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Orafti descongela tras cuatro años el precio de la achicoria industrial

En el cierre de la cosecha de achicoria industrial, Peter Guhl, gerente agronómico de Orafti, calificó la temporada como “bastante buena, con resultados para los agricultores muy positivos, yo creo que un millón de pesos de ganancia por hectárea, en promedio, no es un mal resultado”, sobre la base de una producción de 60 toneladas por hectárea, que es el rendimiento promedio estimado para esta temporada, según la empresa.

Sin embargo, se trata de la cuarta temporada consecutiva en que el precio ofrecido por la firma belga-alemana fue de $40 mil por tonelada, razón por la cual Orafti elevó la oferta en 5% (2 mil pesos) para el próximo año, según lo anunció en un seminario virtual en el que participaron productores, considerando el aumento del costo de los insumos como consecuencia del alza del dólar.

“Con el adicional por el sobrecosto de los agroinsumos y tomando en cuenta el rendimento de esta temporada, el próximo año debiéramos lograr una ganancia de $1 millón por hectárea, por lo tanto, creemos que es una oferta bastante atractiva dentro de un escenario que es bastante volátil, hoy es difícil apostar a uno u otro extremo”, argumentó Guhl.

De acuerdo a la información publicada por Orafti, en la temporada 2020-2021, para obtener una utilidad de $1 millón por hectárea, se requerirá un rendimiento de 65 toneladas por hectárea. Para un rendimiento de 60 toneladas, en tanto, la utilidad sería de $833 mil.

Frente al malestar de los agricultores por el precio, el profesional retrucó que “el precio no es lo determinante, sino lo que queda en el bolsillo para el agricultor, y si vemos la misma línea de tiempo para atrás, el ingreso neto para el agricultor está subiendo, porque ha aumentado su producción, gracias a lo que hemos invertido en investigación y desarrollo y la transferencia tecnológica hemos incrementado significativamente el rendimiento. Es así como en 2016, el rendimiento promedio por hectárea estaba en 51 toneladas”, es decir, entre 2016 y 2020 ha aumentado 17,6%.

Si bien reconoció que en ese periodo también han subido algunos costos, Guhl expuso que esas 9 toneladas adicionales constituyen un incremento de los ingresos. “Hay ítemes que suben y otros que bajan, no es algo lienal. En este cálculo, valoramos los insumos, que están en dólares, porque ése es el mayor impacto aquí, y en años anteriores incluso bajó el costo para el cultivo, por ejemplo, un fuerte impacto para nosotros es el costo de la energía para el riego, con el actual costo del petróleo, el costo energético baja y debería ser más barato regar el próximo año en comparación con el año pasado”, argumentó.

No obstante lo anterior, entre el 30 de junio de 2017 y el 30 de junio de 2020, el dólar pasó de los $663 a los $816, vale decir, experimentó un aumento de 23%.

Asimismo, Peter Guhl reafirmó el atractivo de la oferta argumentando que en este periodo el número de agricultores se ha mantenido y la superficie promedio por agricultor ha subido, y en consecuencia, ha crecido la superficie de achicoria. “Este año vamos a bajar, pero eso obedece a una contingencia productiva en la planta, pues todos los años se produjo un poco más de lo que se vendió, por lo tanto, hoy está todo lleno y no podemos producir más, lo que he escuchado que ha producido cierto malestar”.

Desestimó, asimismo que solo la empresa se esté beneficiando con el mayor margen que deja el tipo de cambio. “Ha sido un win win. Como el mercado mundial de la inulina también se está consolidando, significa que el precio por unidad está a la baja. No obstante que el agricultor eventualmente dice que gana lo mismo durante cuatro o cinco años, para nosotros, esa estabilidad de precios nos ha permitido bajar nuestro precio de venta, y por lo tanto, penetrar en más mercados y aumentar el volumen”.

