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El otro frente de combate contra el Covid-19: la lucha de los trazadores

Mauricio Ulloa

En los informes por la pandemia de SARS-CoV-2, elaborados por el Ministerio de Salud, la región de Ñuble ha resaltado en los últimos meses por lograr el 100% en la trazabilidad de los casos confirmados de Covid y sus contactos estrechos, un indicador clave para contener la pandemia bajo la estrategia de testear, trazar y aislar (TTA) de manera efectiva a las personas contagiadas antes de las 48 horas.

Desde el inicio de la crisis esta importante tarea ha estado a cargo de la Unidad de Epidemiología de la Seremi de Salud. Hoy día cuentan con un Call Center de Trazabilidad que funciona de lunes a lunes en la calle Arauco de Chillán, además del apoyo del personal de la Atención Primaria de Salud.

“Se ha conformado un equipo de alrededor de 30 personas que cumplen distintas labores, ya sean investigaciones epidemiológicas, contactarse por teléfono con los contactos estrechos y casos positivos, hay un equipo de testeo que se dedica a hacer PCR en distintos operativos de búsqueda activa y tenemos un grupo de voluntarios de la Universidad Católica de la Santísima Concepción que son estudiantes de Técnico en Enfermería que nos están apoyando en el call center, en el testeo o en educación en terreno”, explica Marcela Sánchez Troncoso, encargada de la Unidad de Epidemiología.

Los trazadores son en su mayoría profesionales de la salud y están comprometidos para realizar de la mejor  manera el seguimiento de los casos y mantener los logros que han tenido hasta ahora.

“Me saco el sombrero frente a este equipo que se ha formado porque tienen un compromiso inigualable, son personas jóvenes en su mayoría enfermeros, kinesiólogos, tecnólogos médicos, también hay técnicos en enfermería. Trabajan independiente de que si su turno terminó continúan desde sus casas por algún detalle, están comprometidos y es lo que se ha reflejado en nuestra labor, y viene a ser parte también de la primera línea debido a que al trazar y contener a los contactos estrechos e identificarlos antes de las 48 horas nos permite que no se propague el virus desde el origen y eso ha permitido que no se colapse el sistema de salud”, agrega.

Investigación de contagios

Matías Méndez Valdés, de 25 años, forma parte del equipo de trazadores desde finales de marzo. Para el recién egresado de Enfermería de la Universidad de Bío-Bío estar al frente de esta cruzada ha significado un gran reto y asegura que también ha crecido profesionalmente.

“Me siento muy feliz y orgulloso de poder formar parte de este gran equipo, dado que en este desafío el objetivo principal es poder reducir la curva epidemiológica, que la propagación del virus sea cada vez menor, por lo cual el desafío de poder contribuir en lo que es en la salud pública es algo que me enriquece mucho y me hace sentir feliz de cada día ir aportando más para que el virus se vaya propagando cada vez menos”, destaca.

El enfermero chillanejo recalca que las investigaciones epidemiológicas están dividas por comunas, y donde lo importante es contactar y confinar antes de dos días a la red de contactos de la persona contagiada.

“Nuestros colegas recepcionan los exámenes de todos los casos confirmados que llegan por parte del Hospital Clínico Herminda Martin, y nos son distribuidos a cada uno de los trazadores que tiene asignado una comuna de la región y comienza todo lo que es la investigación epidemiológica donde contactamos al caso confirmado, le indicamos el resultado de su examen, se le indica que debe realizar un aislamiento. Posteriormente identificamos la fecha de inicio de síntomas, dado que esto es muy importante para poder determinar quiénes van a ser sus contactos estrechos, para después contactarnos con cada uno de ellos e indicarle esta cuarentena que deben realizar con la finalidad de que en caso que sea un contagio confirmado no pase más de 24 horas desde que ha  sido notificado y puesto en aislamiento, y en el caso de los contactos estrechos no pase más de 48 horas desde que son notificados para llevar a cabo esta cuarentena”, recalca.

Matías señala que las dificultades más frecuentes se presentan al momento de localizar al caso positivo, que cuando reside en zonas rurales existen problemas relacionados a la señal telefónica o los números están equivocados. “Muchas veces eso dificulta el contacto instantáneo, por lo cual tenemos que pedir apoyo en atención primaria para que puedan realizar una visita al domicilio e identificarlos”, expresa.

