Cerca de un 40% de los kioscos registrados dentro de las cuatro avenidas de Chillán, se encuentran sin actividad en la actualidad, cifra que no incluye a las nuevas estructuras que fueron resultado de las obras de mitigación pactadas con el municipio debido al cierre temporal por la reposición de las aceras del cuadrante sur del centro.
Esto es nueve de un total de 24.
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Y son a lo menos tres lecturas las que se pueden realizar de lo anterior, partiendo por la necesidad de retirar las estructuras por parte del personal municipal, en especial las que por su estado de abandono y descuido se han transformado en focos de incivilidades y de insalubridad, factor que ya motivó un catastro a nivel comunal por parte del consistorio local.
En segundo término, se destacan las causas que han motivado estos cierres, contándose entre las principales razones, el que “la venta de diarios, revistas, cigarros y caramelos ya dejó de ser algo rentable. Por eso mucha gente comenzó a vender otras cosas, desde calcetines, fruta, sánguches, juguetes y lo que se pueda vender. Yo mismo, tengo carbón a la venta”, admite Luis Azócar, presidente del sindicato de suplementeros de Chillán.
Y el tercer análisis –y en respuesta a lo anterior- llega desde la Cámara de Comercio. Su presidente, Alejandro Lama dice que “en ninguna parte del mundo se ven kioscos vendiendo comida preparada, ni ropa, ni gorros, ni carbón. Esto es sólo reflejo de la falta de fiscalización que hoy existe en la ciudad. Hay que entender que permitir que los kioscos y los ambulantes ilegales vendan lo mismo que vende un local establecido es competencia desleal y eso no puede ser aceptado por las autoridades”.
Es entonces, que desde el gremio de suplementeros surge una propuesta. “Queremos hablar con el alcalde y pedirle permiso para que nos permita ampliar el giro. Ninguno de nosotros se siente cómodo realizando actividades fuera de la ley, pero lamentablemente lo hemos estado haciendo por subsistencia. Yo le aseguro que si nos dejan amarrados a la venta de diarios, revistas, bebidas y caramelos, cada vez se irán cerrando más y más kioscos”.
Consultado el alcalde, Camilo Benavente, anticipó que “desde luego que estamos llanos a conversar con ellos, queremos ayudarlos porque es lógico que nadie puede obtener ganancias vendiendo sólo lo tradicional de los kioscos, así que estamos abiertos a ampliar su giro, pero de manera ordenada y con ciertas restricciones, incluyendo las sanitarias”.
Con esa visión como base, el jefe comunal adelanta que ya hay un proyecto de integración que proponerle a los suplementeros, una vez terminada la crisis sanitaria, es decir, este 30 de septiembre.
Plan de integración
En primer lugar, el administrador municipal, Richard Guzmán, tiene la misión de contactar a la brevedad a aquellos dueños de kisocos en desuso para solicitarles que o lo reactiven o lo retiren. Caso contrario, serán retirados por la municipalidad, almacenados en bodegas del consistorio y entregados cuando los vayan a retirar sus dueños.
En cuanto al plan del alcalde, Benavente detalló que “queremos integrar a los kioscos a este concepto de ciudad moderna en la que estamos trabajando. Permitirles que amplíen sus giros, pero también que sirvan como puntos de difusión cultural y turística, como en otros países”.
Publicidad, promoción de eventos del Teatro, afiches de difusión “y la venta de productos envasados, frutos secos y algo más que podramos acordar, pero evidentemente, ropa, carbón o cosas así, no”, detalló el alcalde.
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