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Los resultados de los liceos con trayectoria bicentenaria en Ñuble

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En el pasado comenzó como una política exclusiva, solo pocos podían acceder a un sitial privilegiado, pero en la medida que creció, de la mano de la inyección de más recursos, se tornó masiva permitiendo el ingreso de más establecimientos municipales y particulares subvencionados a la senda bicentenaria.

En sus inicios solo dos lograron conseguir este título en la región de Ñuble: el Liceo Marta Brunet y el Liceo Polivalente de San Nicolás y al día hoy ya son 30 en total los recintos que postularon con sus propuestas y lograron calificar en esta categoría.

El Liceo Agrícola de Chillán, el Instituto Superior de Comercio Profesor Fernando Pérez Becerra, el Colegio Politécnico Víctor Jara, el Liceo Pueblo Seco, el Liceo Martín Ruiz de Gamboa, el Liceo Polivalente Luis Cruz Martínez, y el Colegio Polivalente María Ward, son los siete últimos que ingresaron a este listado.

Desde la perspectiva del Seremi de Educación, César Riquelme, hoy el foco está puesto en seleccionar aquellos establecimientos, cuyas propuestas de postulación se traduzcan en una oportunidad de crecimiento para sus comunidades y no centralizado específicamente en sus resultados académicos.

“No es un reconocimiento al mérito necesariamente, sino al proyecto que presenta la comunidad educativa. Por ejemplo, el Liceo Martín Ruiz de Gamboa el año pasado estuvo a punto de ser cerrado y tenía 50 alumnos, hoy tiene el doble y ya no existe esta mirada que puede ser cerrado. Ellos presentaron un proyecto que fue lo suficientemente atractivo para que el Estado pusiera recursos”, dijo.

En la actualidad la mirada está centrada en seleccionar aquel proyecto que permita revitalizar el modelo educativo acorde a las bases del Mineduc.

“Hoy podemos mirar como nosotros podemos, a través de los bicentenarios, potenciar proyectos que tienen deseos de mejorar y hacer el esfuerzo. No necesariamente que hayan demostrado en los últimos años que están en otro nivel, también puede ser un proyecto que esté con complicaciones y tengan la voluntad de superarse y ese es un cambio de política”, explicó.

Si bien en el presente hay expectativas en torno al desempeño futuro que tengan los nuevos integrantes de la red de bicentenarios, surgen dudas respecto al impacto que ha tenido la política en aquellos que llevan años con esta distinción. ¿Han mejorado sus resultados? ¿Están otorgando educación de calidad?

Experiencias

El Liceo Puente de Ñuble de San Nicolás presenta un 96% de vulnerabilidad y más 30% de sus alumnos pertenecen al programa de integración. Desde el año 2020 lleva el sello bicentenario tras presentar una propuesta que ya trabajaban, basada en el plurilingüismo y en la formación de alternancia, dirigida a vincular a los alumnos con el mundo académico y productivo.

Se trata de un establecimiento que redujo las horas de Lenguaje y Matemáticas por aquellas artísticas.

“Si queríamos potenciar la estructura cognoscitiva tenía que desarrollar las artes y el deporte. Por otro lado, queríamos que el liceo fuera entretenido, no es un tema menor, porque eso nos permitía crear un estado de bienestar, que repercutía en una mejor autoestima y una mejor convivencia escolar”, explicó el director, Javier Palma.

A juicio del profesor el antes y después de ser bicentenario ha reflejado progresos en ítem claves.

“Cuando comenzamos con el modelo educativo, en 2015, teníamos 278 estudiantes, ahora el liceo tiene 510 estudiantes. Hay un aumento considerable y desde que somos Bicentenario ha seguido aumentando su matrícula”, detalló.

A nivel de resultados en pruebas estandarizadas, como el Simce y la prueba de acceso a la educación superior, también observaron una superación en sus promedios.

“El liceo, sin el modelo educativo, el promedio Simce sumando segundo, cuarto y octavo en Lenguaje y Matemáticas era en torno a los 237, pero con el modelo ahora es de 270 puntos. En el Simce de 2022, nosotros logramos sortear la pandemia y mantuvimos nuestros resultados Simce, incluso en algunos casos mejoramos los resultados”, aseguró.

Asimismo, el docente valoró los últimos puntajes destacados de sus egresados. “Por ejemplo, Victoria Fierro, en Lenguaje, sacó 872, en Matemática 846 y ponderó 859. En Ciencias sacó 851. Viviana Bastías en Lenguaje sacó 816 y 801 en Matemáticas”, detalló.

Los egresados del liceo que decidieron continuar en la educación superior y los niveles de asistencia son otras muestras de avances progresivos. “La continuidad de la educación superior con el modelo se disparó y siendo bicentenario nos ayudó, porque en el fondo es una marca. La continuidad ronda entre el 75% y 80%. Incluso actualmente aún no termina el proceso escolar, un 50% de los estudiantes de cuarto medio ya está matriculado en la educación superior”, valoró.

“Los niveles de asistencia también mejoraron, porque antes estaban en torno al 87% como promedio y ahora está en torno al 92%”, añadió.

En el caso del Liceo Claudio Arrau de Coihueco, con rótulo bicentenario desde 2019, la propuesta se basó en el fortalecimiento de sus carreras de atención a párvulos y electricidad, con la implementación de laboratorios para estos fines y la certificación de especialidades. Además, de la articulación de estrategias, entre ellas, la formación de grupos de estudiantes distintos niveles de aprendizaje para reforzar tanto matemáticas como lenguaje, lo que les ha permitido subir sus propias marcas dentro del Simce.

