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La “revolución” rural que llega a Prodemu de la mano de Cristina Martín

Alejada de las élites políticas, de región -de la más pobre por ingresos según la Casen-, y comprometida al ciento por ciento con la ruralidad.

Así es la nueva directora ejecutiva nacional de la Fundación Prodemu, Cristina Martín Sáez, socióloga de profesión, quien hasta hace unos días se desempeñaba como seremi de la Mujer y Equidad de Género en Ñuble.

Para la militante de Revolución Democrática fue una sorpresa su designación, una clara señal descentralizadora del gobierno.

“Desde mi trabajo académico y de sociología, de mis investigaciones o lo que uno va haciendo, el foco siempre estaba en la ruralidad y con mujeres rurales. Cuando yo ingresé a trabajar en la Universidad del Biobío empezamos a hacer distintos proyectos enfocados en el área. En el Observatorio Laboral yo me dedicaba exclusivamente a ver el tema del mercado laboral, pero del trabajo femenino, en la parte de silvoagropecuaria, y bueno, después ya pasé a la Dirección de Género, pero siempre estuvo ese trabajo, ese interés, que a uno también le gusta. Creo que esta trayectoria se vio reflejada también cuando vinieron la ministra Antonia Orellana y la exdirectora a Ñuble, en julio. Entonces pudimos mostrar el trabajo que habíamos estado desarrollando”, manifestó.

– Prodemu es una fundación que está en todos lados, desde Visviri hasta Cabo de Hornos. Me imagino que contar con esa red que ya está instalada es súper potente, y el objetivo es aprovecharla al máximo, ¿no?

– Sí. Cuando tú te das cuenta que Prodemu es una institución que lleva 32 años y que pone el foco después de la vuelta de la Democracia en las mujeres, tú empiezas a buscar la información y te das cuenta que hay una oficina en todas partes. Prodemu llega donde muchos no llegan. Y en ese sentido, aquellas zonas donde llega, son las rurales. Entonces ahí es donde uno empieza a darse cuenta que el foco, el fortalecimiento que uno tiene que hacer con esta institución muy validada a nivel nacional, es en las mujeres rurales, considerando que también SernamEG, como servicio que también trabaja con las mujeres, llega a otros espacios, y su especialidad está enmarcada en violencia intrafamiliar. En Prodemu el foco es el tema de la autonomía económica, el emprendimiento, el fomento productivo, sobre todo en las zonas rurales. Por ejemplo, hoy el convenio que tiene Prodemu con Indap, el de mujeres rurales, es precisamente para poder entregarles herramientas de autonomía económica, pero para que también hagan su negocio.

– ¿Cuál es la radiografía que hace de la mujer rural en estos momentos? ¿En qué estado se encuentra? ¿Cuáles son sus carencias? ¿Sus desafíos? ¿Las brechas?

– Según el trabajo que se hizo en Ñuble y los diferentes estudios, hay brechas que son estructurales y que son transversales. Por ejemplo, la ruralidad de hoy que se ve afectada por el impacto de la pobreza, del cambio climático, lo que pasa hoy día con las lluvias, con los incendios. Las que se llevan el peso siguen siendo las mujeres para salir adelante y para sacar adelante a las familias. Y en ese sentido también hay brechas, que son estructurales y que precisamente una de ellas es la conectividad, el tema de los caminos, pero también el tema de Internet, o sea, cómo hoy día yo también armo redes. ¿Puedo comercializar? ¿Puedo vender? ¿Puedo tomar esta herramienta como un nicho de oportunidad laboral? Y también está el tema educacional, o sea, nosotros tenemos –y el país en general– una brecha de educación y alfabetización digital, que es súper importante. Ahí es donde nosotros hemos puesto el foco como institución, porque hemos también sacado diversos convenios que apelan a desmitificar los trabajos que históricamente han sido masculinizados. Hoy día nosotros estamos trabajando en proyectos de mujeres que trabajan en el ámbito del transporte, por ejemplo. Estamos trabajando en un proyecto que precisamente le entrega herramientas a las mujeres rurales que tienen negocios en términos de digitalización y de entregarles también los aparatos tecnológicos para que ellas puedan comercializar. Pero estas brechas se dan también en un sentido de redes sociales, de qué nicho tengo yo para apoyarme. Considerando, por ejemplo, los niveles de violencia a nivel nacional, las mujeres rurales también son las personas que están más aisladas y también están solas, los niveles de violencia son distintos, y en ese sentido estas herramientas también aportan a romper muchas veces con los círculos de violencia cuando tú les entregas herramientas de autonomía económica.

Derechos de las mujeres

– Mientras fue seremi de la Mujer, vivió una situación bastante compleja, en que se involucró su vida privada. Hubo acusaciones de violencia intrafamiliar, incluso, de aborto. A su juicio, ¿Qué límite a la privacidad debe tener el hecho de ser una autoridad pública, teniendo en cuenta cómo se abordó este tema a nivel nacional en ese momento? ¿Sintió el respaldo de la institucionalidad, sobre todo de la ministra Orellana?

-Es un tema que es muy doloroso, porque involucra a una familia, y en ese sentido, esto también está en un proceso de investigación el cual uno también tiene que respetar, se debe respetar el debido proceso. Creo que eso es fundamental hoy día, y que ha sido doloroso, sin duda que sí, porque no son sólo los hechos que se investigan hoy, sino que también hay una familia detrás, hay un entorno. Es lo que yo puedo responder, está todo en un proceso de investigación, y uno espera que se respete el debido proceso de la investigación. Ahora, en relación al respaldo, efectivamente, uno lo siente hasta el día de hoy, porque la ministra y el gobierno del Presidente Gabriel Boric sobre la base de un gobierno feminista, pone también el acento en estos procesos. O sea, no hay mayor cuestionamiento en sí. Y en ese sentido, el trabajo que también uno desarrolló previo a una situación puntual que es privada, también me va validando, y me valida hasta el día de hoy. Actualmente la violencia de género y la violencia intrafamiliar y todos los tipos de violencia, son una responsabilidad social, y también es algo de lo que el Estado se tiene que hacer cargo. En ese sentido, lo que me puede haber pasado a mí, o lo que le puede estar pasando hoy día a muchas mujeres es algo que es una realidad, y que muchas veces también se esconde, no se toman las decisiones en el momento oportuno, y ahí es donde uno también tiene que hacerse cargo como Estado de qué es lo que estamos haciendo, y cómo estamos abordando hoy día los derechos de las mujeres, que sin duda, no podemos negar que hemos avanzado.

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