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Proponen reconocer a las moteras de Chillán como tesoros humanos vivos de Chile

Cristian Cáceres

La Sala del Congreso aprobó a fines de septiembre una resolución en la que solicita al presidente Gabriel Boric, en conjunto con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, realizar las gestiones necesarias para reconocer a las moteras de la concurrida avenida 0’Higgins como tesoros humanos vivos del país.

El texto resalta la necesidad de entregar un reconocimiento oficial a aquellas expresiones y manifestaciones representativas del patrimonio inmaterial del país. Lo propio con las personas y comunidades consideradas Tesoros Humanos Vivos, por su aporte a la cultura e identidad nacional.

La iniciativa fue presentada por la diputada de la región de Ñuble, Marta Bravo, quien expresó que “esperamos que el gobierno pueda auspiciar este proyecto junto al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, de tal forma que se le dé el realce y la importancia a estas mujeres que trabajan día a día por entregarnos un producto tan tradicional nuestro como es el mote con huesillo”.

La parlamentaria UDI destacó que la venta de mote con huesillo ha sido, por décadas, el sustento de muchas familias. “Además de rescatar nuestras tradiciones, este proyecto de resolución les da un valor agregado a sus productos”, añadió.

Por su parte, el alcalde de Chillán, Camilo Benavente, valoró la iniciativa y considera que esta petición sería un “reconocimiento a la trayectoria de mujeres que por años han mantenido la tradición gastronómica del mote con huesillo, asociado al patrimonio alimentario de nuestro territorio, que particularmente caracteriza a Chillán, como un punto de referencia urbana y de la cultura culinaria, resulta ser indispensable para la valorización de este oficio como cultoras vigentes de nuestro patrimonio inmaterial”.

Mientras que el director municipal de Cultura, Arte y Patrimonio, Edgardo Venegas, señaló que las moteras de la Av. O’Higgins son un punto reconocido y paso obligado, tanto para chillanejos como visitantes.

“Esta parada obligatoria, tiene la cualidad de entregar un servicio de prestigiosa calidad. Productos parecidos se pueden vender en otras ciudades, pero el sabor, color, la temperatura del mote con huesillo propios de las gastronomía identitaria y tradicional que ofertan las moteras de Chillán, es una experiencia distintiva, que además resulta ser es una tradición que es preservada y salvaguardada por mujeres de nuestra comuna, por ello es imprescindible la iniciativa de reconocimiento y valorización de ellas, como aporte al patrimonio cultural inmaterial local, a través de la declaratoria  de tesoro humano vivo”, subrayó.

Cerca de 50 años de historia y tradición

La necesidad de generar ingresos para sacar adelante a su familia fue lo que motivó a Josefa Soto Candia y a su madre, Luz Elena Candia Espinoza, a improvisar un puesto para vender la refrescante bebida en la esquina de la Av. O’Higgins con calle Collín.

“Éramos nueve hermanos y quedamos solos con mi mamá, entonces yo, como era mayor que mis hermanos y pensando qué íbamos hacer, porque no teníamos ayuda de nadie, le dije a mi mamá que por qué no nos instalamos en la Av. O’Higgins con una venta de mote, y eso fue más o menos en los años del Golpe de Estado”, recordó Josefa, de 77 años.

En ese entonces, el terreno era todo de tierra, no tenían agua ni comodidad alguna como la que tienen los locales en la actualidad. “Ese año trabajamos con la pura mesa no más, ya el próximo año hicimos unas bancas de madera porque las personas se tomaban el mote parados porque no había donde sentarse. Aquí había pura tierra, no teníamos agua, todo era rústico”, dijo.

Fueron las primeras en instalarse con la venta de mote con huesillos, posteriormente se fueron sumando otras mujeres, también pilares de familias.

De joven quería continuar sus estudios, pero la difícil situación que vivía la obligó a ayudar a su mamá, de quien aprendió la preparación del mote. Ha mantenido vivo su legado, y en todos estos años ha sido su única fuente de ingresos económicos. En el puesto #8, llamado “Chefita”, sirve mote con huesillos bien frío. “Yo aprendí todo de mi mamá, ella me dijo que el día que le pasara algo o dejara de existir yo iba a poder trabajar de esto y así fue, he seguido todos estos años vendiendo mote con huesillos y todavía estoy aquí, no sé cuánto tiempo más, solo Diosito sabe”, aclaró.

A su juicio, lo que convierte al mote con huesillos de Chillán en la bebida típica preferida por los residentes y visitantes es saber las técnicas de la preparación.

“Yo digo que no es que tiene un secreto porque resulta que cualquier persona puede cocer huesillo, pero hacer mote no cualquiera lo hace porque es otro proceso, hay que saber del trigo, el agua, la cocción, varias cosas y nadie va a saber eso. Aquí ya todas saben hacer bien su huesillo porque muchas empezaron trabajando conmigo y después se independizaron y abrieron su propio puesto”, acotó Josefa.

Similar es la historia de Rosa Troncoso Carrasco, de 76 años, quien lleva más de 40 años dedicada al oficio de la venta de mote con huesillo. “Iniciamos por la necesidad y la escasez de trabajo que había en esos años. Inventamos vender mote con huesillo para poder criar a nuestros hijos y para poder tener un ingreso en nuestra familia. Gracias a Dios se fueron integrando más personas cada vez más y ahora ya somos hartas, todas somos mamás con una familia detrás”, destacó.

