Señor Director:
El pasado 01 de Marzo mi hijo de 18 (TEA) junto con un centenar de Jóvenes más se presentó a la citación realizada por el cantón militar y llegando alrededor de las 7:30 de la mañana a dicho lugar, a jóvenes los fueron separaron por temas académicos, médicos ,judiciales etc. Nos Indicaron desde el comienzo que el proceso era bastante extenso, pero lo que nunca imaginamos es que aquellos jóvenes con condición especial los dejarían para el final del proceso pasadas las 19 horas.
Mi hijo fue despachado con papel que decía “excluido “, le pregunté a mi hijo como le había ido, me dijo “Mama me dijeron en nuestra cara que éramos tontos y que nunca más nos llamarían porque no servíamos”. Mi hijo puede que no tenga buena motricidad, o presente mayor sensibilidad auditiva, corra diferente, pero es más capacitado intelectualmente, educado y empático que muchas de las personas con que ese día se vio forzado a compartir, debo señalar, además, que, entre los padres de esos jóvenes con condiciones distintas, pertenecían a comunas como San Carlos, Coihueco, San Fabián y otras.
Estos hechos ocurrieron el día previo a la promulgación de la ley autista, ojalá no sea letra muerta y algunos parlamentarios y organizaciones no solo lamenten de manera pasiva estos acontecimientos, si no que se procure mejorar procesos como estos, que claramente deben ser modernizados optimizado, que esta ley se traduzca a hechos concretos que tiendan a velar por un mejor bienestar y trato digno para nuestros hijos.
Silvana Vilches
