Lo que pareciera –a estas alturas- un cliché de defensa, en el caso de la Coordinación de Seguridad Pública (CSP) y su equipo saliente, sí tienen cifras y estadísticas para decir que si no se hizo más de lo que se hizo, fue causa de la pandemia y su forzosa redistribución presupuestaria.
El equipo encabezado por el kinesiólogo de profesión, Alan Ibáñez, comenzó su periodo dando buenas noticias, como la consecución de fondos para proyectos vecinales y municipales, y a lo largo del tiempo era común verlo en postales de entrega de vehículos a Carabineros, la PDI y para la seguridad municipal.
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Coincidencia o no, las cifras delictivas que proporcionaba la plataforma de medición de Carabineros, STOP, se mantuvo en una constante baja en la mayoría de los hechos de mayor connotación social (sobre un 20% menos que antes que Ñuble se hiciera región) y fue en este último periodo que la televigilancia se empezó a masificar.
Sin embargo, los bemoles también se pusieron en relieve y no por causa de la pandemia. La tasa de homicidios de la región llegó a cifras nunca antes vista en el último año; desde el 2020 que la propia Fiscalía Regional reconoce que las armas de fuego circulando en manos de la delincuencia alcanzan una cifra estimada sin precedentes, y la violencia de los crímenes cotidianos se hicieron innegables.
En su última entrevista como coordinador regional, Alan Ibáñez expuso lo que a su juicio fueron sus mayores logros, los objetivos no alcanzados que más lo afectaron y, de paso, asegura haber asentado los lineamientos para que “las autoridades que nos reemplacen lo pueda hacer todo bien”.
Los top cuatro de la CSP
Ibáñez, en su repaso por Seguridad Pública, destacó los cuatro hitos que marcaron su gestión por esta oficina.
En un cuarto lugar de importancia, ubica el que el 50% (12) de las municipalidades de la región quedaron dotadas de vehículos de Seguridad Pública, entendiendo que hasta antes de que asumiera la primera delegación, ningún consistorio contaba con alguno.
En tercer orden, Ibáñez destacó la reposición de algunas unidades policiales en Ñuble, entre ellas, la Comisaría de Quirihue, Tenencia de Pinto, Subcomisaría Huambalí (Chillán) y el Retén de Cato.
“En materia de infraestructura para Carabineros estábamos muy atrasados respecto a otras regiones, cuando asumimos, había unidades que se caían solas, pero luego, nos convertimos en la región que más reposiciones hizo durante este periodo”, comentó.
Como segundo hito más importante, Ibáñez propone la entrega de más de 90 vehículos para Carabineros y la PDI. Al tomar el mando, más del 50% de los vehículos de Carabineros y de la Policía de Investigaciones ya estaba con su vida útil vencida; había cuarteles policiales que estaban que se caían.
“Todas las unidades cuentan, ahora, con sus vehículos en muy buenas condiciones, y lo normal antes, era ver que en algunas unidades estos se encontraban con desperfectos técnicos o incluso siniestrados. Esto significa que hoy las policías presentan mucho menores tiempos de respuesta, incluso a sectores de difícil acceso en las comunas más rurales, porque cuentan con vehículos 4×4”, destaca.
Finalmente, el más importante, a su criterio, es el sistema de televigilancia con que ya hay en muchas comunas y, en cosa de meses, deberían estar en toda la región.
“Esto fue un verdadero apoyo para lograr mejores procedimientos y generar mayores medios probatorios. Nosotros no publicamos, mayormente, sus resultados, pero ambas policías y la propia Fiscalía, admiten que ha sido todo un avance en cuanto a apoyo”, precisó.
Fue en su periodo que la delegación presidencial inició un programa de 200 cámaras para las 21 comunas, que ya está aprobado técnicamente, pese a eso no se pudo licitar. “Esperamos que el gobernador (Óscar Crisóstomo) en su afán integrador de la Región de Ñuble y en su afán de poder ver que estas son materias importantes en materia de Seguridad Pública, lo pueda resolver en cuanto antes”.
Solo cuatro de nueve
Pese a todos los logros destacados por Ibáñez, la sensación de inseguridad, la creciente presencia de drogas en la calle y la falta de dotación policial, sigue estando entre lo más criticado por los chillanejos.
Dentro de los objetivos no cumplidos, si duda está el no haber bajado la sensación de seguridad y la función preventiva de las cámaras, más que mero medio probatorio.
Y en lo concreto, reconoce que “el plan era crear tres unidades policiales por año, pero ahora está en manos del Gobierno Regional el darle continuidad a este proyecto y construir los retenes de Cobquecura y Ránquil; la Subcomisaría de San Fabián, el retén de Santa Clara”.
De nueve en total, solo lograron hacer cuatro y tampoco llegaron unidades tan sensibles como la Sebv de Carabineros ni laboratorios criminalísticos.
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