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Deteriorada trama vial

MOP

Al analizar distintos indicadores locales de calidad de vida urbana se puede constatar un paulatino mejoramiento de la ciudad en diferentes aspectos, sin embargo, el factor que porfiadamente no mejora e incluso empeora es el de la vialidad urbana, no solo su incapacidad para soportar un parque automotor en constante aumento, sino también su calidad.

Es generalizada la percepción del deteriorado estado en que se encuentran las calles de la ciudad, repletas de baches de los más variados tamaños y deficientes capas asfálticas. Las causas son variadas. En algunos casos se trata de calles que fueron mal arregladas por empresas de servicios públicos; en otros las causas del deterioro se atribuyen a la erosión que provocan el peso de los 60 mil vehículos que transitan a diario por la ciudad. A ello se suman los efectos del derrame de combustible, que daña la capa asfáltica, como también el mal escurrimiento de las aguas lluvia.[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]

Pero lo más grave es que todos estos problemas se han producido como consecuencia de la ausencia de una política coherente en materia de construcción y preservación de las calles, cuyos responsables son el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el Municipio de Chillán, respectivamente. No es necesario esforzarse mucho para darse cuenta que en los últimos 30 años, con excepción de la Avenida O’Higgins y Martín Ruiz de Gamboa, no se ha concretado ninguna obra de envergadura en Chillán.

Entre tanto, los automovilistas tienen vedado conducir tranquilamente. Deben hacerlo, por fuerza, con los ojos clavados al pavimento, porque donde menos se lo espera pueden aparecer cráteres de distintas profundidades, capaces de liquidar amortiguadores y hasta al más resistente sistema de suspensión.

No es ésta, justamente, la perspectiva más grata para una ciudad que no solo se ha convertido en la capital de la nueva región y aspira a transformarse en un centro de servicios y referente del turismo nacional, sino que ante todo debe hacerse cargo de proveer un razonable bienestar a sus habitantes, lo contrario a la resultante de calles en mal estado que extienden los tiempos de viaje, dañan los automóviles y bajan la plusvalía de los barrios.

La conservación de la infraestructura vial es un elemento fundamental para el desarrollo de Chillán, por lo que la identificación de las necesidades en esta materia, así como la gestión de los recursos para la ejecución de esos proyectos, son tareas que el gobierno comunal debe abordar con la mayor eficiencia posible y a las que debe agregarse el respaldo del Gobierno Regional, que desde la modificación a Ley Nº 8.946 sobre Pavimentación Comunal, en 2006, es el organismo responsable de financiar estas iniciativas.

El creciente deterioro de las calles exige redoblar los esfuerzos por sacar adelante la batería de soluciones anunciadas, con mayor compromiso de los diferentes actores que deberían alentar una planeación financiera especial para enfrentar este rezago que exhibe la red vial de la ciudad.

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