Close
Radio Radio Radio Radio

Proceso Constitucional no se cerrará independientemente del resultado

El escenario político que antecede el plebiscito Constitucional del 17 de diciembre es complejo.

Incertidumbre económica, polarización, acusaciones cruzadas de no haber alcanzado un acuerdo amplio, y lo más importante, la sensación en el aire de que ninguna de las demandas expresadas en la calle el 2019, tendrá finalmente respuesta.

Cuatro académicos analizaron el ambiente pre plebiscito, y desmenuzaron la principal pregunta que se hacen quienes votarán el próximo mes: “¿Es éste el texto que nos unirá y nos ayudará a progresar como sociedad?

“Sí hubo consenso”

El académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Kenneth Bunker, dijo no estar de acuerdo con que no hay consenso en el texto.

“O sea, dicho así como de forma plana, no creo que sea correcto. De hecho, yo veo evidencia de lo contrario. Por ejemplo, en comparación al primer proceso constituyente hay mucho más acuerdo, hay mucho más consenso ahora que antes. El Presidente Boric dijo que lamentaba que no había consenso en este texto, pero la verdad es que antes había menos consenso, y votó a favor. Entonces no sé si eso puede ser un argumento para votar en contra ahora”, manifestó.

Bunker resaltó que si se compara el porcentaje de las votaciones de cada una de las comisiones entre el proceso constitucional anterior y el actual, “el porcentaje es mayor ahora, o sea, hubo mayor consenso dentro de las comisiones, el porcentaje de enmiendas aprobadas en el pleno de ahora es mayor al porcentaje en el proceso anterior. El proceso actual también tiene algunas instancias que funcionaron como mecanismos de consenso, como por ejemplo la Comisión de Expertos, que en el fondo propuso un documento de consenso. O sea, el documento que comenzó todo fue un documento que escribió tanto la oposición como el gobierno. Es básicamente una comisión que es paritaria, entonces se partió con eso. El proceso anterior partió de cero, entonces no entiendo cómo se puede decir que esto no tiene ni siquiera algo de consenso. Tuvo un comité de Admisibilidad Técnica que no tuvo el anterior, que fue designado por la Cámara de Diputados y Diputadas y el Senado. Entonces, obviamente, ahí hay un consenso político anterior. Entonces, yo no comparto la premisa de que no hubo consenso. Creo que sí es importante destacar que va a ser un argumento que se va a proponer para votar en contra. Se va a presentar esto como un documento que no es de consenso, pero creo que es un documento que en general es moderado, es un documento que es razonable. Se hace cargo de muchas de las demandas de las personas, y evidentemente tiene un poco implantado el espíritu de quien la escribe, pero eso es así en todos los casos. Entonces en el fondo no creo que el argumento de que haya polarización o de que no haya consenso sea correcto para rechazar. La polarización no se va a acabar con ningún documento, siempre va a haber algún tipo de polarización, entonces yo creo que el argumento se hace desde la perspectiva ideológica”, manifestó.

Bunker resaltó, además, que “gane el A Favor o el En Contra, el debate constitucional no se va a acabar. O sea, en este mismo caso vemos que por la derecha y por la izquierda se está pidiendo votar en contra. Solamente parece ser como el centro un poco más moderado el que está dispuesto a apoyar este texto, lo que dice bastante. Entonces, incluso si este texto se aprueba no se va a dar vuelta a la página, el debate constitucional va a seguir. O sea, ya lo dijo el Partido comunista, lo dijo parte del Partido Republicano. Entonces, la verdad es que no se da vuelta nunca la página y por lo mismo yo creo que un buen argumento, por ejemplo, para votar A Favor es que es un documento suficientemente bueno, porque no sé si es que se puede alcanzar algo mejor que esto, incluso en el futuro”, aseveró.

Sobre la “presidencialización” del plebiscito, planteó que “todos los plebiscitos son en parte un juicio al gobierno, como todas las elecciones, son un juicio al gobierno, o se castiga o se premia. El primer plebiscito, el último plebiscito, en donde ganó el rechazo, naturalmente fue en parte un juicio al gobierno. El presidente Boric tomó una postura a favor y las personas castigaron eso. No del todo, no explica todo el resultado, pero sí un resultado importante, y evidentemente algo de eso va a ver aquí también”, aseveró.

“No ha habido diálogo”

Jeanne Simon, politóloga y académica de la Universidad de Concepción, sostuvo que para analizar el escenario actual, hay que situarlo dentro de lo que ha sido el proceso constitucional desde el primer Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución.

“Tanto en la Convención Constitucional, como en el Consejo Constitucional no se ha logrado generar el diálogo necesario entre las fuerzas que buscan fortalecer el Estado en temas de derechos sociales, y las fuerzas que buscan proteger la autonomía de cuerpos intermedios y los derechos individuales de propiedad privada. Solamente la Comisión Experta logró generar una propuesta que intentaba lograr el equilibrio”, precisó.

En el actual proceso, añadió, “se observa una discusión política que mezcla y combina distintos debates en uno. Por un lado, se busca constitucionalizar temas que son mas bien de políticas públicas (ejemplo, las Isapres, contribuciones), y que pueden generar problemas en el futuro. Muchos de los cambios (como la reducción de parlamentarios), obedecen a percepciones populares sin un análisis más técnico de su efectos”, planteó.

