En un 52,57% cifran en la Seremi de Vivienda y Urbanismo (Minvu) el avance en materia de construcción de casas en el contexto del Plan de Emergencia Habitacional para la Región de Ñuble, precisando que ya son 4.405 las viviendas en proceso de ejecución (3.447 terminadas) de un total de 6.557 que desde el Gobierno Central les impusieron como meta para el presente periodo presidencial.
Como telón de contraste, en la repartición pública especifican que la Región de Ñuble arrastra un déficit histórico de 9.309 viviendas. Y si bien aclaran que “no es posible hacernos cargo, en un solo periodo, de una deuda de arrastre en su totalidad”, anticipan que estos avances en materia de construcción les permite proyectar un cumplimiento del 165,38% de la meta, es decir totalizar la entrega de 10.884 casas.
Si la cifra de entrega, paradójicamente, supera al déficit estimado, se debe a que conforme a los datos de la Encuesta Casen 2022, en realidad las familias que actualmente no tienen un hogar en Ñuble eran cerca de 19.357 hasta octubre de ese año, pero que por encontrarse en condición de allegados, en situación de calle o viviendo en algunas estructuras precarias, no necesariamente iniciaron tramitaciones para adquirir una casa.
Así lo explican en la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Chillán, entidad que a inicios de esta semana contó con la exposición del economista y jefe de Estudios Inmobiliarios de la CChC, Francisco Valdés, quien especificó que de estos grupos familiares se pueden dividir en 8.717 que habitan en lugares irrecuperables (deficitarias como carpas, mediaguas o estructuras precarias); 9.860 de hogares allegados (en condiciones de hacinamiento, o con ingresos inferiores a su capacidad de acceder a un arriendo formal), 445 familias que viven en campamentos y 335 personas en situación de calle.
“Aún existe un número importante de viviendas deterioradas en Ñuble y un crecimiento acelerado de las familias que se deben allegar porque no tienen la capacidad financiera de arrendar por condiciones propias”, indicó economista durante su presentación, advirtiendo de todas maneras que con el Plan de Emergencia Habitacional activo, las cifras revelan que el déficit regional se redujo en un 19% respecto al año pasado.
Clase media enciende alarmas
En la exposición realizada por Valdés, se advierte que en los grupos más vulnerables se destaca la reducción del 24% en el déficit de allegamiento por hacinamiento, respecto a los últimos cinco años, como resultado de la focalización de programas como el DS19 (subsidio).
Sin embargo, si el déficit en los segmentos más vulnerables ha mostrado un descenso, la nota de preocupación aparece con fuerza por la difícil situación de la clase media, quienes muestran un aumento de 310% en el allegamiento por incapacidad financiera respecto a 2017.
Al respecto, el presidente de la CChC Ñuble, Ricardo Salman, indicó que adicionalmente “este fuerte aumento en la necesidad de viviendas para los sectores medios y altos ha pasado del 34% en 2017 al 42% en 2022. La solución para la clase media requiere un manejo eficaz de la economía para impulsar el crecimiento y permitir que estas familias financien sus viviendas”.
En el contexto nacional, en tanto, la cifra de familias que viven de allegados por incapacidad financiera se estima en cerca de 441 mil, siendo la mayoría de ellos, de la Región Metropolitana.
Dentro de las propuestas presentadas por la CChC para paliar este fenómenos destacan el actualizar los instrumentos de planificación, partiendo por reconocer nuevas realidades familiares, el ampliar las garantías estatales al pie de créditos de consumo y reducir el IVA en este rubro de primera necesidad, entre un total de 25 sugerencias.
