“Ver a tu hijo caer tras ser agredido por una persona 14 años mayor y con hinchas invadiendo la cancha amenazando con balazos. Luego verlo en el hospital con el rostro desfigurado, sin poder comer y ni ser operado, es terrible. No se lo doy a nadie”.
El testimonio pertenece a Roberto Orellana, padre del jugador de la serie sub-18 de Real Zaragoza, del mismo nombre, que el pasado domingo, jugando por su club, recibió una brutal agresión por parte de un futbolista del Deportivo Sauce, que le generó una doble fractura de mandíbula.
“Este tipo le cometió una falta por detrás, porque lo había superado en varias ocasiones en velocidad. Y cuando se estaba parando, este tipo lo agredió. La denuncia está hecha y ahora se presentará una querella criminal. Nos vamos a querellar como familia, también lo hará el Club Zaragoza y la ANFA Chillán”, agregó Orellana, en entrevista con “Dimensión Deportiva” de Radio La Discusión 94.7.
“Quiero que mi hijo se recupere y no quede con secuelas, porque el doctor nos dijo que podían quedar especialmente por la segunda fractura. De 10 cirugías, tres quedan con secuelas. Tiene una en el mentón y otra cerca del pómulo, la más riesgosa. El tema de la violencia es terrible. El jugador será sancionado penalmente, pero también hay que sancionar a los hinchas que invadieron la cancha, porque en las canchas hay drogas y alcohol y esa exaltación se traspasa a los niños. Este club no debería jugar más en ANFA porque ya ha sido sancionado”, declaró el padre del joven agredido.
Roberto reveló que su hijo, que fue cadete de Ñublense, a pesar de esta grave lesión facial fue “terrible”, “volverá a jugar porque es su pasión, es uno de los chicos de la serie, lo quieren, pero tengo miedo, porque lo mandé caminando a jugar y salió en ambulancia con el rostro deformado”.