Agrega que también brindan contención a las personas pues reaccionan de diferentes maneras cuando son notificados como contagiados de Covid-19. “Nos hemos enfrentado a casos en que las personas se afligen mucho, se emocionan al momento de contactarse con nosotros porque tienen el temor de este virus porque es algo nuevo, o muchas veces tienen la esperanza de no contagiarse, entonces ahí hacemos acciones de contención, apoyo emocional para acompañarlos en este difícil proceso que para ellos es algo complejo”.

Carla Herrera pasó de ser trazadora a analizar los brotes de Covid en la región de Ñuble que consiste en estudiar el contexto de los contagios, los factores de riesgo de los brotes, el número de afectados, cantidad de personas expuestas a los contagios por cada brote de la enfermedad. La información se deriva a cada comuna para que el delegado epidemiológico pueda focalizar los testeos, la fiscalización y las acciones de educación y prevención.

Reconoce que cada vez se hace más frecuente la oposición de las personas de trasladarse a las residencias sanitarias para cumplir de manera efectiva la cuarentena obligatoria, y así evitar exponer a su grupo familiar.

“Cuando una familia no se va a residencia sanitaria generalmente termina contagiando a toda la familia y eso como equipo nos duele ver que frente a algo tan simple, como aislarse en una residencia, dejemos resultados tan malos como el contagio completo de una familia, un brote intradomiciliario”, indica.

La enfermera de 26 años, y madre de un niño de 3, asegura que el respaldo de la familia es primordial para el trabajo que viene desarrollando desde hace casi siete meses, pues muchas veces es en el hogar donde continua la carga laboral. “Si bien ha sido un poco difícil complementar lo que es la carga laboral con la vida familiar, se puede, y he tenido el apoyo de mi pareja y mi hermana para llevar a cabo la labor. Uno a veces tiene que trabajar tiempo extra en la casa, y ellos siempre están ahí apoyándome en los cuidados de mi hijo, pero entienden lo que es la vocación y sentir pasión por el trabajo y cuál es nuestro norte”, subraya.

En tanto, Natalia Soto Reyes, oriunda de la comuna de Chiguayante, región del Biobío, debió cambiar su domicilio y vivir con sus tíos en Chillán para desempeñar funciones como trazadora. Se siente orgullosa de integrar el equipo que tiene como tarea el control y detención de la pandemia

“Me siento super contenta de poder ayudar a miles de familias y usuarios en todo lo que significa la gestión de cuidados en enfermería, la educación, la entrega del apoyo y contención emocional, las gestiones que realizamos a través de las investigaciones epidemiológicas que van en pos de entregar una atención completa e integral a todos los usuarios que están pasando por un proceso de enfermedad, y también me siento orgullosa porque nuestro trabajo también es parte de la primera línea en salud, porque si ponemos en cuarentena a la mayor cantidad de gente y de manera oportuna estamos ayudando a disminuir y a detener el riesgo de que colapse la red asistencial”, puntualiza la enfermera egresada de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

Comenta que a las personas que contactan a diario se le dan indicaciones de cómo resguardar el aislamiento en el domicilio e incentivan el traslado a una residencia sanitaria, ya sean casos confirmados, casos probables o contactos estrechos.

“En el último tiempo estamos derivando a los casos confirmados a los centros de Atención Primaria, los cuales fueron capacitados por equipos de trazadores de la Seremi para la realización de la investigación epidemiológica y por esta razón es que cada trazador tiene designada una comuna para realizar el monitoreo propio de su comuna y realizar el acompañamiento en este proceso con cada uno de los delegados de epidemiología de los centros de Atención Primaria de Salud”, dice.

Natalia sostiene que uno de los problemas que surgen para iniciar las investigaciones epidemiológicas es que el caso positivo de coronavirus, por miedo, desconocimiento o nervios, oculta o es poco colaborador con la entrega de información, lo que dificulta la identificación de los contactos estrechos, ya sean familiares, laborales o sociales.

Enfatiza que el trabajo en equipo de los trazadores ha sido una piedra fundamental para tener los resultados obtenidos hasta ahora en el seguimiento de los casos.

“Para este trabajo ha sido fundamental el apoyo y trabajo en equipo porque pasamos gran parte de nuestro día juntos trabajando, entonces aquí lo fundamental es el buen ambiente laboral que tenemos y siempre contamos con el apoyo y respaldo de nuestra jefatura y ellos nos apoyan totalmente, hay un gran trabajo en equipo detrás de lo que es la trazabilidad”, expresa.

