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Participación ciudadana en el nuevo proceso Constituyente: ¿Un mes será suficiente?

En medio de un segundo proceso constituyente, esta vez de carácter bastante “exprés” (el órgano encargado de aprobar el texto -Consejo Constitucional- solo tendrá cinco meses para llegar a acuerdos); la participación ciudadana en el mismo surge como la gran duda de quienes aún son escépticos al respecto.

Sobre todo, si se revisa la anterior experiencia de la Convención Constitucional, que con una ciudadanía bastante más receptiva e informada que ahora, no pudo generar una instancia de este tipo que incidiera de manera gravitante en el desenlace del proceso.

Actualmente, es la Secretaría de Participación Ciudadana la encargada de acercar el trabajo de los organismos constituyentes a la población, lo que quedó estipulado en el artículo 153 de la actual Constitución, luego de la reforma.

Se trata de un equipo conformado por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile, que en colaboración con universidades acreditadas de todo el país y otras instituciones y entidades de la sociedad civil, está encargado de diseñar, implementar y sistematizar el proceso de participación ciudadana, con el objetivo de que la ciudadanía logre incidir en el debate constitucional.

A partir del 7 de junio, la Secretaría de Participación Ciudadana ofrecerá cuatro mecanismos de participación, respecto de los cuales ya es posible solicitar información accediendo al sitio web secretariadeparticipacion.cl. Estos son: Consulta Ciudadana, Diálogos Ciudadanos, Iniciativa Popular de Norma y Audiencias Públics.

Durante un mes, la Secretaría de Participación deberá recoger toda la información que provenga de la ciudadanía, para compartirla con el Consejo Constitucional, el cual determinará si es introducida en el texto final.

Factores en contra

Según el abogado y académico de la U. de Concepción, Alfonso Henríquez, “la ciudadanía ha jugado un rol importante durante este proceso, sea a través de cabildos ciudadanos, encuentros autoconvocados, consultas ciudadanas, o audiencias públicas. De hecho, existe mucha información disponible, y que puede servir para esta etapa. No se parte desde cero”, recalcó.

Sin embargo, advirtió, “existen algunos factores que pueden jugar en contra. El primero es el escaso tiempo para la puesta en práctica de las distintas instancias de participación. Por ejemplo, la Secretaría de Participación contempla realizar una consulta digital acerca del texto que apruebe la Comisión Experta. Pero la ciudadanía tendrá poco tiempo para conocer dicho texto, y aun menos para estudiarlo con cierta profundidad. Ya aprendimos del proceso anterior que las materias constitucionales son complejas, y que no es fácil acometer esta tarea con premura”.

En segundo lugar, añadió, “también se contempla que las personas puedan presentar propuestas constitucionales. Pero no es claro qué tanto pueda incidir la ciudadanía a través de este mecanismo. En la Convención la experiencia fue dispar, en algunos casos, las propuestas que presentaron las personas realmente fueron consideradas por dicho órgano, pero en muchas otras situaciones, estas apenas se discutieron. En tercer lugar, también se contemplan audiencias públicas. En el proceso anterior, estas ocuparon una parte importante de los primeros meses de la Convención. ¿Existirá tiempo suficiente para que el Consejo pueda escuchar con calma y tranquilidad a las distintas organizaciones de la sociedad civil?”.

No obstante, y a pesar de estos factores, dijo, “creo que la Secretaría de Participación está realizando una labor muy profesional, y que hará todo lo posible para que estos mecanismos funcionen de manera correcta, teniendo a la vista los distintos problemas que he señalado”.

En tanto, Jeanne Simon, politóloga y académica de la U. de Concepción, cree que el actual proceso de participación ciudadana, liderado por la Secretaría de Participación, a cargo de la U. de Chile y la PUC, enfrenta muchos desafíos “por el desinterés y la desafección ciudadana”.

“De todas maneras, es un proceso necesario para asegurar que la ciudadanía esté informada y tenga la posibilidad de aportar con iniciativas populares de norma. No obstante, como en el último proceso, las decisiones finales sobre las normas dependen de los miembros del Consejo Constitucional. Así, su aporte principal será en la educación ciudadana sobre los temas que están debatiendo. Idealmente, aportará a un voto más informado, porque será con el voto que cada ciudadano(a) tendrá mayor incidencia”.

Quien estuvo muy ligado a la participación ciudadana durante el anterior proceso constitucional, fue el exconvencional, César Uribe, quien no está muy convencido del real efecto que tengan las actuales acciones al respecto.

“En general, yo veo y siento que hay una desconexión bien grande, bien amplia de la ciudadanía con el nuevo proceso constituyente. Creo que realmente no están las ganas, las intenciones o las prioridades hoy día para generar un cambio constitucional, que este segundo proceso fue principalmente motivado por la fuerza política y partidista del Congreso, pero no necesariamente porque exista como una intención
real de generar un cambio”, aseveró.

Según Uribe, en términos generales, con el tiempo, se ha ido demostrando esto. “O sea, no solamente ganó el Rechazo, que eventualmente, muchos de quienes rechazaron quizás querían o creían en un nuevo proceso constituyente o en una nueva Constitución, pero no les gustó la propuesta. Creo que la elección de consejeros también es un antecedente importante, porque que haya ganado el Partido Republicano, quienes siempre han establecido que les gusta la actual Constitución, que no quieren hacer modificaciones, y se hayan convertido en la primera mayoría a nivel nacional, es una señal de que la ciudadanía no está hoy día con la intención de cambiarla”, advirtió.

Por otra parte, dijo, “está la gran cantidad de votos nulos y blancos, que también, desde el otro extremo quizás, son personas que no creen en este proceso. En ese sentido, es también lejano a participar”, manifestó.

César Uribe cree que, en general, “este proceso no concita interés ciudadano real. Y dentro de lo mismo, digamos, yo creo que en gran parte tiene que ver con cómo está diseñada la propuesta, el proceso en general, que ya está muy definido. O sea, si hablamos de participación, es una con poca incidencia real, porque el Congreso definió 12 bordes, el borrador Constitucional ya está armado, que es la propuesta de los expertos. Hay, además, un Comité de Admisibilidad, que revisará que todas estas nuevas iniciativas que puedan nacer desde el Consejo Constitucional y desde la participación ciudadana estén en regla y vayan en la línea de los 12 bordes. Entonces, también ahí hay un diseño institucional en que de alguna manera ya está todo más o menos amarrado, lo que creo, marca esa falta de interés”.

Por otra parte, agregó, “el proceso de participación
ciudadana no concita tanto interés. A mí me parece que las cuatro herramientas, en general, son buenas ideas, pero entendiendo el contexto y entendiendo también que hay un problema de tiempo, ya que el proceso constituyente, en lo que respecta a la participación ciudadana, va a ser solamente de un mes, lo que veo como algo deficiente. Creo que un proceso constituyente tiene que ser muy, muy cercano, y en ese sentido, tanto las formas de participación, como los tiempos están bien alejados
del común de la gente, que no tiene mucho tiempo, que no está ciento por ciento metida en la discusión”, afirmó.

Por último, precisó César Uribe, “las herramientas de participación son un tanto lejanas. Se consideró
a dos universidades antiguas para llevar adelante el proceso, y en ese sentido, evidentemente que a una persona rural de Ñuble interesada, le va a ser muy dificultoso participar. Yo creo que ahí hay cosas también importantes que no se consideraron”

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