“La reforma no es perfecta, es perfectible”, sostuvo bastante molesto el Presidente Gabriel Boric, tratando de explicar qué ocurrió el miércoles tras el rechazo en la Cámara de Diputadas y Diputados a la idea de legislar la reforma tributaria.
Un duro golpe al Ejecutivo, que ahora tiene dos complejos caminos: esperar un año para volver a presentar la iniciativa -lo que retrasa su programa de reformas sociales, las cuales requieren de financiamiento-; o volver a ingresar el proyecto por el Senado, donde requiere de votos con los cuales no cuenta actualmente.
Entre los parlamentarios por Ñuble, la mayoría se inclinó por rechazar la propuesta del gobierno. Solo el independiente-DC, Felipe Camaño, votó a favor.
“Lamentablemente nos perdimos una oportunidad, y quien pierde acá no es el gobierno, es Chile. Podemos tener nuestras diferencias, distintas percepciones, pero rechazar la idea de legislar es derechamente cerrar la puerta a todas las demandas sociales que hoy existen en nuestro país. Por eso lamentamos que desde sectores de derecha se haya cerrado la puerta para poder legislar”, dijo.
El parlamentario hizo hincapié en que “teniendo la opción de poder rechazar diferentes partidas, que sin duda, podían ser objeto de mejoras; prefirieron hacer el cierre definitivo de la reforma, sin dejar la puerta abierta para legislar, lo que me parece una irresponsabilidad y una mezquindad enorme. Con estos dineros iba a ser posible obtener viviendas, seguridad ciudadana, mejor educación y salud, etc. Lamentablemente estas ayudas sociales y programas no tendrán financiamiento, sobre todo la PGU, que iba a permitir que todos los chilenos tuvieran $250 mil de pensión como mínimo. Lamentamos que la derecha se haya alienado con los más poderosos, los más ricos, en perjuicio de aquellos que más lo necesitan”, sentenció.
Reforma “responsable”
Frank Sauerbaum, diputado de RN, destacó la votación y explicó los argumentos que sustentaron el rechazo al proyecto. Llamó a las autoridades a dialogar con la oposición.
“Estamos muy satisfechos porque los argumentos que hemos dado en la sala han convencido a un sector que tradicionalmente votaba con el Gobierno. Ésta es una señal clara de que se ha conformado un nuevo bloque opositor que se une cuando se amenaza el interés de Chile. Las pequeñas empresas y la clase media estaban amenazadas por este proyecto. El crecimiento, la generación de empleo y las buenas políticas públicas estaban amenazadas por una reforma octubrista y refundacional. El Gobierno tiene que conversar. Nos manda a buscar para hacer check-list en una mesa. Sin embargo, no escuchó nada de lo que le fuimos a proponer contundentemente. Le hacemos un llamado al Gobierno: cambiemos el trato. Hay una oposición que quiere dialogar, pero si el Gobierno quiere imponer sus reformas a sangre y fuego, ofreciéndole a los diputados vergonzosamente un sinfín de cosas, -y que vamos a presentar ante el Presidente de la Cámara-, no podemos seguir gobernando el país con uno o dos votos de mayoría” , aseveró.
Critóbal Martínez, diputado de la UDI, también votó en contra.
“Si hubiésemos aprobado la idea de legislar, como parlamentarios sólo habríamos podido modificar ciertos márgenes del proyecto, pero nada relacionado con las cargas e imposiciones tributarias, porque es una facultad exclusiva del Presidente de la República y nosotros no tenemos atribuciones. El Gobierno ahora tiene la tarea, al igual que al principio, de llegar con una propuesta que sea eficiente, moderada y que nos permita financiar mejoras sociales, pero no a costa de los chilenos como lo planteaba esta reforma. Como sector vamos a estar abiertos al diálogo, y por lo pronto creemos que es urgente que el Gobierno presente una reforma acotada, exclusivamente para financiar el aumento de la PGU”, precisó.
Su compañera de bancada, Marta Bravo, sostuvo que “con el rechazo de esta reforma, nuestro país va a poder retomar el crecimiento que había perdido en los últimos años, y volver a las tasas de empleo anteriores al estallido social y la pandemia. Si rechazamos este proyecto fue justamente por los afectos adversos que iba a generar en el empleo y en los bolsillos de las familias de clase media y los más vulnerables. Tal como lo manifestamos desde un principio, estaremos disponibles para dialogar y llegar a acuerdos en una reforma responsable en el tiempo, y por supuesto que todos queremos financiar reformas sociales, pero queremos hacerlo de forma seria”, manifestó.
Sara Concha, diputada independiente por Ñuble, en tanto, también votó en contra de la reforma tributaria del gobierno.
