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El “nuevo inicio” de la vida nocturna tras el desolador paso de la pandemia

Club Patagonia

Hace exactamente dos años atrás, el panorama de la vida nocturna era lisa y llanamente desolador. Con la pandemia, todos los locales nocturnos de la ciudad debieron cerrar sus puertas y durante meses no solo se perdieron cientos de puestos de trabajo, sino también, una parte de la vida nocturna chillaneja.

A dos años del desalentador panorama, la pandemia ha dado paso al regreso de la tan anhelada normalidad. Si bien la oferta hoy en diversión se mantiene casi a niveles de prepandemia, hay algunos locales que cerraron sus puertas como siempre, ejemplo de esto es el Pub Green Valley de Avenida Argentina.

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En ese mismo lugar, desde febrero pasado existe un nuevo local llamado Mia Lounge Bar, de propiedad de Cristian Clavería, también dueño del local Dgusta. Cristian advierte que al comienzo de la pandemia, todo era negro. “Logré mantener el Dgusta porque tenía algunos ahorros y pude dedicarme al delivery. Esto no era opción, pero lo hice para no morir y salvar algunos de los costos del restaurante. Además, pedí un crédito fogape y postulé a varios proyectos Sercotec y Corfo. Eso me mantuvo durante toda la pandemia”, recuerda.

Cristian cuenta que luego de la apertura este año, todo cambió. “Hubo un boom de asistencia a los locales, la gente hacía filas para poder ingresar y creo que a todos nos fue muy bien. El día que ‘nos soltaron’ fue favorable para todos”, agrega mientras cuenta que esta necesidad de las personas por regresar a la vida nocturna, le permitió volver a ahorrar.

“Al principio pensé en cambiar de rubro, pero luego me di cuenta que lo conozco y me gusta, por lo que pude instalarme en otro local llamado Mia Lounge Bar. Lo hice para brindar una alternativa nueva con el tema de los stand up comedy. Hace poco trajimos a Rodrigo González y seguiremos todos los meses contando con algún artista del género. La recepción estuvo bien y a pesar que el invierno históricamente para nosotros es más lento, diría que la situación se normalizó”, añade.

Otro local que nació en pandemia es Club Patagonia, que abrió sus puertas en agosto del año pasado. Aldo Suárez, su propietario, tenía antes el local Canibal, el que cerró ante la llegada del Covid-19. “No podíamos vender el concepto de tenedor libre a domicilio, así es que optamos por cerrar. Además, la competencia era demasiada. Cuando pensé en la reinvención, hice un auto cine, el primero de Chile, en el mismo estacionamiento de Canibal desde mayo del 2020 hasta octubre del mismo año, cuando volvimos a cuarentena”.

Aldo cuenta que cuando la normalidad se comenzó a vislumbrar el año pasado, se planteó remodelar el local completamente para instalar una terraza porque en otros países se veía que en lugares abiertos, los restaurantes podían atender. “Me centré en hacer un local de primera calidad enfocado a una gastronomía de punta y coctelería gourmet, de primera calidad, con productos nacionales. El restaurante tiene como foco el servicio a la atención al cliente, para que se sienta como en su casa. De esa manera reestructuré el negocio y la verdad es que quedamos con tremendo servicio e infraestructura. Desde diciembre del año pasado, quise retomar el tema de la entretención y con el Club Patagonia funcionando, me aventuré con los conciertos. En diciembre vino Natalino y en abril estuvimos con Luis Jara. El 3 de junio, contaremos con la presentación de Pablo Herrera; tendremos entretención para toda la gente de Chillán”, invitó.

Cafe Newen Variete

En julio de 2018 nació Café Newen Variete. Uno de sus dueños, Nicolás Jaque, cuenta que hasta el estallido social, todo anduvo bien. “Con la pandemia cerramos un año y medio y la idea de bajar el telón para siempre, es recurrente hasta el día de hoy”, advierte. Es que el proyecto no engloba solo el servicio o el consumo, sino que va más allá. El café nació con el propósito de ser una vitrina para los artistas locales y la dificultad que hoy se presenta, es sostener una agenda semanal de programación artística. “Es complejo crear escena, hay algunos eventos que convocan, pero otros no tanto y aún estamos en la lucha de instaurar en la comunidad el consumo de cultura”.

Por eso los dueños de Café Newen ya idean estrategias para recuperar el alma del espacio a través de proyectos o de extender el horario para que el café comience a atender desde temprano, como era en un principio. “Hemos tenido stand up, poesía, música, porque todos necesitábamos salir, entretenernos y ha sido bueno reencontrarnos. Nosotros creemos en la importancia de generar espacios artísticos. Por lo pronto, estamos luchando contra la corriente, pero no dejaremos nuestro espíritu de ser un espacio dedicado a las artes y la cultura de nuestra zona”, indicó.

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