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Tres funerales de riesgo se han registrado este año en Ñuble

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Hace dos semanas se viralizó en redes sociales un video que mostraba disparos al aire en medio de un narcofuneral que se realizó en la villa Las Almendras de la Población Vicente Pérez Rosales, en Chillán. En el lugar velaron a Aníbal Tapia Villegas, oriundo de Coronel y quien murió tras recibir impactos de bala presuntamente en medio de un ajuste de cuentas por drogas, en las cercanías del edificio Enrique Knothe de Chillán Viejo.

Pese a que Carabineros se mantuvo desplegado en el sector para brindar seguridad a los vecinos, esto no evitó que vivieran atemorizados pues el funeral se extendió por varios días.

“Primera vez que hay un funeral así con tanta parafernalia porque había mucha bengala en la noche, se escucharon sonidos de balas, no sé si eran balas o fuegos artificiales que se sentían toda la noche y a mediodía. La gente no quería ni pasar por ahí, era muy peligroso por eso ahí estaba siempre Carabineros con la patrulla atravesada que cortaba el tráfico. El funeral duró tres o cuatro días”, dijo María Montenegro, presidenta de la Junta de Vecinos Santa Rosa número 21.

No es un secreto que la villa Las Almendras, también conocida como Las Habas, es un punto conflictivo por el tráfico y microtráfico de drogas, y que en el último tiempo personas provenientes de otras comunas del país y con un amplio prontuario delictual se han establecido allí, generando zozobra en la comunidad.

“No tenemos vida casi ya aquí, estamos todos asustados con toda esta problemática de Las Habas porque hay un nido de delincuentes, por ahí no se puede pasar porque apedrean autos, si pasa una persona en bicicleta lo botan, eso está muy peligroso (…) Cuando está oscureciendo ya no sale nadie a la calle, uno ni siquiera se atreve a salir a comprar. Estamos atemorizados todos en nuestro barrio, así que Dios quiera que hagan algo y saquen a esa gente de ahí, porque algunas veces se los llevan y después vienen otros”, señaló la dirigente.

Los robos también son una constante en el sector. “Hoy (miércoles) en la mañana mismo andaba un señor de la municipalidad trabajando con un dron, estaba viendo las áreas verdes que hay que cuidar para que la muni venga a regar y andaba con un maletín negro donde tiene todas las cosas para poder hacer funcionar el dron. Lo puso para acá en mi junta de vecinos, pasa un gallo en bicicleta, le agarra el maletín y se lo llevó. Aquí cogotean a la gente”, agregó Montenegro.

Funerales de riesgo

En lo que va de 2023, en la Región de Ñuble se han registrado tres funerales de riesgo, lo que significa una disminución del 40% si se compara con el año anterior cuando se reportaron cinco eventos de este tipo. “Aunque la estadística indica que hubo tres hechos con esta connotación, es necesario hacer presente que ninguno de ellos tuvo su inicio y finalización en nuestra región”, remarcó el mayor Patricio Rivera Andrade, comisario de la Séptima Comisaría de Control de Orden Público.

Los funerales de riesgo ocurridos este año tuvieron lugar en las comunas de Coelemu, San Carlos y Chillán. “Se puede detallar que el primero de ellos, se trataba de un fallecido que ocurrió en Puerto Montt, Región de Los Lagos, quien era residente de dicha comuna, pero producto de decisión de familiares, fue trasladado hasta el cementerio ubicado en la comuna de Coelemu, donde no se registraron alteraciones al orden público”, detalló el comisario Rivera.

“En un segundo caso, que quizás llamó más la atención, fue el ocurrido en la ciudad de Chillán, donde el fallecido producto de un impacto balístico fue velado en el sector de Villa Las Almendras, no obstante, sus exequias fueron realizadas en la ciudad de Coronel, Región del Biobío. Un último registro, ocurrido en San Francisco de Mostazal, Región de O’Higgins, corresponde al sensible fallecimiento de un adolescente producto de un accidente ferroviario, donde no existe ninguna situación ligada al narcotráfico o delictual, sin embargo, por su conmoción, al trasladar sus restos hasta la ciudad de San Carlos, respondió a algunas particularidades que requerían a algún tipo de observación, siendo velado en el sector surponiente de la comuna y posteriormente realizados sus funerales, sin embargo, tampoco se registraron desórdenes”, añadió.

El funeral efectuado en Villa Las Almendras generó incidentes que obligaron a la reacción policial conforme al estricto protocolo del manual de mantenimiento de Orden Público de Carabineros.

“Responde, primeramente, si es que hubo ocasión de disparos injustificados, uso de bengalas o fuegos artificiales, lo que de forma inmediata es informado a la Fiscalía, que es quien determina cursos de acción a seguir. Paralelamente se conforman anillos de seguridad para contener o mitigar los desórdenes, designando personal policial a cargo de éstos, realizando distintos controles. En Ñuble sólo hemos llegado al primer eslabón que son las denuncias e intervenciones aisladas por parte de personal de la Séptima Comisaría Control de Orden Público (COP), conforme a protocolo establecido. Ello se realiza de la forma más idónea, teniendo el resguardo de no afectar a terceras personas que son ajenas al proceso, enmarcando siempre los procedimientos a la ley vigente y el respeto de los derechos humanos”, indicó.

