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Avícolas advierten crecientes trabas para invertir y subir producción de huevos

Hace exactamente dos años, la bandeja de 30 huevos (blanco grande) se vendía a 3 mil pesos en las ferias libres de la región de Ñuble, según estadísticas de Odepa; hoy, sin embargo, su valor promedio alcanza los $5.500, lo que representa un aumento de 83,3%.

Asimismo, si se compara con la primera semana de abril de 2023, se observa que la bandeja de 12 huevos (blanco grande) se vendía en los supermercados de Ñuble a un precio promedio de $2.769, y ahora, 12 meses después, vale $3.620, es decir, se registra un alza de 30,7%.

Según expertos, es difícil prever una baja en el precio en el corto plazo, considerando que, para el sector avícola no ha sido fácil aumentar su capacidad de producción para satisfacer una demanda creciente, ya que, a pesar de su valor, el huevo sigue siendo la proteína más económica y, por lo tanto, parte esencial de la dieta de millones de familias de chilenos y de la creciente población migrante.

La gripe aviar, en 2023, fue un verdadero terremoto para el rubro, que obligó a sacrificar miles de aves, una crisis de la cual las avícolas afectadas todavía no se recuperan completamente.

Por otro lado, está el aumento de los costos, principalmente del alimento para las gallinas, puesto que desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania el valor de los granos y de los fertilizantes se ha más que duplicado, todo ello exacerbado por el alza del dólar a nivel doméstico. Dado que Chile es un importador neto de maíz, soya e insumos agrícolas, ese incremento se ha traspasado finalmente a los precios a consumidor.

Se suman a este escenario la permisología y la incertidumbre normativa, que mantienen frenadas decisiones de inversión de los planteles avícolas, de hecho, hace dos semanas, la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de Ñuble, presidida por el delegado presidencial Anwar Farrán, resolvió rechazar el proyecto de ampliación -de US$4,5 millones- presentado por Huevos Coliumo para su plantel de San Carlos, pese a que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó aprobarlo. Paralelamente, en el Congreso se tramitan dos iniciativas que apuntan a regular las emisiones de olores de este rubro y además, un proyecto que apunta a prohibir el uso de jaulas, sistema empleado por la mayoría de las avícolas.

Ñuble es el tercer productor

De acuerdo al INE, en febrero de 2024 la producción nacional de huevos creció 9,1% respecto a igual mes de 2023, pasando de 293 a 319 millones de unidades. Durante el mismo período de análisis, el número de gallinas en postura a nivel nacional aumentó en un 3,0%.

La región de Ñuble fue responsable del 9,9% de la producción nacional, lo que la ubica como la tercera mayor productora, después de la región Metropolitana (41,6%) y Valparaíso (16,0%). En 12 meses, la producción de huevos en Ñuble creció 7,4%, mientras que, el número de gallinas de postura registró un incremento de 3,6%.

La importante producción en la región se explica, según la académica de la Facultad de Agronomía UdeC, Dra. Pamela Williams, por la cercanía de centros de consumo importantes, como el Gran Concepción, Chillán y Los Ángeles; así como también “porque climáticamente tenemos esta benevolencia para poder producir huevos sin gastar tanto en regular la temperatura, la cercanía de los puertos, a través de los cuales se importan insumos de la industria avícola y estamos cerca de los centros de producción del principal alimento, que es el maíz”.

La ingeniera agrónoma sostuvo que “la gripe aviar afectó directamente el bolsillo de los productores, porque se tuvo que sacrificar varios planteles y el hecho de que apareciera la gripe aviar hace que los predios tengan que aumentar en medidas de bioseguridad, es decir, hay mayores costos asociados, por ejemplo, antes no había seguros avícolas, ahora hay un seguro que hay que costear, el riesgo es mucho mayor que antes”.

Enfatizó que “nos afectó la guerra en Ucrania, son los dos años donde hemos tenido un alza en los costos de producción importantes y eso se ha traducido en un aumento del precio al consumidor, por eso se prevé que va a costar $300 pesos. Y lo otro es el dólar, por lo que los insumos se encarecen”.

“La industria avícola de postura demanda proteína para alimentar a las gallinas y Chile no es un país productor de proteína para los animales. Importamos soya, importamos gluten de maíz para alimentar a las aves. Entonces, ahí hay un tremendo desafío para nuestra región, de ser capaces de producir proteína que sea utilizada como alimento para las aves y de esa forma, tener mayor seguridad alimentaria, hacer más sostenible nuestra producción y ser menos vulnerables a las variaciones internacionales de precios”, subrayó.

La Dra. Williams, quien lleva años trabajando con productores avícolas y contribuyó, el año pasado, a la conformación de la asociación gremial de productores de huevo de Ñuble, Biobío y La Araucanía, advirtió que el rubro “en este minuto está en riesgo, porque con el proyecto de ley Chile Libre de Jaulas, va a haber una política de cambio, entonces, como las inversiones iniciales son altas, hay planteles que no podrían continuar. Ahora bien, el productor pequeño, que tiene 500 gallinas, va a vender sus huevos igual, pero el problema se va a presentar en los planteles de más de 5 mil aves”.

