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Allanamiento en la cárcel demuestra que hay más de un celular por cada diez reos

Operativo se enmarca en la mayor acción de este tipo coordinada en el plano nacional. Acción busca debilitar las redes de comunicación de los internos que cometen estafas y lideran bandas.

Este viernes, Gendarmería llevó a cabo un importante allanamiento simultáneo en 69 cárceles de todo el país, incluyendo algunos planteles penitenciarios de Ñuble.

Durante este megaoperativo, se logró incautar más de mil armas blancas, cientos de celulares, drogas e incluso chicha que los reos mantenían en los recintos penitenciarios y que se suele fabricar con frutas.

En total, se retiraron 1.870 armas blancas y 869 celulares, y se denunció a 49 internos por la tenencia de estos dispositivos. Además, se incautó un millón de pesos, más de tres kilos de distintos tipos de drogas y medicamentos ingresados a los recintos de manera irregular, además de un aproximado de 844 litros de chicha. Este procedimiento implicó la intervención de 23 mil reos y contó con la participación de 5.893 funcionarios de Gendarmería.

En lo que respecta a Chillán, el coronel Juan Navarrete, director regional de Gendarmería Ñuble, explicó que “estos procedimientos son constantes en todos los recintos del país. Nosotros realizamos del orden de dos a tres por semana junto con otras revisiones diarias de carácter estratégico y en lo que respecta a la cárcel de Chillán, este allanamiento se viene realizando desde el día jueves lo que nos permitió encontrar e incautar numerosos objetos prohibidos desde las celdas”.

En detalle, el informe enviado a la Dirección Nacional de la entidad daba cuenta que desde el plantel penitenciario de la capital regional de Ñuble se incautaron 74 teléfonos celulares (más de uno por cada diez reos), 30 armas cortopunzante tanto cuchillos como otras de confección artesanal, siete chips de teléfonos, tres cargadores, siete envoltorios con diversas drogas sintéticas y pasta base, un smartwatch, una botella de alcohol artesanal y cuatro sierras.

“Este operativo tiene como objetivo el garantizar la seguridad para mantener la tranquilidad de la población penal, permitiendo que puedan cumplir con sus condenas de manera adecuada y fue bastante intenso ya que se registraron la totalidad de las celdas de nuestro recinto”, acotó la autoridad carcelaria.

Por su parte, el subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo, destacó que este allanamiento simultáneo es el más grande realizado hasta la fecha y ha sido aplaudido en todos los sectores.

Gajardo también mencionó que ya está vigente la ley de tenencia de celulares, la cual se complementa con otra ley que entró en vigencia en noviembre del año pasado, la que regula el ingreso de teléfonos a los establecimientos penitenciarios.

Esto último cobra especial relevancia si se considera que en los últimos años las denuncias por estafas telefónicas han ido en aumento, llegando este 2023 a registrarse un 58% más casos que en 2022.

Por otro lado, diversas indagaciones del Ministerio Público han concluido que muchas organizaciones criminales que operan en el país, incluyendo bandas de narcotráfico o agrupaciones delictuales integradas por extranjeros, cuentan con líderes que operan desde el interior de estos recintos, mediante la utilización de teléfonos celulares para organizar y comandar sus operaciones.

Más calmo pero más drogas

El suboficial Cristian Montecinos, presidente regional de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios de Ñuble, al analizar la lista de objetos incautados pide notar que la cantidad de droga encontrada en las celdas es relativamente baja.

“Pero yo diría que hoy la cantidad de drogas que ingresan al penal es incluso mayor que la que ingresaba antes”, advierte.

La observación es incluso controversial si se tiene como antecedente que en 2020 se invirtieron sobre $300 millones para crear una malla perimetral con el fin de evitar la usual práctica de lanzar paquetes con drogas desde el exterior. Malla que, según informaron las autoridades de la época, redujo la internación de estupefacientes.

“Hoy se puede decir que esa malla es disuasiva sólo durante el día. El problema es en las noches porque los traficantes preparan lanzadores, que son capaces de hacer lanzamientos muy certeros a larga distancia, entonces desde Gamero las dejan al alcance de las ventanas y los reos se las han ingeniado para alcanzarlas y, con sábanas como cuerdas, distribuirlas por las ventanas a otras celdas”, explica.

Sin embargo, el que los lanzamientos ya no caigan al patio ha evitado casi la totalidad de las riñas que se generaban entre los internos y los ataques contra los funcionarios. “Además, se han trasladado cerca de 20 de los líderes negativos a penales de mayor seguridad en el país, por lo que los actos de violencia han disminuido bastante y, evidentemente, estos allanamientos ayudan bastante”, acotó.

 

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