Ratas. En la villa Los Héroes dicen que son del porte “de un conejo” y en la villa Doña Francisca comentan “que de un gato”. Exagerado o no, la denuncia es que ya sea por los incendios forestales que afectaron al sector suroriente de la ciudad; o por la demolición de las estructuras de la Medialuna, las casas aledañas se han llenado de estos vectores.
El tema fue planteado y exhibido con impactantes videos ante el Concejo Municipal de Chillán por la edil, Brígida Hormazábal, quien acusó que las familias afectadas no solo ahora conviven con ratas en sus techos, cocinas, bodegas y patios, sino que con murciélagos, como es el caso de algunos vecinos que aseguran que después del incendio se están plagando.
Lo que me molesta es que nos quitan atribuciones al municipio en el caso de los murciélagos y el SAG, Medio Ambiente y Minsal, señalan que son animales protegidos pero no hay recursos para asumir el sacarlos de las residencias, y que el costo deben asumirlo las familias afectadas”, se quejó la concejal.
Medialuna
En el caso de los vecinos del sector de Palermo, donde se encuentra la Medialuna, acusan haber enviado numerosas cartas al municipio debido a que “comenzaron a demolerla, después de la compra que le hicieron al Club de Rodeo, pero no cumplieron con el protocolo de desratizar antes de demoler. Todos los vecinos estamos con ratas del porte de un conejo, que se pasean frente a uno como si nada”, acusa Alberto Valdebenito, de la Villa Padre Hurtado.
Otra vecina del sector, Érika Vergara, si bien advierte que por años la medialuna fue un foco activo de ratas, aclara que “después de la demolición empezaron a buscar nuevas madrigueras y se pasaron para nuestras casas. Lo malo es que por la cantidad, se trata de una cosa incontrolable”.
Han escrito a las autoridades y nada.
La migración tras el incendio
Como era previsible, las ratas asentadas en los sectores rurales de este Quilmo que ardió a principios de mes, buscaron refugio en las casas aledañas.
“Hay una esquina que es un foco enorme de ratas del porte de un gato. Con el fuego y con el humo arrancaron para acá y son al menos unas 20 a 30 familias que ya tienen problemas graves con el tema, porque son animales muy agresivos” relata Gabriel Lagos, presidente de la junta de vecinos de la Villa Doña Francisca 3.
Al igual que el resto de los vecinos afectados por estas plagas, han pedido ayuda en el municipio, sin embargo -como lo aclara Brígida Hormazábal, las disposiciones legales vigentes los dejan apenas en una posición de mediadores.
“En la Seremi de Salud me dijeron que no tenían recursos, me dicen que hay que abordarlo con el SAG y en el SAG los mandan al Minsal. Finalmente, les hacen ver que deben resolverlo con sus propios recursos”, sostuvo la concejal.
Los murciélagos
Conforme a la experiencia de Tatiana Lagos, vecina del sector central de la ciudad, “mucha gente escucha ruidos en el entretecho y de inmediato cree que son ratones. Nos sucedió a nosotros. Una hija me dijo que había escuchado ratones en el entretecho, pero al tiempo después cuando me puse a mirar una noche por la ventana vi que eran decenas y decenas de murciélagos los que salían del techo de mi casa”.
Tal como en el caso de los roedores en los otros sectores, el fenómeno se mostró con claridad tras los incendios que llenaron de humo los cielos de Ñuble.
Debieron abandonar el segundo piso, porque pese a que barrían una y otra vez las fecas, al día siguiente se llenaban de nuevo y el hedor era insoportable.
Ya desde el Servicio de Salud Ñuble advirtieron que los incendios pudieron hacer migrar a roedores con hanta a sectores poblados aledaños, por lo que llamaron a extremar precauciones, sobre todo a quienes están removiendo escombros. “Ante cualquier problema o síntoma, se debe acudir de inmediato a un recinto asistencial”, pidieron desde el Servicio de Salud.
