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Quillón registró la menor participación ciudadana en estas elecciones con el 11.5% de su padrón

Mauricio Ulloa

Eran cerca de las 17:15 horas de ayer y una de las mesas del liceo Polivalente Ignacio Carrera Pinto, de la comuna de San Carlos, apenas había recibido siete sufragios, entre ellos los de sus tres vocales de mesa.

“No sé si será el frío, el desencanto de algunas personas, falta de información o apatía, pero la verdad es que en esta jornada se vio muy reducido el flujo de personas que llegó a votar”, comentó su delegado Juan Patricio Sepúlveda.

Y en términos generales, el promedio de sufragios que entraron en las urnas en los locales de votación de la segunda comuna más poblada de Ñuble y capital de la provincia del Punilla, era de 35 votos.

Lo anterior equivale a un exiguo 12,32% del total de personas habilitadas para votar.

Lo mismo sucedió en Bulnes, capital del Diguillín, que marcó apenas un 14,07% de participación; y en Quirihue, capital del Itata, donde el porcentaje del padrón electoral que asistió a sufragar apenas fue de un 17,62%.

Nada para sorprenderse si se considera que la baja votación que hubo en las capitales provinciales es reflejo de lo que sucedió a nivel nacional.

Y en términos de resultados, tampoco hubo una diferencia con la tendencia regional, que favoreció al candidato del Partido Socialista, Óscar Crisóstomo, en San Carlos, Bulnes y Quirihue.

En la capital del Punilla, el gobernador electo recibió el 56,15% (3.667 votos), versus el 43,85% (2.520) conseguidos por Jezer Sepúlveda.

En Bulnes, las distancias entre ambos fueron más notorias. El candidato del PS obtuvo un 62,93% de las preferencias (1.811 votos); y el candidato de la derecha consiguió un 37,07% (1.067 votos).

Mientras que en Quirihue la diferencia fue más estrecha, con un 53,19% para Crisóstomo (1.010 votos) y un 46,81% para su contendor (889 votos).

Y en términos de participación, en el resto de las comunas tampoco hubo cifras más saludables.

De menor a mayor, el porcentaje de participación en las 21 comunas de Ñuble, fue la siguiente:

Quillón (11.53%), San Carlos (12,28%), Trehuaco (12,81%), Ñiquén (12,81%), Yungay (12,83%), Bulnes (14,26%), San Nicolás (14,58%), San Ignacio (14,65%), San Fabián (14,77%), Pinto (14,95%), Coihueco (15,07%), Pemuco (16,45%), El Carmen (16,88%), Quirihue (17,62%), Chillán Viejo (18,27%), Chillán (18,34%), Coelemu (19,12%), Ránquil (19,20%), Ninhue (19,95%), Cobquecura (20,43%) y Portezuelo (21,27%).

De esta manera, Quillón, se ubica en el lugar número 61 de las comunas con menos convocatoria del país, ránking que lidera la comuna de Sierra Gorda, en la Región de Tarapacá, con 4,5% de sufragantes en las urnas.

Así, mientras el porcentaje regional llegó al 16,29%, la proporción nacional fue de un 19,61%.

Miguel Peña, alcalde de Quillón, plantea respecto a la baja participación de su comuna en este proceso, que “se juntaron muchos factores adversos, pero creo que uno de los principales es que tanta votación seguida una de otra termina cansando a las personas, se produce un agotamiento y estas son las consecuencias”.

Otros factores a los que apuntó el alcalde de la comuna lacustre fueron “un clima complicado, la apatía de un cierto sector de la gente, especialmente los más jóvenes y que en los sectores rurales hubo cerca de 700 personas que asistieron, de un padrón de más de tres mil”.

Y en contraste a los 1.939 votos que se contaron ayer en las urnas quilloninas, para las votaciones pasadas, fueron casi siete mil.

“Eso se explica porque en esa oportunidad había que definir quiénes serían las autoridades locales, como el alcalde y los concejales, a quienes la ciudadanía siente mucho más cercana y les da más importancia”, añade.

