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“Yo solo les digo que los llevaré en mi corazón por siempre”

Bajo las lágrimas, ante siete mil personas y acompañado de su madre Eugenia Arévalo y un cielo que lloraba la partida del técnico más exitoso en los 107 años de historia del “Rojo”, se despidió Jaime García.

Desde principio a fin se vivió alegría mezclado con emociones de un técnico que tuvo un impacto tanto en lo deportivo cómo también en lo social, que le hicieron convertirse en un ícono para la hinchada de Ñublense que lo despidió cómo realmente correspondía y no con un solo comunicado de seis líneas, pero el fútbol es así hoy en día rozando lo frío con lo macabro, pero que tuvo un final alegre.

Con fuegos artificiales, bengalas y cánticos con su nombre, mientras recorría cada espacio de su amado estadio Nelson Oyarzún, otro técnico que también vive en la memoria de los chillanejos.

El espectáculo fue complementado por el duelo de ex cadetes de Ñublense que enfrentaron a jugadores históricos, donde se hicieron parte Renato Ramos, Sebastián Montecinos, Luis Flores, Miguel Jiménez, Erick Olivares, Edgardo Abdala, Juan Covarrubias, Marcos Sepúlveda y muchos cracks que se unieron para darle reconocimiento a un técnico que caló hondo en el corazón de los ñublensinos.

“Agradecer a todos los que pusieron su granito de arena en esto, a los viejos cracks, a los cadetes gracias por estar conmigo, yo se que son partes de esta historia, lo único que me queda por decirles, sigan queriendo a este club que ha crecido mucho, yo les digo que los llevo en mi corazón por siempre, gracias por siempre apoyarme en las malas y en las buenas, siempre los llevaré conmigo a todos lados, adiós”, declaró el técnico emocionado ante la gente que pese a la lluvia aguantó hasta al final para poder despedir al querido técnico.

Tras el final y sus palabras el técnico recibió un cuadro con la vista aérea del estadio Nelson Oyarzún, lugar donde vivió tantas alegrías, donde logró un título de Primera B, un subcampeonato de Primera División y además donde logró clasificarse tanto a Copa Libertadores por primera vez en la historia del club y por segunda vez a Copa Sudamericana, donde logró meterse entre los 16 mejores en el actual año.

Finalmente, García compartió con su familia y su cuerpo técnico largos minutos en el camarín donde estuvo por 4 años, donde creció cómo técnico y donde se retiró cómo ídolo. Gracias “Búfalo” querido por llevar al club de sus amores a lo más alto, gracias por su lado humano que seguro lo recordarán para siempre, por apoyar en cada causa que se lo solicitó donde contribuyó con una academia para la formación de niños y visitó más de 170 establecimientos y gracias por volver la identidad a la gente con el equipo de su ciudad. Chillán será su segunda casa para siempre

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