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Proyecto CIPA transfiere conocimientos para elaborar subproductos del proceso vinífero en San Nicolás

Cada zona vitivinícola alrededor del mundo tiene sus particularidades y la comuna de San Nicolás, ha experimentado una verdadera revolución al utilizar prácticamente toda la parra, debido a la implementación de soluciones tecnológicas para la valorización de la viticultura en el Valle del Itata.

Algo que fue posible gracias a la reciente firma del contrato entre el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa), el Liceo Bicentenario de San Nicolás y el Comité Coordinador Campesino Comunal de esa comuna, lo que permitirá transferir conocimientos en la extracción de jugo y uvas, junto con la entrega de equipamiento para procesar el sarmiento y las hojas de la vid.

A su vez, estos acuerdos proyectan la implementación de una planta de procesos, cuya capacidad de producción bordearía las 18 toneladas de uva y otras 60 de hojas y sarmientos, considerando sólo la implementación de un extractor multipropósito para la elaboración de productos comercializables.

Y es que ahora, al incluir tecnología de punta, la uva dejó de ser la única protagonista del Valle de Itata, ya que también las hojas, cáscaras, semillas y sarmientos son utilizadas como materia prima que permitirán el desarrollo de un nuevo modelo de negocio en la zona más allá de la producción vinífera.

Proyecto

Algo que el Cipa comenzó a desarrollar desde 2018 a través del proyecto “Implementación de soluciones tecnológicas para la valorización de la vinicultura en el Valle del Itata”, cuyos resultados fueron transferidos a miembros del Comité Campesino y a docentes del Liceo de San Nicolás, quienes tendrán la posibilidad de aprovechar mejor el recurso frutícola, dar un uso a residuos de poda y contar con alternativas de utilización dado el bajo precio de la uva.

Al respecto, Claudio Toro, director ejecutivo del Cipa, señala que “la innovación cumple un rol prioritario para la sustentabilidad del territorio, más aún cuando se complementan los atributos de la zona con un trabajo asociativo que fortalece el desarrollo social y económico de la comuna, dado que se incrementa la posibilidad de absorber conocimientos”.

Se trata de un desarrollo que representa mejores técnicas y prácticas, con un enorme potencial para pequeños viñedos de la región y el país, ya que a través de acciones sustentables en conjunto con un trabajo de excelencia, podrían fortalecer la protección medioambiental, el desarrollo humano y social de la comuna.

A partir de la uva, el sarmiento y las hojas de las parras, se pueden obtener jugos, suplementos alimentarios y productos cosméticos, dando una alternativa de consumo y producción más allá del vino. En este sentido, el trabajo científico ha permitido desarrollar productos de consumo con un alto contenido de polifenoles, sustancia química con propiedades antioxidantes capaces de prevenir problemas de salud, como las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la población adulto mayor.

Por ello, este centro de investigación regional contempló la instalación de equipos en el Liceo de San Nicolás, con el objetivo de entregar nuevos conocimientos y soluciones tecnológicas asociadas al cultivo y producción de la vid, y así generar también retención de talentos en la zona a nivel escolar y técnico profesional.

Para Víctor Reyes, director del Liceo Bicentenario de San Nicolás, contar con nuevas capacidades de la especialidad es clave para ampliar los conocimientos tanto en alumnos como en profesores. ”Estamos propiciando mejoras en las especialidades técnicas y científicas, para que se transforme en importantes réditos para la sustentabilidad local, el medio ambiente y también a la salud de la población”.

Se trata de un proyecto único, sin precedentes en la zona y que es altamente sostenible, con lineamientos estratégicos que buscan aprovechar las 611 hectáreas de viñas plantadas en dicha comuna, a través de la implementación de equipamiento para la producción de jugo de uva País y otros equipos para procesar el sarmiento y las hojas.

Por su parte, Alfonso Jara, presidente del Comité Coordinador Comunal Campesino de San Nicolás, relevó la importancia para la agricultura familiar local, pues la producción de uva se ha devaluado en los últimos años, explica. “Esta iniciativa representa un apoyo concreto para nosotros, pues esperamos alcanzar un precio justo por nuestros productos con un valor agregado característico de la zona”, sostiene.

Todo esto gracias a una cepa que está desde hace 500 años en nuestro país y que hoy renace con un valor añadido en sí mismo, gracias a la renovación de su cadena productiva a través de las nuevas tecnologías.

Un panorama auspicioso para la oferta agroindustrial del Valle de Itata, gracias a la diferenciación y alta competitividad que se proyecta en sus productos, los cuales impactan además positivamente en la economía local, mediante la creación de empleos, el aumento de la productividad y el incremento de ingresos.

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