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“Quedé un poco bajoneado, pues tenía grandes expectativas, quedé entre los nueve mejores del mundo, sumé puntos para el ranking, pero mi meta era pelear una medalla”.
Esa fue la reflexión, con alta autoexigencia el taekwondista y mejor deportista de la región de Ñuble, Sebastián Navea, tras repasar su participación en el Mundial de Manchester, Inglaterra, donde ocupó el noveno lugar de la categoría -63 kilos.
El capitán de la Selección Chilena de Taekwondo está de vuelta en Chillán y en conversación con “Dimensión Deportiva” de Radio La Discusión, reveló que esa autopresión lo privó de una presea en la cita planetaria.
“Me puse in situ una presión extra y el adversario sacó partido de eso”, reconoce, apuntando siempre a la excelencia en el rendimiento.
Por eso cree que el nivel internacional podría igualarlo radicándose en el extranjero, opción que se ve remota “porque se requiere de recursos”.
“Cuando salgo a competir al extranjero trato de sacar provecho y en la Selección Chilena me entreno mucho para competir con estos rivales. La Selección está súper bien, tiene estatus panamericano y aspiramos a más”, analiza el deportista forjado en el tatami de la Academia “Guerreros Sepul” de Chillán.
Sus próximos desafíos
El seleccionado nacional no tiene tiempo para pausas prolongadas. Ahora se está preparando, junto a su polola, la también taekwondista Crisla Eriza, para el Mundial Universitario de Nápoles que se disputará en julio. Aunque sus dos grandes objetivos son salir a sumar puntos para ingresar al Grand Prix y vía continental clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
“No iré a los Juegos Panamericanos, pero se viene la carrera para sumarme a los Grand Prix, por eso viajaré a Costa Rica. Después hay un ranqueable en Chile, la idea es ganar. Después se viene la Copa Presidentes de América y el Sudamericano Específico, donde espero revalidar mi título, pero en la categoría -63 kilos, que es la que no me cuesta hacer”, detalla.
“Ahora soy más perro”
Navea confiesa que ha crecido como taekwondista de la mano del entrenador de la Selección Chilena, el cubano Ramón Arias.
“Su llegada fue positiva, el taekwondo chileno creció a nivel internacional, se ganó un respeto. Yo siempre he sido bueno a nivel técnico y táctico, pero sí el profesor me puso más duro y peleador, más perro, que es lo más importante en los deportes de contacto. Sus entrenamientos son duros y extensos”, explica, aunque, subraya, su formador Daniel Godoy igualmente realiza un trabajo formativo notable en Chillán.
El campeón de los Juegos Sudamericanos de Cochabamba 2018, que luce 18º en el ranking mundial y 46º en el ranking olímpico, va por su sueño.
“Voy a buscar la clasificación al Grand Prix. Es mi sueño, porque ahí compite lo mejor de lo mejor, llegar ahí sería ganancia y luego buscar vía continental el paso a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020”, sentencia optimista.