Señor Director:
A mi madre quien tiene más de 80 años le dicen, a veces, “abuelita” cuando está en la calle o en lugares públicos. A ella no le gusta eso porque su nombre es Consuelo y aquellas personas no son sus nietos.
Un músico que tiene más de 70 años, a quien fui a ver a un recital recientemente, se equivocó al informarnos sobre el precio de entrada. Le comenté sobre esto al productor y me dijo “se equivocó porque es viejito.”
En todas estas ocasiones les he explicado, a las personas en cuestión, que eso es “edadismo”, que la OMS define como “la discriminación por motivos de edad que abarca los estereotipos y la discriminación contra personas o grupos de personas debido a su edad.”
Seamos conscientes sobre nuestro comportamiento y lenguaje hacia los seres que tienen más años. Acuérdense que todas y todos, si tenemos suerte, llegaremos algún día a ser ciudadanas y ciudadanos de la tercera edad.
Soledad Robledo
Profesora y Activista
