María Soledad Castro no se ha detenido ni un segundo durante estos meses de pandemia. Y aborda los desafíos pendientes, el desarrollo de Activa Cultura Ñuble y los planes para el 2021, entre otros temas.
¿Cómo sientes que la oficina de la Seremi ha enfrentado este tiempo de pandemia?
-Para el funcionamiento de la Secretaría Regional Ministerial, hemos tenido que desarrollar y adaptarnos a lo protocolos que indica la autoridad de salud: hemos operado por turnos y aunque hemos disminuido la presencia de personas en la oficina, nunca hemos dejado de atender a público. Ha sido fundamental el compromiso de los funcionarios públicos que integran la Seremi. Tampoco hemos dejado de tener presencia en las comunas, ya sea de manera presencial, cuando se puede, o de manera telemática. No hemos dejado de hacer nuestro trabajo, para fomentar las artes, apoyar la gestión cultural local y asegurar el derecho a la cultura de la ciudadanía.
-¿Dónde han estado puestas las prioridades?
-Durante estos dos años como región, las prioridades han estado puesta en descentralizar la oferta cultural y potenciar los territorios desde sus características culturales propias. Con la pandemia eso no se ha dejado de hacer, pero ahora hemos tenido que incorporar dos énfasis más. Por una parte, hemos tratado de llegar de manera más directa a los artistas a través de programas como Activa Cultura Ñuble y la realización de las mesas sectoriales de manera más continua y, por otra, hemos debido adaptarnos a la nueva forma de comunicarnos, de generar contenidos de manera digital y de potenciar nuevas formar de vínculo entre los artistas y la ciudadanía.
-¿Qué proyectos de la Seremi quedaron pospuestos a causa de la pandemia?
-Hasta el momento no ha quedado pospuesto ningún proyecto regional, pero sí hemos tenido que adecuar nuestra oferta programática tratando de mantener los mismos contenidos y énfasis, pero adaptándonos a las plataformas desde las cuales ofrecemos esos contenidos. Respecto a 2019 los recursos para la región no disminuyeron. Seguramente, si aún fuéramos provincia el impacto de la pandemia hubiese sido mayor, por ejemplo en 2019 teníamos proyectos Fondart adjudicado por cerca de 80 millones, mientras que este 2020 tenemos proyectos Fondart funcionando por 255 millones de pesos, a los cuales se les han entregado todas las facilidades para poder readecuar actividades y plazos. Lo único que se pospuso fue el programa nacional de educación artística Acciona, al igual que en otras regiones del país donde no fue factible su ejecución porque fue muy difícil vincularse con los establecimientos educacionales. Este trabajo podrá retomarse una vez que las escuelas y liceos vuelvan a funcionar con normalidad y ya nos estamos replanteando una nueva manera de participar e incluir el arte en el aula.
-En torno a las críticas por planes como Activa Cultura Ñuble, ¿cuáles crees que son las debilidades y las fortalezas de este programa?
-Este ha sido un proceso de aprendizaje mutuo entre el Ministerio de las Culturas y los agentes culturales. Dentro de las fortalezas de Activa Cultura es que pudimos llegar rápidamente con apoyo a los artistas y con contenido cultural a la ciudadanía confinada. A diferencia de otras regiones no tuvimos que recurrir a concursos, sino que solo definimos criterios mínimos para participar. Sumando las dos etapas de Activa Cultura Ñuble, más una tercera etapa enfocada en artesanos, habremos realizado más de 100 talleres virtuales, y beneficiado a cerca de 300 agentes culturales, entre los que se encuentran artistas y cultores, pero también medios independientes, productores, gestores y audiovisuales que forman parte de la cadena de valor del quehacer cultural. A ellos debemos sumar a gran parte de la población de Ñuble que será beneficiada con contenidos culturales a través de las plataformas digitales. Dentro de las debilidades, para todos, tuvimos que adaptarnos rápidamente a un nuevo formato y limitarnos a apoyar actividades que no requirieran salir a terreno para cumplir con las medidas sanitarias. Muchos artistas no tenían la experiencia en generar contenidos digitales y tampoco tenían por qué saber, por eso les agradecemos mucho que hayan sido capaces de reinventarse y de trabajar colaborativamente.
–¿Cómo se articula el trabajo para el 2021? ¿Cuáles son los proyectos más importantes o los desafíos?
-Debemos fortalecer el trabajo con mesas las sectoriales, seguir promoviendo la asociatividad y la formalización de la actividad cultural como actividad económica, porque muchos artistas no pueden recibir ninguno de los beneficios del Gobierno por no contar con datos tributarios. También tenemos que continuar con las asesorías técnicas a los municipios y la capacitación a encargados de cultura y de espacios culturales para seguir descentralizando la oferta cultural más allá de la capital regional. También deberemos retomar los vínculos con establecimientos educacionales que permitan potenciar desarrollo de las culturales locales y entregar nuevas herramientas para el desarrollo de públicos, considerando que lo digital en la creación y consumo cultural llegó para quedarse. En temas de patrimonio seguiremos avanzando en el diseño del futuro Museo Regional y trabajando con las alfareras de Quinchamalí para ingresar a alguna de las Listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
-¿Qué pasará con la restauración de la Capilla San Juan de Dios, pospuesta por la pandemia?
-Todos esperamos que durante el 2021 pueda ser priorizada para su restauración. Hemos estado trabajado junto al intendente Martín Arrau, la Dirección Nacional de Arquitectura del MOP, la Subsecretaría de Patrimonio y el Consejo de Monumentos Nacionales para empujar esta iniciativa.
-¿Cuándo tendremos director de Patrimonio?
-Este es un proceso que lleva independientemente el Servicio Civil y por lo tanto esperamos que de aquí a fin de año podamos contar con la persona indicada para llevar adelante el servicio regional. Sin embargo, hasta el momento desde la Seremi hemos podido liderar y coordinar este trabajo gracias al apoyo de la Subsecretaría de Patrimonio, del Servicio Nacional del Patrimonio y del equipo que ya está trabajo en Ñuble.
