No hay tiempo para festejar ni llorar.
El agónico triunfo de Ñublense sobre la Universidad de Chile por 1-0, fue un bálsamo para los “diablos rojos”, que se alejaron de la zona de promoción y se acercaron al casillero que los puede clasificar a la Copa Sudamericana.
Sin embargo, no hay espacio para descansar, ya que el equipo de Jaime García tiene otra final este domingo a las 16.00 horas frente a O’Higgins en Rancagua.
Tres diablos menos
Para este duelo clave, de cara a consolidar la permanencia en Primera, el elenco de Chillán tendrá tres sensibles bajas.
No podrá contar con el zaguero y capitán Nicolás Vargas ni con el goleador Nicolás Guerra, ambos por acumulación de tarjetas amarillas. Y también quedó descartado, tras sufrir un dolencia muscular frente a la Universidad de Chile, el zaguero Enzo Guerrero.
“Aún no se ha hecho estudios Enzo porque aparece mucho hematoma en la zona del isquiotibial. Hay que esperar que esté libre de sangre y hematoma, para que la ecografía salga bien, sería un desgarro en el isquiotibial izquierdo, pero hay que esperar”, detalló Claudio Muñoz, preparador físico de Ñublense.
El estratega del Rojo tendrá que reconstruir su bloque posterior para frenar el tridente de los celestes integrado por Larrondo, Castro y posiblemente Arancibia, y en ataque deberá buscar la pieza que reemplace a su atacante más peligroso.
“Complicado, nos tendremos que adaptar ante un rival complicado en su casa, pero nosotros, cuando nos ponen trabas, sacamos resultados importantes. Tenemos que ir con los dientes apretados, nos quedan metas por cumplir”, sentenció García.
Si Ñublense (37) iguala o vence a O’Higgins (35) y Curicó pierde con Wanderers, comenzará a asegurar su permanencia en Primera A.
En el último duelo entre celestes y rojos en Rancagua, el resultado final fue 2-2.
