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Comienzan primeras cosechas en invernaderos con tecnología israelí

A cinco meses de la instalación de cuatro invernaderos con tecnología israelí en sendos predios de la comuna de Chillán, comenzaron las primeras cosechas, un hito que fue destacado por el director de la Dirección de Desarrollo Económico y Productivo (Didepro) de la Municipalidad de Chillán, Renato Segura.

El agricultor Luis Parra, usuario de Prodesal del Indap, se mostró optimista con los resultados que ya comienza a ver con los primeros tomates. Parra tiene un predio de 5.000 metros cuadrados en el kilómetro 9 del camino a Huape, donde también cuenta con el almacén “Parrita”, en el que vende su producción hortícola.

Él fue uno de los cuatro beneficiarios de la iniciativa gestionada por la Municipalidad de Chillán y el Indap que tiene como objetivo apoyar a pequeños agricultores, rentabilizando el uso del suelo mediante la producción de hortalizas y otras especies, durante todo el año.

El objetivo, dijo Segura, es “ampliar nuestra superficie de siembra a través de tecnología que, además, permite ahorrar agua”. Detalló que “cada invernadero tiene un valor aproximado de $6 millones, donde cada usuario debió aportar con $1 millón”.

Por su parte, Luis Parra, quien años atrás tuvo un invernadero, explicó que una de las ventajas es poder cultivar prácticamente todo el año, de hecho, en esta fecha todavía no se cosechan los tomates cultivados en el exterior. “Con el invernadero podemos cosechar 20 días antes y se puede aprovechar si hay un buen precio. Además, en un espacio pequeño se puede tener una producción importante, yo tengo 750 plantas de tomate”, explicó.

“Yo me involucré en este proyecto, porque es un invernadero que va a durar unos cinco años y es rentable, es más productivo, a mí me conviene porque mi sitio es pequeño, y además, lo puedo aprovechar en el invierno también, puedo sacar dos o tres cosechas en el año, en cambio afuera, es una sola cosecha de tomate, porque después lo pillan las heladas. También en el invierno quiero sacar unas lechugas, porque afuera se pueden quemar con las heladas”, expresó el productor.

Transferencia tecnológica

Según manifestó el director de la Didepro de Chillán, “para el pequeño agricultor este hito es el resultado de su esfuerzo por incorporar nuevas tecnologías en la producción de hortalizas. Para Prodesal es la prueba que el rezago de la agricultura familiar campesina tiene mucho que ver con la estrategia de autoconsumo que históricamente se le ha dado a los subsidios entregados a los pequeños agricultores”.

Segura añadió que “en términos generales, la tecnología funciona y acelera significativamente el crecimiento de las plantaciones”. Sin embargo, acotó que en algunos casos “necesitamos incorporar modificaciones en el diseño del invernadero de acuerdo con el lugar donde se instalen, para mejorar la ventilación”.

El profesional destacó que los invernaderos “les cambian la vida a los productores, sin lugar a duda. Les permite aumentar la rentabilidad del suelo, mejora notoriamente la eficiencia del uso de agua para riego, les permite producir durante más meses en el año, y, sobre todo, les otorga la posibilidad de mantener económicamente a su núcleo familiar en torno a la actividad agrícola”.

Consultado por la continuación de este proyecto para sumar a más agricultores, Segura indicó que “entiendo que existen recursos regionales aprobados para Indap con el objeto de subsidiar la instalación de nuevos invernaderos. Son alrededor de $700 millones que debiesen ejecutarse durante el 2023. Sólo en la ruralidad de Chillán tenemos más de 40 pequeños agricultores que esperan postular a esta tecnología”.

No obstante, sostuvo que hay algunos desafíos. “Se necesita mejorar las competencias de los profesionales y técnicos de Prodesal para mejorar la calidad de la asistencia técnica, que permita sacar un mayor rendimiento a cada unidad productiva. En la actualidad, no existe en la región el know how productivo que permita la transferencia tecnológica para transformar la red de invernaderos en un macrosistema de producción de alimentos para la región. Se requiere, por ejemplo, formar grupos de transferencia tecnológica en torno a la actividad para que se aproveche de la mejor forma posible cada invernadero”.

“Necesitamos traer a la región las mejores técnicas para la producción de hortalizas bajo techo”, enfatizó.

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