Señor Director:
Todos los días están arribando a nuestro país, en especial por el lado norte, innumerables familias de países de nuestro continente que llegan en busca de un anhelado bienestar que no tienen en el suyo. Sé que en el nuestro también existen miles de niños en absoluto desamparo, pero estos últimos están aquí porque son de los nuestros y de alguna manera sus pobres padres se las arreglan para darles el pan nuestro de cada día.
Pero esos niños que nos están llegando no tienen nada, nada, ni siquiera un pedazo de pan y no hay nada más lamentable y terrible que ver a un niño con hambre.
Señor Presidente electo, por favor haga algo por esos niños extranjeros, tan pronto asuma. Un niño con hambre no puede esperar, sea de donde sea. Que esa sea su principal preocupación, antes que cualquiera otra cosa.
Washington Sandoval Gessler