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Avances de ruta Chillán-Yungay

Los accidentes viales en la ruta N-59-Q que une a Chillán con Yungay han causado, desde 2008 a la fecha, 50 muertes, como también heridos de distinta gravedad, incluso personas mutiladas e incapacitadas de por vida.

Esa cifra es por lejos la más alta entre las rutas secundarias de la región y una de las tasas de fallecidos más altas del país, considerando la relación entre cantidad de muertes y cantidad de vehículos. No sin razón es llamada la “Ruta de la Muerte”, calificativo que indigna a los habitantes de San Ignacio, El Carmen, Pemuco y Yungay y atemoriza a muchos otros que por ella circulan.

Lo concreto es que la infraestructura vial de esta zona, en los últimos 30 años, ha sufrido las consecuencias de un retroceso en la atención de su mejoramiento, producto de una errada política de priorizar rutas de mayor rentabilidad económica y de la falta de liderazgos locales que no han sabido representar la urgencia de este problema, ni menos ejercer influencia ante el nivel central para su solución.

En su extensión de 63,21 kilómetros abundan las curvas peligrosas con radios de giro insuficiente, especialmente para los camiones y buses interurbanos de segunda mano que no siempre están en buenas condiciones mecánicas. Además, debe considerarse que en los últimos años el parque automotor que por allí transita ha crecido sostenidamente. Con todos esos factores, el aumento exponencial de la siniestralidad es una consecuencia inevitable.

Está demostrado que siete de cada ocho muertes se evitan con rutas bien diseñadas y sometidas a mantención permanente. Aquí, por el contrario, durante décadas se optó por parchar baches y plagar el camino de carteles de peligro que no representan otra cosa que la confesión explícita del Estado por no brindar un servicio seguro.

La gravedad del problema exige soluciones de fondo, las que deberían llegar por la vía de una reposición completa. Este trabajo comenzó hace algunos años y ha marchado a paso lento, al compás de las complejidades técnicas y la siempre ajustada billetera del Ministerio de Obras Públicas.

Sin embargo, desde que nos convertimos en región se aceleró el paso, sobre todo en la actual administración, que el próximo año espera invertir más de 42 mil millones de pesos en los tramos 1 y 2 (de un total de 14), entre el puente Las Lajuelas en Chillán Viejo y la comuna de San Ignacio. De hecho, el pasado martes se publicó en el Diario Oficial la resolución que permite hacer una precalificación de las empresas interesadas en este proyecto que, entre otros adelantos, considera la eliminación de la peligrosa cuesta Quilmo, que ha generado muchos accidentes.

El mejoramiento de la ruta a Yungay debe dejar de ser un anhelo y ello en mucho dependerá de una gestión política decidida para sacarlo adelante. Valdrá la pena todo esfuerzo y gasto si se evita un solo accidente.

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