En ese sentido, la académica planteó que, independiente de si se aprueba o no dicho proyecto de ley, “el camino va hacia allá, porque es una tendencia mundial. Fíjese que ya algunos supermercados de cadenas grandes están poniendo trabas para la compra de huevos de jaula. Entonces, también es la mayor demanda de huevos que se produzcan bajo el concepto del bienestar animal; y la percepción pública dice que los huevos que se producen en avícolas con sistemas convencionales de jaula no lo cumplirían”.

De hecho, comentó que la Unión Europea ya no aprueba proyectos de jaulas, lo que “exige aumentar la superficie para tener gallinas, porque en vez de tenerlas en baterías o jaulas en edificio, están en el piso, son libres de jaulas, pero confinadas”, un sistema que permite la libre circulación de las gallinas en un galpón cerrado.

Detalló que en Ñuble hay productores grandes, medianos y pequeños. La mayoría son pequeños, con menos de 500 gallinas, sin embargo, el grueso de la producción proviene de los planteles grandes y medianos, como Fundo El Peumo, Huevos Coliumo y Avícola El Cóndor, entre otros.

La académica de Agronomía reconoció que, a partir de la incertidumbre que genera la discusión de nuevas regulaciones para la industria, como la eliminación de las jaulas o la mitigación de olores, “hay más temor a invertir en algo que a lo mejor después va a cambiar durante el transcurso. Si un empresario está dispuesto a invertir, va a querer tener el retorno y tener este negocio el mayor tiempo, pero estamos en un periodo en que no sabemos cómo van a operar y cómo se implementarían estas futuras leyes”.

Además, expresó que la presión de las comunidades se ha transformado en un factor relevante, por ejemplo, en materia de malos olores generados por el guano de ave en aquellos planteles que están emplazados cerca de sectores poblados.

“Obviamente -continuó-, estamos trabajando como universidad también, en buscar de la mano de la ciencia y la tecnología, estrategias que nos permitan minimizar los olores y el impacto de los planteles avícolas en las comunidades”.

En ese contexto, comentó que están ejecutando un proyecto FIC, financiado por el Gobierno Regional, que concluye este año, con pequeños y grandes productores, que busca “identificar una estrategia que, en base a un recurso renovable, como el biocarbón de biomasa de residuos agropecuarios, utilizarlo como una estrategia nutricional y de manejo de excretas, que minimicen las emisiones de nitrógeno, de amoníaco y de amonio que se volatiliza, al aplicarlo después como enmienda o como abono”.

Dadas las cada vez más estrictas exigencias ambientales, la investigadora indicó que el nivel de preparación de las avícolas en la región para adaptarse a estos cambios, es bastante dispar, con amplias brechas en tecnología. No obstante, lanzó con preocupación que, “igual tenemos que comer, igual nos quejamos del precio del huevo y si se les ponen medidas tan duras, ¿cómo vamos a tener suficientes huevos para alimentar a la población? Es la proteína más barata, por lo que me parece muy relevante que este tema sea abordado con una mirada estratégica por parte de las autoridades”, cerró.

Trabas a la inversión

Desde la Asociación Gremial de Productores de Huevos, Chilehuevos, su gerente general, Patricio Kurte, da cuenta del estancamiento de la inversión en el sector.

“Hay temas que son transversales, que tienen que trabas que hay, en términos de permisología, lo que se ve en todos los sectores. En nuestro rubro, en los últimos diez años prácticamente no hay ningún proyecto relevante de producción de huevos, ha habido intentos en la región de Coquimbo y ahora mismo en Ñuble había una ampliación; y todo ha sido de alguna manera se ha visto obstaculizado o detenido. Entonces, tuvimos hace un par de años la crisis de materias primas, con el alza de los costos de producción, con eso desaparecieron varios productores medianos y chicos y tuvieron que bajar su producción los más grandes; después tuvimos un pequeño remanso de unos meses y vino la influencia aviar, y ahí se perdió un 5% de la producción nacional. Entre esas contingencias, más la dificultad para poder presentar nuevos proyectos, que viene de años, por temas de los alcaldes, de vecinos y de activistas fundamentalmente, que a veces vienen desde otras regiones, no hay nueva producción”, describió Kurte.

A partir de las estadísticas de consumo de huevo per cápita, planteó que, “en la medida que estas trabas se vayan superando, ciertamente hay un espacio muy grande para que aumente la producción de huevos, en particular en las zonas hueveras, como Ñuble”.