Protocolos

El comisario de la Séptima Comisaría de Control de Orden Público explicó que, según el instructivo de funerales de alto riesgo que rige en todo el país, para que un funeral sea calificado de riesgo se deben analizar distintos factores, los que son ingresados en una matriz de riesgo que responde, entre otras cosas, a los antecedentes delictuales, relación con bandas criminales o barras bravas, tramo etario, compañeros de delito, entre otros, los que son ingresados a las distintas plataformas institucionales y extrainstitucionales, por lo que su resultado indica que sean considerados como de riesgo “Bajo”, “Moderado”, “Alto” y “Extremo”.

“En cuanto a nuestra región, sólo uno de ellos fue considerado como ‘Moderado’, desplegando una mayor cantidad de recurso por su perfil, mientras que los otros dos fueron catalogados de ‘Bajo riesgo’”, destacó.

Cada una de las categorías de riesgo tiene un protocolo de seguridad ya establecido en el instructivo y consiste en el despliegue de recursos humanos, logísticos y tecnológicos de Carabineros, con la finalidad de evitar alteraciones al orden público mientras se desarrolla el velorio o funeral.

“Se consideran anillos de seguridad en el perímetro, ya sea del velorio o funeral, donde se efectúan controles de identidad preventivos o investigativos, y se despliegan los recursos humanos, logísticos y tecnológicos, como pueden ser personal territorial, C.O.P, GOPE, servicios de investigación especializado, dron, etc., además se designa, según la clasificación del evento, al Oficial que estará a cargo del procedimiento, quien dispondrá los cursos de acción pertinentes conforme a la gravedad”, explicó el mayor Rivera.

La operatividad de estos servicios especiales puede ser desde antes que inicie el funeral o velorio hasta el recorrido hacia el cementerio, manteniendo el monitoreo de la situación para que puedan intervenir en caso de ser necesario.

Narcocultura

El mayor Patricio Rivera planteó que si bien se han registrado funerales narco en la región, es poco notoria la presencia de la cultura narco en el territorio, además, aseguró que no existen espacios o sectores bajo el dominio de bandas criminales que impidan el ingreso de los organismos del Estado.

“La cultura narco tiene características muy específicas, como lo son las ‘animitas’ que parecen verdaderos mausoleos que se trasforman en ‘centros de respeto’ para las bandas, donde lucen las pertenencias ostentosas del fallecido, con grandes murales con sus rostros; otras características recurrentes, son el uso de vehículos de alta gama, llamativos videos musicales con gran producción, luciendo joyería y ropa costosa, mostrando importantes sumas de dinero, con letras donde se hace clara alusión al narcotráfico y delitos, donde se idolatran a otros narcotraficantes, reivindicando este delito al interior de las poblaciones, donde incluso se publican en redes sociales exhibiendo su poder de fuego, tomando plazas y barrios, como ‘territorios propios’ para su actuar. En nuestra región es poco notoria o visible esta ‘narcocultura’, no existen lugares ‘tomados’ por las bandas criminales en donde el Estado con sus organismos no pueda ingresar o interactuar con los ciudadanos”, dijo.

Agregó que “si bien es cierto, se han registrado eventos con la denominación de ‘narco-funerales’, ninguno ha tenido la categoría de alto riesgo, bajo los parámetros que indica el instructivo institucional, la realidad de Ñuble es que los eventos ocurridos, son funerales que han sido categorizados de Bajo a Moderado riesgo, haciendo presente que en los tres casos, no han existido situaciones de gravedad, que hayan complicado el actuar policial, ni que se registren personas que hayan sido afectadas o lesionadas, demostrado con ello, que aún se mantiene el orden en esta materia”.

Temor a la denuncia

Los vecinos de la población Vicente Pérez Rosales viven en una constante preocupación y manifestaron que los problemas delictuales de microtráfico y tráfico de drogas que involucran al sector Las Almendras los afecta socialmente.

“Los vecinos que tenemos que pasar por ahí siempre van a tener preocupación por la inseguridad, aunque sean vecinos que no vivan ahí en el mismo sector. A lo mejor no nos afecta tanto directamente, pero socialmente como sector sí, y los vecinos siempre van a tener la preocupación de lo que está pasando”, expuso Gonzalo Montesinos, presidente de la Junta de Vecinos Parques del Sur.

Indicó que la mayoría de los vecinos se rehúsa a denunciar por temor a represalias. “Muchas veces no se atreven a actuar y no se atreven a hacer las denuncias por el tema de la inseguridad que existe, de que si yo hago una denuncia, en este caso el individuo que comete el delito a los tres días se ve en la calle, entonces en esa parte no hemos podido conseguir que los vecinos en sí hagan la denuncia por temor. Cuando hablamos de la droga es lo mismo, yo creo que de diez vecinos, la mitad puede saber dónde venden, pero no se atreven a hacer las denuncias por la impunidad que hay”, destacó.

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