Finalmente, y a modo de reflexión, Miguel Peña dice que “esto da pie para seguir estudiando la posibilidad de hacer que el voto sea obligatorio en adelante. Yo recuerdo que, en la época en que fui concejal, se decidió que el voto fuera voluntario, por eso nadie debería extrañarse ahora que sólo vote el que tenga ganas de hacerlo. Al menos yo soy partidario del voto obligatorio”.

La de ayer fue, sin lugar a dudas, la votación más breve de tabular de la historia.

La mesa número 1 del Liceo Pacheco Altamirano de Bulnes hizo el conteo en apenas 14 minutos.

Y cuando el reloj marcaba las 18:32 minutos, estaba todo resuelto en ese establecimiento.

Creían que era obligación

A estas alturas es ya todo un lugar común enaltecer la participación de los adulto mayores en las votaciones.

A este segmento se le suele incluso poner de ejemplo de deber cívico, en especial a los más jóvenes, quienes de nuevo destacaron por su baja asistencia.

Sin embargo, hay un factor no muy comentado en los medios que también incide en la destacada participación de nuestros abuelos en cada plebiscito y elección popular: Un grueso de ese segmento todavía piensa que el voto es obligatorio.

A modo de ejemplo, el subteniente de Carabineros, Sebastián Vásquez, quien estaba a cargo del perímetro de la escuela Lorenzo Mondanelli, de Coihueco, relató a nuestro medio que “algunos adultos mayores se han acercado tanto hoy como ayer (el sábado) para preguntarme cómo podían presentar las excusas para no concurrir, porque pensaban que si faltaban iban a ser multados”.

Una de estas personas “fue una señora que se vino caminando desde la localidad de Bustamante, que queda a unos 8 kilómetros de Coihueco. Y llegó con un bastón y acompañada de su perro”, comentó.

Otro vecino de la localidad de Miraflores, relató que “me vine caminando, eso es como una hora, y ahora otra hora para irme de vuelta”.

Respecto a su motivación para acudir a sufragar, explicó que “es como ya está inscrito uno, tiene que venir a votar por obligación. Si uno no viene, después tiene problemas con la justicia”.

Pese a que se le explicó que desde hace un tiempo el voto era voluntario, por lo tanto el ausentarse no acarreaba consecuencias punitivas, insistió en que “no, si igual hay problemas después. Conozco personas que tuvieron que pagar por faltar”.

Aunque se negó a darnos su nombre (porque después se tiene problemas), al menos nos confesó que tenía 72 años de edad.

El mismo fenómeno se encontró en comunas más grandes como Bulnes y San Carlos. Delegados de establecimientos en ambas comunas reconocieron que asistieron adultos mayores, en especial de sectores rurales aledaños, que llegaron preguntando si era cierto que el voto era voluntario.

Jornada sin incidentes

En esta oportunidad no hubo mayores (por no decir ningún) incidentes ni dentro ni en los alrededores de los 85 puntos de sufragios de la Región.

Por tal razón, a Carabineros se les vio principalmente ayudando a personas discapacitadas, orientando a los asistentes y asistiendo a los adultos mayores que concurrieron a emitir sus preferencias en cada local.

Nada de candidatos ni partidarios haciendo propaganda clandestina de última hora, ni acaloradas disputas por parte de los apoderados, ni personas a las que se les haya debido amonestar por no respetar las disposiciones sanitarias.

Y hasta el cierre de esta edición, Carabineros de la XVI Zona Ñuble, no había declarado ningún hecho policial relevante que haya terminado con detenidos, pese a que a parte de los 400 efectivos uniformados que se dispuso para el resguardo del proceso, se mantuvieron los patrullajes preventivos normales en las 21 comunas de la Región.

Ya para las 19.50 horas, el personal de la SIAT de Carabineros realizó la escolta del material electoral hacia las dependencias de Correos de Chile, dando de esa manera cerrada su participación en la jornada electoral, que sin duda hizo historia por su baja adherencia.

Sólo para los amantes de las estadísticas habrá que agregar que Ñuble fue la quinta región con más votación del país con el 16,29% del total de su padrón.

Felipe Ahumada

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