El ejecutivo abordó el caso del proyecto de ampliación de Huevos Coliumo, en San Carlos. “En este caso el SEA, que es el organismo técnico, recomendó aprobar el proyecto. Fueron superando a través de dos años las deficiencias a través de mejoras, el SEA quedó conforme, van a la reunión con los políticos (Coeva) y votaron en contra. Luego el delegado aparece diciendo que no se subsanaron las observaciones, pero cómo se condice esa declaración con el informe del SEA, donde está todo el seguimiento y aparece que todas las deficiencias fueron superadas. Entonces, es una cuestión que se está viendo, si es un problema político o de verificación, o mala información”.

El gerente de Chilehuevos calificó como “icónico” el caso de Huevos Coliumo. “Hay que tomar en cuenta que esta empresa es un referente, tiene la mayor producción libre de jaula, el primer aviario de Chile está ahí, además, todo el guano que generan lo ocupan para fertilizar terrenos propios, donde crece maíz, y ese maíz se lo comen sus gallinas. Entonces, hay una cuestión de economía circular, y con los paneles solares que tiene, no solo es carbono neutro, es carbono negativo, porque genera excedentes de energía. Pero nada de eso se considera”, se lamentó.

Detalló que, en materia de regulación de olores, hay dos proyectos de ley en trámite: uno en la Cámara de Diputados, y otro más antiguo, que está en el Senado, que calificó como “más habilitante”. En esa línea, disparó contra el más reciente. “Están locos: está bien regular olores, pero ponen unas condiciones absolutamente populistas, porque plantean, como precaución, que no haya ningún plantel productor agropecuario en una distancia de 10 kilómetros de la población; y resulta que nosotros hicimos una revisión con nuestros socios y ninguno calificaría”, observó Kurte.

Como contrapunto, destacó el trabajo realizado por el gremio con la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, que ha dado como resultado dos acuerdos de producción limpia (APL), en 2008 y en 2018, que abordan aspectos como la gestión del guano y el consumo de agua y de energía. De hecho, subrayó en el último APL hay un capítulo de olores respaldado en estudios, en el que se establecen buenas prácticas. “Cuando vemos las distancias de seguridad por temas de impacto de vectores y de olores, que nosotros hemos hecho por buenas prácticas durante años, por los acuerdos de producción limpia que hemos implementado, estamos hablando de 500 metros, pero aquí se proponen 10 kilómetros ¿y por qué 10 kilómetros? Porque sí. Porque quizás hay otra agenda. Hay una agenda que es anti-agropecuaria. Vemos lo que ocurre en Europa, con las protestas de los agricultores, donde la autoridad política está totalmente desligada de las personas, tanto de los productores como de los consumidores”, criticó el representante gremial.

Consultado por el segmento de huevos de gallinas libres y la tendencia a avanzar en mejorar las condiciones de bienestar animal, por ejemplo, con el proyecto de ley Chile Libre de Jaulas, Patricio Kurte sostuvo que “hay consumidores que le interesan huevos que estén producidos en términos de que las gallinas estén más contentas, en mejores condiciones, con más posibilidades de salir al exterior, o más espacio, o sin jaulas. Y eso es bienvenido, el asunto es que el costo de producción de esos huevos es más alto y, por lo tanto, si ese consumidor está dispuesto a pagar ese 20%, 30% o 50% más, bueno, están disponibles esos huevos; pero lo que decimos es que haya libertad de elegir también para los consumidores que prefieren un huevo más barato y no valoran aspectos como la libertad de la gallina”.

“Nuestra posición es que los consumidores estén claramente informados respecto a las ventajas y limitaciones de cada huevo y cada sistema de producción, de tal modo que, teniendo toda la información, elija el huevo que prefieras, pero que haya libertad, no que haya una definición en términos de que todos los huevos deben ser de gallinas libres de jaula. Hay distintas alternativas en el mercado y el consumidor, con sus decisiones, debidamente informado, deberá ser el que tome la decisión de qué huevo consumir, y en la medida que eso vaya ocurriendo va a ir orientando la producción en el país”, resumió.

“Pero lo que no queremos -continuó el gerente de Chilehuevos-, y pensamos que es dañino para el país y para el sector, son definiciones políticas en esto, como fue en Europa, donde no se tomó en cuenta la opinión de los consumidores ni de la industria, y los políticos encerrados dijeron era un asunto ético y que se debía acabar la producción en jaulas”, pero aclaró que, en la práctica, hoy en Europa siguen existiendo jaulas, pero de mayor tamaño y con mejores condiciones para las gallinas, denominadas jaulas enriquecidas.

Precisó que hoy, en Chile, el 2% de los huevos que se consumen son de gallinas libres de jaula.

“Consideramos que lo que se hizo en Europa es aplicable para allá, pero sería catastrófico en Chile. Por ejemplo, en España, el solo hecho de la obligación de pasar desde jaula convencional a jaula enriquecida, que es el estándar mínimo que se definió, hizo que tuvieran que cerrar entre 30-40% de los productores y se generó mucha concentración del mercado”, advirtió

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