En ese sentido, planteó que para los agricultores la seguridad del precio es un atractivo en sí mismo, “porque yo podría subir el precio y pagar más al agricultor, pero eso a mediano plazo va a generar que tenga menos ventas”.

Para la próxima temporada Orafti prevé contratar una superficie de 3.600 hectáreas entre Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía.

Alza insuficiente

Para el dirigente agrícola y productor achicorero, Carlos Smith, el aumento anunciado es claramente insuficiente considerando el aumento del dólar en estos años y el incremento de costos, no solo de los agroquímicos, sino que también de la maquinaria y la mano de obra.

“Hay gente que ha ido aumentando su superficie, y los que sembraban menos, los más pequeños, han ido saliéndose del cultivo”, comentó Smith. En ese sentido, apuntó que el cultivo solo es atractivo por sobre el promedio de 60 toneladas por hectárea, no así para quienes obtienen menos, pues dentro de ese promedio de 60 toneladas, hay productores que obtienen 40 y otros que llegan hasta 70-80.

El dirigente advirtió que “hay mucha gente que se va a salir, porque visto así, esto no tiene ninguna proyección. Porque si me dicen que gano un millón de pesos por hectárea, resulta que ese millón de pesos son muchos menos dólares que hace cuatro o cinco años, y resulta que el tractor tengo que comprarlo con el equivalente en dólares, y los agroquímicos también, porque son importados. Y la mano de obra, es evidente que ha subido. Entonces, desconocer que la mano de obra ha subido y que la maquinaria ha subido, es absurdo”.

Frente a este escenario, reconoció que los agricultores no tienen muchas alternativas: “no tenemos una gama de cultivos muy amplia para hacer rotación, y la rotación es una necesidad, por lo tanto, aun cuando un cultivo no tenga mucha rentabilidad, estamos obligados a hacerlo, porque las alternativas no son mejores”.

No es primera vez que Smith critica la oferta de la compañía, aunque según recordó, no se enfrentaban a este problema cuando existía una mesa negociadora entre los agricultores y la gerencia agronómica, en la anterior administración. Dicha instancia ya no existe por una decisión de la compañía, pues según acotó Smith, “Orafti argumentó que podría no ser bien visto y decidió terminarla”.

“Yo solo espero que se aplique el concepto de comercio justo, que toma cada vez más fuerza en el mundo, sobre todo en empresas extranjeras, en cuyos países son conceptos arraigados”, planteó el dirigente de la Asociación de Agricultores de Ñuble. “Cuando hablo de comercio justo, a mí no me parece normal que para un cultivo, independiente que nosotros hayamos subido el rendimiento -porque quiero subrayar que los mayores rendimientos son gracias al esfuerzo de los agricultores-, donde el único poder comprador son ellos, y nos fijen el precio durante cuatro años sin moverlo un ápice, eso no me parece justo, en ninguna parte del mundo eso es aceptable, eso no forma parte del comercio justo del que ellos debieran ser líderes”, enfatizó.

“Si cuatro años atrás el producto se exportaba con un dólar muy inferior, ¿eso se condice con el aumento de 5%? Me parece que el alza ha sido mayor y lo que nosotros pedimos es que parte de esa alza se reparta”, añadió.

Según recordó, este cultivo partió en Chile con un precio en base a dólar. “Yo participaba en las reuniones técnicas con el equipo agronómico de la empresa, en la anterior administración, cuando existía una mesa negociadora. Siempre hablamos de pedir para la achicoria una rentabilidad de mil dólares por hectárea de ingreso neto para el promedio de rendimiento de la temporada. Y lo llamamos un cultivo de especialidad, porque esto no es un commodity, uno produce esto y no lo puede salir a vender a cualquier comprador, es una agricultura de contrato que produce una materia prima muy específica, que es la inulina”, explicó.

“Volvamos a sentarnos a la mesa y volvamos a tener los mil dólares por hectárea de utilidad”, planteó el empresario, quien enfatizó que “desde que se disolvió la mesa no se volvió a hablar de los mil dólares por hectárea”.

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