Call Center de Trazabilidad
Mauricio Ulloa

Atención Primaria

Hace 7 años Elizabeth Riffo trabaja en el Cesfam Los Volcanes, donde reciben atención casi 20 mil vecinos pertenecientes a los sectores de la población Sarita Gajardo, Santa Filomena, Chiloé, entre otros.

Allí se desempeña como enfermera supervisora del consultorio y delegada de Epidemiología, lo que implica desempeñar la labor de trazadora por la contingencia, es decir, realizar una investigación del caso positivo de Covid-19, lo que considera notificación, puesta en cuarentena, identificación de contactos estrechos y verificación del aislamiento estricto.

Habitualmente la rutina de “Eli” transcurría desde las 8 hasta las 17 horas entre procedimientos de enfermería, coordinaciones, visitas domiciliarias, apoyo a unidades de esterilización y al programa de inmunizaciones. Sin embargo, producto de la pandemia, la realidad cambió y pasó a ser una funcionaria 24/7, de lunes a domingo, ya que sabe que en cualquier momento puede aparecer un caso nuevo de coronavirus que obligue desplegar una investigación.

“En el momento que notificamos también tenemos que realizar contención de los usuarios. Hay algunos que ya vienen con la idea de que probablemente están positivos, pero hay otros que los toma por sorpresa. Generalmente éstos se quiebran en el llamado, hay un momento de bloqueo. Uno a veces entrega la notificación del caso y debe esperar para que el paciente reaccione, tome conciencia y asuma el tema. Luego devolvemos el llamado, dejamos una media hora, para realizar la investigación. Lo que más nos interesa es recabar toda la información del paciente, es decir, con quien estuvo en contacto dos días previos a la confirmación por el examen, por tanto, necesitamos que el paciente esté concentrado”, relata.

Elizabeth es parte de un equipo de 10 personas que trabajan en la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) en el centro de salud, entre enfermeros, médico, nutricionistas y técnicos paramédicos.

La enfermera María Alejandra Sandoval desempeña las mismas funciones que Elizabeth y ambas rotan en los turnos. Hace 16 años trabaja en el consultorio Los Volcanes, donde también realiza labores su marido, quien es asistente social. Al inicio de la emergencia sanitaria ambos se contagiaron con el virus, pero fueron asintomáticos y los afectó como un “resfrío común”.

Durante dos meses Alejandra permaneció alejada del Cesfam, pero a su regreso se adecuó rápidamente a una nueva forma de trabajo del establecimiento para evitar riesgo de contagios.

“Son varias llamadas que se hacen durante el periodo aislamiento, no es solamente una. Es un seguimiento telefónico que se realiza a la persona contactada y cada llamado tiene objetivos específicos. Por ejemplo, en el primero vemos si la persona en su domicilio está apta para cumplir con las medidas necesarias para el aislamiento y si cuenta con las cosas que necesitan. Si no se cumple, ya en ese minuto, tenemos que evaluar la derivación a una residencia sanitaria”, comenta.

Para dimensionar esta labor en el Cesfam Los Volcanes, durante septiembre pasado, llegaron a concretar hasta 120 llamados a la semana. En total, ese mes se realizaron alrededor de 480 llamados a contactos estrechos.

“Muchos se complican por lo laboral, porque ellos saben que desde el momento que se les diagnosticó tiene que estar 14 días en su casa en cuarentena. Los contactos estrechos, saben que no pueden trabajar. Y acá la población que atendemos muchos de ellos trabajan al día, entonces, significa que va estar 14 días sin ingresos”, comenta.

Ambas colegas coincidieron que estos meses han sido intensos, ya que han tenido que compatibilizar sus roles de trazadoras con el resto de las tareas que tienen en el recinto de salud, por eso no desaprovecharon la oportunidad para reconocer el apoyo del resto de los estamentos del Cesfam, que han logrado asumir las funciones que en ocasiones se ven obligadas a delegar.

“El tema que estemos trabajando por turnos una semana cada una, es beneficioso, porque o sino ya habríamos colapsado siguiendo este ritmo. Esa semana que estamos en el domicilio nos corresponde hacer teletrabajo, que obviamente igual es pesado, pero estás en la casa y tienes la posibilidad de estar con tus hijos y asumir algunas labores que descuidas en la semana”, valora María Alejandra, quien tiene dos hijos.