“En matemáticas antes teníamos 230 puntos, ahora 265 puntos. Estamos 41 puntos sobre la media nacional. En lenguaje, antes obtuvimos 226, Ahora 237. Estamos 11 puntos sobre la media nacional”, detalló la directora Nina Villalobos.

Al revisar otros datos, los avances son reveladores. El promedio de titulación antes de bicentenario era en torno al 78% y en la actualidad subió al 88%. Mientras que el ingreso a la educación superior creció considerablemente pasando de un 45% a un 70%.

Por su parte, la Jefa de Unidad Técnica Pedagógica, Rohode Gatica, reconoció que este sello les ha permitido a sus alumnos egresar de sus carreras técnicas con mayores competencias para una mejor inserción laboral.

“Cuando recién partimos en 2019, se entregaba una certificación a los estudiantes de una de las especialidades. En cambio, ahora que terminamos el proyecto bicentenario estamos entregando en promedio cuatro certificaciones anuales. Además de su certificación de la especialidad ”, comentó.

La matrícula, es otro aspecto que ha mejorado, se ha incrementado en alrededor de un 20%.

“Los niveles de matrícula han mejorado considerablemente. Teníamos 500 estudiantes y ahora estamos sobre los 600”, destacó Nina.

Desde 2019, el Liceo Carlos Montané Castro de Quirihue se ha mantenido en la senda bicentenaria. El descenso en la matrícula los llevó a articular el proyecto que les permitió mejorar sus números.

La propuesta estaba enfocada en potenciar el componente pedagógico, con docentes de apoyo en las asignaturas de lenguaje, matemática, ciencia e historia. Además, de fortalecer el idioma inglés, mediante pasantías al extranjero y nuevas incorporaciones en la malla curricular.

“Desde el 2019 a la fecha, hemos enviado estudiantes a EE.UU, que son estudiantes de las carreras técnico-profesionales, forestal y administración. Más un estudiante de la modalidad científico-Humanista” , detalló el director del liceo y actual jefe de Daem, Roberto Ferrada.

Los resultados en las pruebas estandarizadas dejan evidencia que han superado sus propias marcas.

“En 2021 tuvimos un puntaje nacional de Matemáticas y en 2022 un puntaje regional de ciencias. También, en la evaluación Simce, hemos tenido una evaluación que fue bastante significativa, y todos los resultados del establecimiento están sobre la media nacional, del mismo grupo socioeconómico. En Lenguaje tuvimos 242, pero estamos 20 puntos sobre la media nacional y en Matemáticas 265 y estamos 41 puntos sobre la media nacional. Antes eran más bajos hasta 2016 y en 2018 hubo un repunte”, valoró.

El progreso en la matrícula ha sido uno de sus principales logros. “En 2019, habían 463 alumnos y hoy cuenta con 667. Ha crecido mucho el establecimiento y tiene mucho que ver con bicentenario y el trabajo en equipo. Creo que las expectativas se han cumplido, porque han llegado estudiantes de otras comunas a estudiar acá”, reconoció.

La continuidad de estudios se ha mantenido en forma sostenida, pero estiman que es conveniente equiparar horas de asignaturas de matemáticas y lenguaje en la educación técnica, para ampliar sus posibilidades de enseñanza.

Debate

El rol de los Liceos Bicentenarios ha sido tema de discusión entre diversos actores de la educación. Algunos han planteado que la implementación de este sistema genera segregación, mientras otros argumentan que ha permitido empoderar a los establecimientos para que logren mejoras sustanciales.

La académica de la Universidad del Bío Bío, Juana Castro, tiene una visión crítica respecto a la iniciativa.

“Creo que esta es una política de alguna manera segregadora, que no recoge todo lo que es el quehacer de las comunidades educativas. Esto, porque esto viene como un plan dado, dice el apoyo del Ministerio de Educación, pero el apoyo significa que después de 22 meses tienen que rendir cuentas sobre tres estándares específicos de calidad. Entonces, se pone además una tensión en los establecimientos, lo mismo pasó con los liceos Montegrande, se tensiona a la comunidad escolar porque tienen que dar cuenta de resultados. La comunidad escolar su giro cambia, se está preocupando solo del resultado, como lo que pasa con el Simce, pero ¿qué pasa con el proceso educativo como tal? El desarrollo de las competencias, las habilidades del conocimiento que tienen que tener los estudiantes, para las actitudes para poder desarrollarse efectivamente con una educación de calidad, de carácter integrador. Eso no ocurre”, cuestionó.

En contrapunto, el Seremi de Educación, enfatizó que este tipo de recinto terminan siendo un referente en el sistema educativo de los propios territorios. Hoy hay al menos uno en 19, de las 21 comunas de la región.

“Los liceos demuestran harto interés cuando existen estos llamados, porque tienen conciencia del impacto que pueden tener en su cotidianeidad. Más allá de los recursos, porque no son tan significativos, si los comparamos con programas de emergencia o conservación o con las subvenciones, el rótulo les permite entrar en una red donde hay temas de identidad que deben construir como bicentenarios como, por ejemplo; temas como la autonomía, que para mi es clave, el fortalecimiento de los liderazgos directivos, la generación de expectativas. Es un elemento que puede reimpulsar la labor que de repente pudo estar alicaída”, destacó.

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