Simon cree que hay una necesidad de cerrar el proceso constitucional, “pero ninguna de las dos opciones permitirá hacerlo, porque no se buscó generar una propuesta inclusiva. Hay una cierta esperanza que se pueda modificar la Constitución en el congreso, pero sabemos que es un proceso lento y tendrá sus propias dificultades sin acuerdos sobre cómo interpretar los puntos mínimos del segundo acuerdo. Igual, es interesante que hayan surgido voces de la derecha que votarán En Contra en el plebiscito, pero también aportará a mayor fragmentación de las fuerzas políticas. Para favorecer el voto del A Favor, seguramente buscarán conectar el voto de rechazo hacia el gobierno, y si gana el A Favor, Kast tomará responsabilidad de los resultados. Si pierde, el presidente de la UDI y el Partido Republicano tendrán la responsabilidad”, sentenció.

“La incertidumbre es nefasta”

Para el académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Bío-Bío, Miguel Alvarado, “es indesmentible la necesidad de consumar de una vez el proceso constitucional. Se hace necesario como una añoranza, como si fuera un rito que indica el paso a la madurez. En este plano Chile añora la certidumbre como el aire que respira, la incertidumbre es tan nefasta como la injusticia misma, el no consumar este proceso conlleva incertidumbre absoluta; ello significaría algo nefasto psicológica, política y económicamente”, aseveró.

Según Alvarado, “el acuerdo es trabajoso, y del mismo modo necesario, porque el verdadero Leviatán, la bestia mística, no es un Estado autoritario solamente, sino la incertidumbre como miseria existencial. El costo de que no seamos capaces de llegar al cierre del proceso constitucional es la anomia que generaría conflicto social: si no hay una regulación jurídica, aunque sea dolorosamente consensuada, que se exprese en una carta constitucional, estaremos al borde de nuevos conflictos sociales peores que los del de 2019. Sin regulación jurídica básica bajo la forma de una Constitución consensuada, llegaríamos a un precipicio, donde no habría diálogo crítico entre el Estado y la Sociedad Civil”, manifestó.

Sobre el rol del parlamento en caso que quedara en sus manos la responsabilidad de generar cambios constitucionales; afirmó que “si el congreso no puede en última instancia articular este consenso ¿Cuál sería entonces su utilidad sustancial? A veces nos equivocamos en el uso del concepto de consenso, lo banalizamos; deambulamos entre consideraciones que no son más que la caricatura del consenso mismo: consideramos que es un hecho natural, una suerte de paso obligado porque sería un fenómeno siempre posible y necesario, sería ineludible. Pero no es así, el consenso es un sofisticado artificio cultural; es una obra maestra de la cultura para cuya obtención se debió ceder y lograr, se trata de confeccionar una visión que en sus matices es muy diferente a la visión soñada por cada uno de los actores sociales. Desde la revuelta social de 2019 al rechazo de la propuesta de Constitución, hay un camino cuyos nudos deben ser desenredados, de otra forma el destino es indeseable, es la zozobra y la falta de certidumbre: preludio del conflicto social ya infructuoso”, planteó.

Los 4 factores de la polarización

Desde el punto de vista del académico del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Temuco, Cristian Quiroz; “la polarización política, creo, está asociada a lo menos a cuatro factores. El primero dice relación con la dicotomía a favor o en contra, propio de las elecciones que no otorgan más que sólo dos opciones. El segundo, la validación o interpretación del estallido social del 2019. Tercero, la lectura realizada en el contexto de los 50 años del golpe de Estado y, finalmente, la mayor o menor adhesión y oposición al gobierno. Son elementos de contexto que permiten entender el escenario actual”, precisó.

Sobre que “se necesita cerrar el proceso constitucional”, sostuvo que “es la razón que esgrimen quienes van por el A Favor. Pero nuestro país no tiene social ni políticamente cerrada la discusión constitucional ni el modelo económico que se quiere dar. Sería un error pensar que por la baja adhesión al actual proceso constitucional, por esta suerte de cansancio electoral o por las críticas surgidas, se encuentran superadas las causas del estallido. Nuestra sociedad debe encontrar un consenso para su desarrollo, superar las profundas inequidades y reencontrase para construir futuro. Por tanto, evidentemente que el proceso constitucional debe cerrarse. Lo que no está claro es que sea en esta oportunidad y eso no puede forzarse. La validación y tiempo los otorgará la propia ciudadanía. El rol de los partidos políticos será muy relevante para entender y encauzar el proceso”, manifestó.

En tanto, dijo Quiroz, “de rechazarse esta segunda propuesta de Constitución, creo que efectivamente el próximo congreso y gobierno tendrán la oportunidad de avanzar a través de reformas para superar algunas de las falencias que evidentemente tiene el actual texto, no obstante eso es transitorio. En algún momento como sociedad tendremos que ser capaces de generar una Constitución surgida en democracia y que dé cabida a la diversidad propia de nuestro país. Las mayorías transitorias y extremas no permitieron este objetivo ni en el primer, ni en el segundo intento”, expresó.

Por último, sobre transformar el plebiscito en una medición al gobierno, sostuvo que “una de las estrategias de la oposición es precisamente vincular al gobierno con la opción En Contra, esto, con el objetivo de sumar adhesión a su alternativa sobre la base de la mala evaluación del gobierno que señalan las encuestas. Lo cierto es que el proceso constitucional es mucho más amplio y profundo, no se puede circunscribir al gobierno ni a mayorías o minorías transitorias. Ese error ya le ha costado caro a nuestro país, el momento histórico demanda responsabilidad política. Por otra parte, dependiendo del resultado, claramente incidirá y será tema de la próxima elección presidencial y de la parlamentaria”, aseveró.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top