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Frutilleros apuntan a la agroindustria por bajos precios

A dos semanas de iniciar la cosecha, los productores de frutillas de la región manifestaron su preocupación por los precios a pagar que ofrece la industria, que exhibieron una leve alza respecto de la temporada anterior, a pesar del aumento significativo de los costos de producción y del tipo de cambio más alto.

Óscar Avendaño, asesor y productor, recordó que el año pasado los precios fueron muy malos: la industria comenzó pagando $700 por kilo y cerró la temporada en $580 (promedio de $650).

En la región, los principales compradores son Comfrut, Frutícola Olmué, Valle Frío y Vitafoods (Alifrut y Hortifrut). Este año, según detalló Avendaño, Olmué comenzará pagando $600; Valle Frío, $650; y Comfrut, $680.

El problema, explicó el profesional, es que la línea de costos, en promedio, está sobre los $600, dependiendo de los rendimientos de cada productor, por lo que pueden marginar solo si el precio supera ese valor. El asesor sostuvo que los costos (fertilizantes, manejo fitosanitario por la nueva plaga y mano de obra) se encuentran en su nivel más alto de los últimos años.

Avendaño recordó que el sector está enfrentando su peor crisis sanitaria, con la irrupción del nemátodo de la frutilla, que produce graves daños en la planta, reduciendo su productividad. Debido a la detección de la plaga en el vivero que abastece al 90% de los productores del país, este año se plantó el 30% de la superficie que se plantaba en años anteriores. Así, se prevé una reducción de la producción, tanto por la menor superficie como por el impacto del nemátodo, pues se estima que 60-65% de los huertos de Ñuble están infectados.

Frente a este escenario de mayores costos y una menor producción, los productores esperaban valores más altos ofrecidos por la agroindustria, considerando, además, que el dólar se ha apreciado en $150. “Las empresas venden en dólares, nosotros compramos los insumos en dólares, pero nos fijan los precios en pesos”, criticó Avendaño, quien postuló que, así como ocurre con los arándanos, en este rubro los precios a productor debieran fijarse en dólares, porque hoy “la agroindustria no está traspasando el efecto del dólar al precio de la fruta”. Subrayó que “es hora que el negocio se transparente y se empiece a hablar en dólares. Piense que el valor promedio histórico que se paga por la frutilla es de 0,9 a 1,0 dólar, no tiene mucha fluctuación, pero resulta que hoy 0,9 dólares son 855 pesos. Ése es el precio que nosotros esperábamos”.

Demanda internacional

La frutilla es una planta productiva solo dos años, por lo que los agricultores van renovando parcialmente cada año su plantación. Tradicionalmente se plantan en Chile entre 850 y 900 hectáreas al año, pero en los últimos cinco años la superficie ha crecido de manera sostenida, llegando a plantarse, en 2021, 1.200 hectáreas, con lo que la superficie total llegó a a 2.500 hectáreas, de las cuales entre 450 y 500 están en Ñuble. Eran años de precios al alza para la frutilla, de hecho, en 2020 llegó a pagarse $950 (promedio de $850), pero el año pasado se redujo la demanda mundial, y el precio cayó fuerte.

Alfonso Maturana, gerente agrícola de Comfrut, reconoció que la plaga cambió el escenario de aumento de la oferta a nivel nacional, pero aclaró que ello no tiene ninguna incidencia en los precios internacionales. “La producción de Chile no pesa nada a nivel mundial, no marcamos una diferencia por volumen”, enfatizó, por lo que los chilenos son meros tomadores de precios internacionales.

Respecto a la temporada que se inicia, planteó que, si bien los costos están más altos, “a los agricultores todavía les queda un margen. Veníamos de años en que el margen era más abultado y ahora es más estrecho, entre 60 y 80 pesos por kilo, según rendimiento, por eso es importante que los productores tengan una productividad atractiva, porque no siempre el precio nos acompaña, dependemos mucho de lo que pasa afuera, y en los mercados de destino las ventas están bajando, de hecho, este año vamos a crecer muy poco, y eso, a veces, el productor no lo entiende”.

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