Al inicio vendía mote en la calle con permiso municipal. “Antes era muy sacrificado, teníamos que andar cuadras y cuadras con la mesa al hombro, con las cosas al hombro para poder armar un puestecito”. La idea era vender a orilla de carretera para ofrecer la bebida a las personas que pasaran por la vía. “Al principio la venta era lenta, pero después nos fuimos integrando más, esto se fue haciendo más popular y fuimos vendiendo más”, indicó.

Rosa aprendió hacer el mote con su abuela y cree que el secreto está en usar mote pelado en cenizas, tal cual como se hacía antes. “Los motes que vienen en bolsa, que son trigo mote esos tienen otro sabor, si nosotros le vendemos ese mote a los caseros, no lo compran”, aseguró.

Afirmó que tantos los chillanejos como turistas nacionales y extranjeros valoran el oficio de las moteras de Chillán, y más de uno se ha interesado por la tradicional bebida. “Los extranjeros y todo el mundo llegan aquí preguntando por las moteras, yo por lo menos tengo unos que otros clientes que son extranjeros de diferentes países y los he escuchado en el Facebook que hablan de las moteras de Chile, en Chillán, y dicen que desearían aprender lo que aquí en Chillán con los motes con huesillos, incluso hay una señora de Noruega, que me preguntaba cómo podía yo enseñarle a ella a hacer el mote con huesillos y le di la receta”, comentó.

Ve con buenos ojos que puedan ser reconocidas como tesoros humanos vivos del país, ya que sería fruto de toda una vida de esfuerzos por sacar adelante a sus familias, así como también una manera de que mantener vivo el legado que ha pasado de generación a generación.

“A nosotras nos ha costado mucho formar esto como se ve ahora, con locales bonitos, pero cuando recién empezamos esto era un tierral, un basural, toda la gente venía a botar basura aquí y teníamos que estar limpiando cada vez que veníamos a trabajar. Después empezamos a poner agüita, alcantarillado, tenemos todo, pero todo fue un sacrificio de largos años, porque las primeras que empezamos tuvimos que organizarnos harto, pero vamos a dejar un buen legado para nuestras familias, para que sigan trabajando y esto no muera”, dijo Rosa.

Destacó que el mote con huesillos, que vende en su local el #6 y se llama “Rosita”, está hecho con productos de calidad, por lo que garantiza es una bebida 100% saludable. “Es todo sano que a usted no le va a hacer mal porque es una bebida típica chilena y rica por lo demás, es todo natural, aquí no hay nada artificial, así que uno puede servirse sanamente”, señaló.

“Ojalá viniera más gente aquí a compartir nuestro mote con huesillo, llamamos a todos los caseros, a toda la gente, Chillán y alrededores que nos vengan a comprar el mote”, agregó.

Ocho meses de temporada

El 1 de septiembre inició la temporada de venta de mote con huesillo y se extenderá hasta el 31 de abril, trabajan de lunes a lunes, excepto los días que llueve, desde las 11:00 de la mañana hasta las 8:00 horas, y a medida que se alarguen los días atienden hasta más tarde. El peak de ventas es en los meses de diciembre, enero y febrero.

En estos ocho meses que dura la temporada las 15 locatarias que conforman la Asociación Gremial de Motes Típicos Chillán ofrecerán la rica bebida para refrescar a las personas que las visitan en la av. O’Higgins.

“Somos 15 locatarias, todas dueñas de casa que dependemos económicamente de los motes con huesillos. Este es nuestro trabajo para vivir todo el año porque nosotros trabajamos ocho meses, pero a la vez tenemos que ahorrar para los cuatro meses que no trabajamos. O sea, tenemos que saber administrar muy bien nuestra economía”, explicó Ivonne Rivera, presidenta de la asociación.

Está agradecida con la petición presentada para ser declaradas como tesoros humanos vivos. “El reconocimiento de la gente es muy importante para nosotras porque durante muchos años nunca nos tomaron en cuenta para nada y recién ahora, después de más de 40 años, se nos está reconociendo nuestra labor”, dijo.

Ivonne afirmó que el mote con huesillo es una tradición que aporta al turismo local y que ha trascendido las fronteras de la región de Ñuble, por tanto, conseguir el reconocimiento oficial sería positivo para dicho rubro.

“Una ciudad sin turismo es una ciudad muerta y la gente pasa a Chillán exclusivamente a los motes con huesillos. Hay gente que viene ya mentalizada que tiene que pasar por Chillán a los motes con huesillos. El turista le da más importancia que la gente del propio Chillán, inclusive, la gente de los alrededores, de los pueblos aledaños”, aseveró.

“Toda la gente nos dice que el mejor lugar donde se toman el mejor mote con huesillos es en Chillán. Siempre nos preguntan la receta, pero nosotros les decimos que no hay una receta que sea especial, sino que nosotros todo lo que cocinamos lo hacemos con amor y eso tiene un buen resultado. La idea es que la gente cuando se vaya, se vaya con una buena impresión, que pase a un lugar que va a ser bien atendido, acogido y que se vaya con la mejor impresión de aquí”, agregó.

Por último, manifestaron su agradecimiento hacia las autoridades locales, quienes han bridado su apoyo en todo momento para que puedan desarrollar su labor en mejores condiciones.

Las moteras de Chillán ya partieron la temporada, están a orilla de la carretera esperando con alegría a la clientela para que degusten un rico mote con huesillo heladito y hecho con productos de calidad.

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