Esta semana, el futuro ministro de Hacienda, Mario Marcel, se reunió con el actual titular de la cartera, Rodrigo Cerda, instancia en la que se abordaron diversos aspectos del traspaso, pero en la que también analizó sus desafíos en el corto plazo. Marcel adelantó que su principal tarea es reducir la incertidumbre económica actual, además de abrir procesos de diálogo para llevar adelante reformas clave de la administración Boric en tributos y pensiones.
“Es muy importante que este proceso de transición y las decisiones que vaya tomando el futuro Gobierno en sus primeros días, vayan contribuyendo a reducir la incertidumbre que todavía afecta a nuestra economía”, puntualizó.
Marcel sabe perfectamente de lo que habla, pues al mando del instituto emisor ha sido testigo en primera fila de las grandes dificultades que ha enfrentado la economía chilena desde el estallido o revuelta social de octubre de 2019 en adelante, incluyendo la pandemia y el debate constitucional.
El freno de numerosas inversiones, el alza del dólar en el mercado nacional y la fuga de capitales financieros son algunos síntomas de esa incertidumbre, que junto a la inflación y el encarecimiento del crédito conforman un escenario económico desfavorable para la nueva administración.
No sorprende que ahora, en una posición de gobierno, la prioridad deba ser reducir la incertidumbre, luego de casi tres años favoreciéndola, ya sea a través del silencio cómplice frente a la violencia, o apoyando iniciativas como el retiro de fondos de las AFP, la reducción de la jornada laboral o el alza del salario mínimo a $500 mil, entre otras medidas calificadas como populistas por los expertos. “Otra cosa es con guitarra”, dice el clásico refrán.
Por ello es precisamente el ministro más importante del futuro gobierno el que intenta moderar las expectativas en las huestes de izquierda, cerrando la puerta a nuevos retiros de los fondos de pensiones y restándole prioridad al proyecto de reducción de la jornada laboral, que tanta preocupación ha generado en el mundo empresarial, particularmente el de las Pymes, el más golpeado por los delincuentes del estallido, el más castigado por las medidas sanitarias durante la pandemia y el menos atendido por la banca.
Y si bien hay factores externos que amenazan la recuperación económica de Chile en el corto plazo, como la guerra en Ucrania y el alza del precio del petróleo, actualmente, las principales fuentes de incertidumbre en el país son los discursos refundacionales y revanchistas que se escuchan en la Convención Constitucional, así como algunos artículos aprobados; las reformas que pretende implementar el gobierno del Presidente electo Gabriel Boric en materia previsional y tributaria; y los problemas de violencia que se observan en la macrozona sur y en el extremo norte.
Este “baño de realismo” que ofrece Marcel, resistido por los más extremistas del futuro oficialismo, busca precisamente reducir la incertidumbre a nivel económico, porque sin inversiones no habrá crecimiento ni nuevos empleos, y “la torta” será más pequeña. Y también a nivel político, porque sabe que necesita un piso firme para la búsqueda de acuerdos para las grandes reformas, un desafío que a la luz de la composición del nuevo Congreso será más que difícil.
