Close
Radio Radio Radio Radio

Rapa Nui clama por recuperar los moáis dañados en el incendio de 2022

Un año después del devastador incendio que asoló parte de la recóndita Isla de Pascua y afectó a más de 200 moáis, las milenarias esculturas con forma de cabeza humana luchan contra la degradación y claman por fondos para ser restauradas.

El fuego se originó en unos pastizales el pasado 4 de octubre, pero se descontroló y alcanzó el cráter del volcán Rano Raraku, conocido como la cantera de los moáis porque es ahí donde los antiguos indígenas rapa nui esculpieron sus icónicos monolitos en piedra toba y los repartieron por la isla, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Con sus laderas salpicadas por decenas de moáis de distintos tamaños, colocados en distintas posiciones, el Rano Raraku es mucho más que un gigantesco taller ancestral: fue el epicentro del apogeo cultural de Rapa Nui, nombre indígena de esta isla ubicada en medio del Océano Pacífico, a 3.700 kilómetros de Chile continental.

Fue como ver arder a nuestros ancestros, nuestra historia son ellos. Las llamas nos provocaron una gran desolación”, reconoce a EFE Carlos Edmunds, presidente del Consejo de Ancianos, una institución ancestral.

Un informe elaborado por la Unesco y expertos de la isla determinó en junio que el fuego afectó a 222 moáis, de los cuales 22 presentan “graves alteraciones” y “deben ser tratados a corto plazo”.

Daniela Meza, arqueóloga y jefa de conservación del Parque Nacional Rapa Nui, que ocupa casi la mitad de la isla, explica a EFE que las estatuas no sufrieron fracturas aparatosas porque la exposición a las llamas no fue tan larga, pero sí presentaron manchas de hollín y algunos cambios de calor.

Estos daños, apunta, “parecen superficiales a simple vista”, pero debilitan la toba y aceleran la degradación que sufren las estatuas por culpa de la erosión biológica.

“Los moáis se encuentran expuestos a un medio ambiente que los va dañando constantemente. Hay mucho viento, llueve con frecuencia, la radiación solar es muy fuerte… Todos estos agentes -sumados a otros incendios del pasado- se van acumulando y a largo plazo producen grietas y fracturas”, añade Meza, que también apunta a los líquenes como fuente de erosión al irse colando por la toba.

Para evitar que las misteriosas estatuas se caigan a pedazos, los expertos recomiendan técnicas costosas de consolidación para devolverle la estabilidad a la piedra y de hidrorrepelencia para protegerla de agua.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top