimos años. Y al no tener al frente una elección de carácter binaria como lo fue el último Plebiscito, con candidatos que tuvieron poco tiempo para darse a conocer, se genera un clima propicio para el desinterés, la desinformación o, derechamente, desesperanza”, sostuvo.

Añadió que “la excesiva polarización es un incentivo para que exista mayor interés en votar, pero cuando el ciclo político de dicha división recién comienza. A mi juicio, ese peak se alcanzó luego del estallido social y terminó con el Plebiscito del 4 de septiembre. Tarde o temprano la división cansa, provocando una mirada poco optimista sobre la posibilidad de que el país sea más tolerante, unido, y donde todos puedan contribuir a buscar puntos de encuentro para solucionar los problemas reales del conjunto socil”, planteó.

“Ha habido llamados a anular, pero también a no hacerlo”

Según la politóloga y académica de la Universidad de Concepción, Jeanne Simon, “con la inscripción automática y el voto obligatorio, se mantendrá un porcentaje alto de votación en comparación con las elecciones con el voto voluntario. Considerando la encuesta del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), podemos esperar que los votantes habituales sufraguen, pero los votantes reactivos y los no votantes, podrían hacerlo en menor porcentaje”, advirtió.

Ahora, agregó, “debido al hecho que perdió la opción Apruebo en septiembre pasado, hay mucha decepción con el actual proceso. Es probable que haya un aumento significado de votos nulos y blancos, como también de ausencias. Mi estimación es que habrá un 73% de votos válidamente emitidos (para el plebiscito este porcentaje fue de 97,8%).

Respecto del llamado de algunos sectores a anular, Jeanne Simon manifestó que “ha habido llamados para anular, como también para no anular. Los votantes con afiliación partidista votarán, muchos votantes sin afiliación partidista y que votaron Apruebo, seguramente anularán”, aseveró.

Respecto de la poca difusión del proceso, Simon recordó que “la Comisión Experta no logra comunicar claramente su propuesta. Los y las políticos están preocupados de los temas de inseguridad e inmigración. Las personas están ocupadas y preocupadas de otros temas en su vida diaria; no perciben que una nueva Constitución tendrá mucho efecto en sus vidas”, advirtió.

Nuevos votantes

Más de 13 millones de personas (13.028.039) emitieron su sufragio en Chile y el extranjero en el último plebiscito constitucional. Esto significó que ‘ingresaran’ 4.664.258 personas nuevas respecto de la segunda vuelta presidencial de diciembre de 2021, cuando sufragaron 8.364.481 personas.

Es decir, más de 4,6 millones de sufragantes que deberán participar en todos los siguientes comicios: elección de consejeros de hoy; plebiscito de salida; y elecciones municipales, regionales, parlamentarias y Presidenciales. Es decir, se sumará a las decisiones un grupo que hasta ahora se había ‘auto excluido’, y que podría ser determinante a la hora de los resultados.

En la Región de Ñuble, en la pasada segunda vuelta Presidencial de 2021, sufragaron 235.908 personas. En el plebiscito del 4 de septiembre, la cifra de participación aumentó a 387.418 sufragantes. De ellos, 151.510 no lo habían hecho en diciembre de 2021, es decir, se convirtieron en “nuevos votantes”, lo que equivale al 34,8% del total de personas que concurrió a las urnas para el plebiscito de salida de 2022.

Según Rodrigo Landa, “el padrón efectivo de votantes retomó el equilibrio y distribución histórica para el plebiscito de 2022, con el retorno de adultos y adultos mayores. El plebiscito de salida fue una elección inédita en muchas décadas de nuestra historia política, incluso considerando el plebiscito del Sí y el No del año 1988. Si bien la carga simbólica de esa elección (año 88) fue más importante, el último plebiscito se caracterizó por ser la única elección donde, además de opciones, elegimos contenidos. Ese carácter exclusivo de este proceso nos imposibilita establecer modelos para futuras elecciones (como la de hoy), donde en su gran mayoría serán opciones entre personas o candidatos. Y esas elecciones se enfrentan con análisis y estrategias caso a caso”, dijo.

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