Nicolás Guerra se tapa la cara con la camiseta y se lamenta sin poder creer el gol que se ha perdido.
Segundos antes, debajo del arco, elevó un tanto que le cedió su compañero Maximiliano Quinteros a los 93’.
Esa fue la triste postal que selló anoche la dura derrota de Ñublense frente a Unión La Calera por 2-0 en el estadio Nelson Oyarzún.
El Rojo cosechó su tercera derrota consecutiva en casa y el cuarto duelo sin saber de victorias en su reducto.
Pero esta vez, lo hizo ante un rival que de principio a fin demostró ser ampliamente superior y confirmó porqué pelea arriba.
Los caleranos por velocidad, técnica, rotación de balón, posesión, solidez defensiva, dinámica y contundencia fueron muy superiores al equipo de Jaime García que evidenció un desgaste físico y creativo.
Po eso a nadie le sorprendió que tras un buen arranque, el cuadro cementero abriera la cuenta por intermedio de Jeisson Vargas a los 13’ tras una gran jugada asociada.
Sin claridad
Ñublense intentó, pero con escasa claridad ofensiva y sorpresa. Con Silveira en cancha no tuvo velocidad en ataque y mejoró un poco con Abrigo por derecha y Guerra centralizado. El segundo gol cementero, por intermedio de Sebastián Sáez, tras un rápido servicio libre, fue fruto de otra desconcentración defensiva que mermó el ánimo del Rojo.
Ñublense buscó con Roberto Gutiérrez, Guerra y Quinteros, pero nunca pudo derribar la muralla de cemento. Y cuando parecía que al menos llegaba al descuento, Guerra la mandó por arriba debajo del arco para sellar una noche amarga.
“Nos ganaron bien. Las desconcentraciones nos siguen marcando, tomamos malas decisiones y después nos desordenamos. Jugar seguido nos dejó sin piernas, pero dejamos espacios y nos ganó un rival que jugó mejor”, analizó el DT Jaime García.
La Calera llegó a 44 puntos, a cinco del líder Colo Colo, y volvió a festejar tras la caída ante la UC. Por su parte, los diablos rojos se quedaron estancados con 30 unidades y el martes visitarán a Audax Italiano.