En el caso de Elizabeth había retomado sus funciones en plena pandemia tras cumplir su posnatal, por lo cual fue fuerte “cambiar el chip” y adaptarse a los nuevos tiempos siendo madre primeriza.

“La verdad es que aquí nació lo que es vocación, porque desde el momento que uno asume como enfermera, todos sabemos que estamos al servicio de la comunidad y del paciente, pero cuando nos vemos enfrentados a una pandemia, tenemos la opción de ponernos la mochila o de quedarnos en nuestra casa. Por ejemplo, tengo una niña de un año y tres meses, y también me puedo quedar en mi casa porque debe tener mayores cuidados, pero mi mamá y papá la cuidan. Nuestra red de apoyo nos permite estar acá”, destaca.

Mauricio Ulloa

San Ramón Nonato

A partir de julio pasado, la enfermera supervisora del Cesfam San Ramón Nonato, Carolina Sandoval, cuenta que comenzaron a hacer seguimiento de los contactos estrechos de los casos positivos de Covid-19 y ya en octubre comenzaron a notificar a los confirmados con el virus y a realizar la investigación epidemiológica en el recinto.

En el establecimiento, han llegado a efectuar 120 llamados a contactos estrechos en un día, en una labor de permanente contrarreloj, ya que saben que de ellos depende la contención de la pandemia en Chillán.

Carolina, quien es trazadora junto a cinco enfermeros, debe realizar la investigación cada vez que en su área de cobertura aparecen usuarios positivos a la enfermedad.

La funcionaria comenta que los usuarios confirmados que deben llamar son receptivos y colaboran con la investigación. Muchos de ellos, pasan por fuertes emociones frente a la noticia del diagnóstico, por lo que les deben dar tiempo necesario para asimilar el resultado de su examen, y tomar nuevamente el teléfono para seguir con la diligencia encaminada a individualizar sus contactos cercanos.

“Si una persona está trabajando se va inmediatamente para su casa. Se les ofrece igual la residencia sanitaria en el mismo llamado y los derivamos. La gente sí lo recibe bien, muchos se asustan, se angustian, se ponen a llorar, pero en general, reciben bien el llamadito, porque uno les explica, se da un tiempo, después le corta y se les dice que se calmen y que piensen en su contactos estrechos, para volver a llamar. En general, diría que la gente sí cumple, por lo menos, los que nos han tocado”, explica.

La profesional advierte que esta labor no ha estado exenta de dificultades que han logrado superar con perseverancia para no fallar en la misión.

“A veces no coinciden los números de teléfono y no hay cómo ubicarlos. Entonces, si ellos entregan un número mal, no tenemos cómo ubicarlos, porque la trazabilidad se realiza no solo para los funcionarios Fonasa, sino también para los usuarios Isapre, entonces, no siempre van a estar inscritos en el Cesfam y vamos a poder tener los datos. O a veces pasa que el teléfono está apagado o la persona está hospitalizada. Tenemos que buscar a la familia o hacer visita domiciliaria para notificarlo”, sostiene.

Carolina, quien tiene 12 años de experiencia como enfermera, confiesa que la labor de la crisis sanitaria ha sido dura por la sobrecarga de trabajo y por el estrés que generaba el desconocimiento de un virus nuevo del que tuvieron que aprender. A lo que se sumó enfrentar el quiebre del stock mundial que derivó en la escasez de elementos de protección personal durante la temporada de mayor demanda del virus, lo que puso en una situación complicada al personal del consultorio.

“Desde el principio de la pandemia ha sido un trabajo muy difícil, porque hemos tenido que aprender a trazar y a leer mucho la normativa y los manuales. Usamos plataformas locales y ministeriales, donde hay que saber subir la información y de repente tenemos que estar conectados 24/7 todos los días. Ahora enviaron nuevas instrucciones, entonces, además de lo que tienes que trabajar, tienes que leer y estudiar. Ahora estamos más nivelados, pero han sido momentos difíciles, antes usábamos 100 mascarillas y  ahora 6 mil. Existieron meses en que estábamos al límite con las mascarillas, porque no había proveedores por el stock agotado”, detalla.

Mauricio Ulloa

Texto: Susana Núñez / Antonieta Meleán

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