Señor Director:
El 4 de septiembre se cumplen 202 años del fusilamiento del general José Miguel Carrera Verdugo en Mendoza, a los 36 años de edad. El ideal de su vida llevaba en sí el anhelo de hacer lo imposible por la libertad de su Patria. En este camino, lo esperaban grandes amarguras, envidias y traiciones, donde lo siguieron sus hermanos: Juan José, Luis Florentino y Javiera. Seguro de sí mismo y de lo loable de su causa, entregó su alma, su superioridad moral y su integridad. Su sitial de honor, lo labró con su talento, valentía y espíritu patriótico, inmensamente superior a todos.
Carrera muere joven, como aquellos a los que los dioses prefieren y que dejan durante la vida un legado que siempre será reconocido. Después del juicio espurio donde fue condenado, le escribe a su joven esposa, Mercedes Fontecilla: “Miro con indiferencia la muerte, solo la idea de separarme de mi adorada Mercedes y tiernos hijos despedaza mi corazón, Adiós, Adiós”. Camina al cadalso, donde habían sido asesinados sus dos hermanos y, dando muestras de entereza, dirige al pelotón de fusileros, desechando el vendaje de sus ojos e indicando con su mano derecha su corazón donde debían apuntar, exclamando con voz firme: “¡Muero por la libertad de América…!”
Marta Saavedra Lavín
Directora Instituto Carrera
