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Organizadores de ollas comunes evalúan reabrir ante situación económica del país

Las ollas comunes o comedores solidarios tuvieron un auge incipiente al inicio de la pandemia por Covid-19, debido a la pérdida de trabajo y posibilidades de generar recursos de muchas familias. Pero que con el tiempo y las mejoras sanitarias estas se fueron cerrando. Sin embargo, ante una situación sanitaria que sigue y las alzas en productos alimenticios básicos, se cierne la posibilidad de abrirlas nuevamente.

Ante la situación, el director de la Coordinadora Solidaria Chillán, Ricardo Rodríguez, indicó que “la importancia de los comedores se da por la necesidad de la gente, esta pandemia todavía no termina, la reactivación económica tampoco ha estado 100%, ha subido los insumos y la gente que tenía un sueldo o ingreso mínimo no le alcanza en estos momentos, porque los valores están por las nubes”.

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“El IPC ha subido en demasía, ya llevamos un 19%, entonces imagínese la cantidad de gente que tiene precariedad para seguir su alimentación”.

En el caso de Ñuble, en Chillán llegaron a ser 20 los comedores con ollas comunas, mientras que en otras comunas se repetía la situación. Lo que era posible gracias a voluntarios, juntas de vecinos, recursos propios y aportes tanto de privados como de autoridades.

En análisis

La Población Luis Cruz Martínez abrió una olla común en abril del 2020, la que se mantuvo poco más de un año, debido a que los habitantes del sector que asistían constantemente empezaron a retomar sus trabajos y percibir ingresos.

El presidente de la Junta de Vecinos Luis Cruz Martínez, Juan Matamala, fue el precursor junto con un grupo de voluntarios y en estos momentos están haciendo una evaluación para retomar la tarea. “Sabemos que mucha gente del sector y de los alrededores del Ñuble viven de la recolección de la fruta en esta temporada, pero esta ya se está acabando. Entonces, estoy alerta a eso porque tenemos hartos adultos mayores y personas que salen a trabajar y después se quedan sin nada”.

“Le digo a todas las autoridades que no solamente abriendo una olla común paramos el hambre, sino que paramos la delincuencia y hasta la prostitución”, agregó Juan Matamala.

La última olla común que se mantuvo abierta hasta el 31 de diciembre de 2021 fue la de la Villa Islas del Sur, y continuaron en enero de este año durante algunos sábados entregando almuerzos.

En este caso, el presidente de la Junta de Vecinos Islas del Sur, Miguel Barra, precisó que están evaluando la situación, sobre todo en obtención de recursos. “Trabajamos seis personas, después se retiraron tres, pero creo que está disponible el equipo completo. Lo hemos estado conversando y se echa de menos dialogar con la gente, mezclarse (…). Uno está haciendo un trabajo desinteresado que además ayuda a las familias que quizás no lo están pasando tan bien”, precisó.

Algunas otras ollas comunes que se habilitaron fueron en Población El Esfuerzo, Lomas de Oriente 4, Confluencia, Villa Santa Rufina, entre otras.

Texto: Antonieta Henríquez

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