Un exigente planteamiento respecto del actual sistema de partidos que nos rige y cómo debiera evolucionar en una nueva Constitución, consensuó hace unos días la Comisión Experta encargada de redactar el anteproyecto que votará el Consejo Constitucional.
Por unanimidad, los integrantes del organismo acordaron terminar con la proliferación de partidos políticos pequeños con representantes aislados en el congreso, y de independientes que renuncian a su partido apenas son electos.
De prosperar lo acordado por la comisión, parte importante de los 21 partidos existentes actualmente en el parlamento desaparecerían, y muchos de los 12 en formación no lograrán constituirse.
Esto, debido a que el texto propuesto -que debe ser debatido y votado por el Consejo Constitucional que se elegirá el 7 de mayo- exigirá a los parlamentarios electos que sus partidos políticos obtengan un 5% de votación a nivel nacional. Si no logran ese umbral, no podrán asumir su escaño. Tampoco podrán declararse independientes del partido con que fueron elegidos, porque, si lo hacen, perderán su puesto en el Congreso.
Distintas visiones
La propuesta, que hace tiempo venía gestándose en algunos sectores, dada la actual ingobernabilidad en el congreso, y la proliferación de fuerzas sin base social, lo que ha redundado en la imposibilidad de alcanzar acuerdos en temas clave; fue recibida de distinta manera por partidos de reciente formación y “en vías de” a nivel local.
Sara Concha, diputada y líder del Partido Social Cristiano, sostuvo que “las personas están cansadas de que las cúpulas políticas de poder absorban los debates y alejen de la opinión a la ciudadanía. La propuesta que se nos presenta es mucho más restrictiva, y favorece precisamente a las cúpulas de poder, dificultando con esto el derecho a la participación activa y organizada de toda la ciudadanía”.
Añadió que “debe existir un orden en la democracia, pero favoreciendo siempre la participación, ya que el exceso de restricciones impide siempre poder ejercer la democracia de manera libre y activa, lo que justamente no queremos para Chile. Es necesario abrir las puertas, que la ciudadanía se organice y defienda sus ideales de manera pacífica y democrática. Ése es el objetivo original de la existencia de los partidos políticos, y pensar en disminuir el espectro es coartar la democracia y alejarla de las personas”.
Desde el Partido en formación Amarillos por Chile, su coordinador regional, Reinaldo Figueroa, sostuvo que a su juicio, “no es la fragmentación el principal problema hoy. Por el contrario, ellos (los partidos) son vitales para el funcionamiento de la democracia. El problema son sus parlamentarios, que una vez electos los dividen, los polarizan, y terminan formando partidos dentro de otros, o nuevas colectividades escindidas. Creo que el fortalecimiento de los partidos pasa por normar la actividad parlamentaria, para que esta se circunscriba a sus funciones, y los legisladores eviten estar en las directivas de los partidos. Hay que permitir que los partidos sean los ‘hacedores’ de políticas y programas, de ideas, a cuyo servicio deben estar los parlamentarios, y no al revés”, aseveró.
Quien sí está de acuerdo con lo consensuado en la comisión experta es el vocero regional del partido en formación Demócratas -que ya logró reunir las firmas en Ñuble-, Alberto Jarpa.
“Creo que es una decisión que va por la vía correcta. Países como Alemania concentran en pocos partidos políticos la representación, por lo tanto, otorgar gobernabilidad, sobre todo hoy cuando existe mucha fragmentación, exige ponernos de acuerdo. La política en Chile debe evolucionar según los momentos, y es momento de tomar decisiones concertadas, que representen a la mayoría, y no a pequeños grupos, y que logren gobernanza”, afirmó.
“Si prospera la propuesta de la Comisión Experta, nos obligará a generar grandes pactos políticos y alianzas entre partidos más pequeños que busquen coincidencias. La gente busca acuerdos, y creemos que estos están en el centro”, sostuvo.
