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Las señales y anécdotas del primer “aniversario civil” del natalicio

Mauricio Ulloa

Prometía ser una de las ceremonias más breves que se recuerde, para homenajear un nuevo natalicio del Libertador Bernardo O’Higgins, y así fue.

La causa fue la lluvia.

Pero esos cerca de 65 minutos que duró el acto cívico con menos público de todos los tiempos (por la misma causa), dejarán para los registros diversas situaciones nunca antes vistas un 20 de agosto anterior.

En primer lugar, en este acto se destacó que la invitación a la comuna a asistir a la ceremonia surgió tanto desde la Presidencia como por parte de la propia municipalidad chillanvejana, y no del Ejército, como sucedía hasta entonces, pese a que la entidad uniformada sí fue parte de la organización general.

¿Un intento por desmilitarizar la figura de O’Higgins? “No, no lo veo así, por lo demás no se puede esconder la historia y Bernardo O’higgins es sin duda la figura más relevante de nuestro Ejército”, responde el gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo.

“Creo que el que este acto tenga un origen cívico obedece a la necesidad de recuperar parte del patrimonio de la Región de Ñuble. O’Higgins nace aquí, su familia es de acá, es un legado para nuestro país y un héroe nacional, gracias a su legado en distintas áreas y no sólo a los cargos que ocupó. Nos pertenece a todos”, complementó.

Más cambios. “Como alcalde de la comuna, llego al palco de honor y me ubico en la silla que tenía mi nombre. Luego miro el nombre de la silla de al lado y veo que decía, Señor Presidente de la República Gabriel Boric Font”, comentó aún sorprendido el alcalde de Chillán Viejo, Jorge del Pozo.

El asombro es porque “siempre los alcaldes quedan distantes a unos 11 espacios de los presidentes, entonces me sorprendió. Después me explicaron que él mismo lo había pedido así y yo se lo agradecí personalmente en el Vino de Honor, porque actitudes como esas engrandecen la comuna y es un reconocimiento, no solo para mí, sino para todos los alcaldes del país”, explicó.

Del Pozo conversó con el Presidente Boric, pero no le pidió nada para la comuna. Eso lo hizo a través de la entrega de una carta en la que le explicaba respecto a las obras del MOP en el Parque Monumental, la necesidad de contar con un Plan Calles Sin Violencia y de cerrar la planta de residuos sanitarios.

“Lo que hablamos fue respecto a O’Higgins. A veces en los homenajes se habla de todo, menos del homenajeado y creo que no era el momento de otras cosas”, apuntó.

También habló con él el alcalde Guillermo Yeber, de Bulnes. “Justo cuando se estaba yendo. Le dije que hace dos años estamos esperando recursos comprometidos para pavimentación participativa, pero lo primero que me dijo fue que tenían problemas de financiamiento para las viviendas. Le insistí en que ya llevábamos mucho esperando y se comprometió a revisar el caso de Bulnes”, comentó.

Un inesperado “bis”

La ceremonia comenzó con las entregas de las ofrendas florales entregadas por 12 instituciones entre Carabineros, PDI, el Poder Judicial, el GORE y otras entidades, para pasar al discurso presidencial.

Una vez que Gabriel Boric terminó su alocución, por los micrófonos anunciaron que “la ceremonia ha concluido, muchas gracias”. Y algunos comenzaron a levantarse de sus asientos para retirarse.

Uno de ellos fue el alcalde de Chillán, Camilo Benavente, quien abordó el vehículo que lo trasladaba y se retiró del lugar. Paralelamente, el alcalde chillanvejano manifestó su molestia al ver que todo el desfile quedaba suspendido.

El jefe comunal volvió a recibir el respaldo del Presidente y juntos, caminaron hacia el “hombre del micrófono” para decirle –en voz del Mandatario- que el desfile sí se efectuaba.

Y fue así que comenzó el desfile, con personal de todas las Fuerzas de Orden y Seguridad, Bomberos, Fuerza Civil, personal municipal, hasta llegar a alumnos de liceos, escuelas de fútbol y de artes marciales. “Ahora falta que desfilen los perritos de la plaza, la barra de Ñublense y los fabricantes de longanizas”, bromeaban los periodistas que llegaron de Santiago a cubrir la ceremonia.

Reporteros que, por cierto, junto con la prensa local, fueron “ubicados” en un corral con toldo a un costado de la explanada, de la que no pudieron salir sino hasta minutos después que todas las autoridades se habían ya retirado en sus vehículos.

Felipe Ahumada

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