El tribunal de apelación de Vesoul ratificó hoy la sentencia de 28 años de prisión para Nicolás Zepeda, chileno acusado del asesinato premeditado de la joven japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida en la ciudad de Besanzón en 2016. La decisión del tribunal refuerza la condena emitida en primera instancia el año pasado.
Durante las 13 jornadas del juicio de apelación, el presidente del tribunal, François Arnaud, anunció la declaración de culpabilidad de Zepeda por “asesinato premeditado” y confirmó la sentencia de 28 años de prisión. Zepeda, vestido con una camisa blanca a cuadros y un jersey negro, recibió la condena de manera impasible antes de romper a llorar.
El acusado, a lo largo del proceso, ha mantenido su postura de inocencia, declarando enérgicamente: “¡No soy un asesino! ¡No maté a Narumi!”.
Además de la pena de prisión, el tribunal impuso como medida complementaria la prohibición de estancia en Francia para Zepeda una vez que cumpla su condena. Esta medida busca asegurar que el acusado no pueda retornar al país donde ocurrieron los hechos.
Zepeda, de 32 años, fue condenado en abril pasado ante las numerosas pruebas y testigos que apuntaban en su contra, aunque jamás se encontró el cadáver de su exnovia y él siempre se declaró inocente.
Kurosaki, de 21 años, desapareció en 2016 después de que Zepeda viajara a Francia para intentar, según él, recuperar una relación que mantuvieron cuando él estuvo estudiando en Japón, aunque ella tenía un nuevo novio francés.
Según la investigación, Zepeda cenó con Kurosaki la noche en la que se perdió el rastro de la chica y ambos fueron grabados por una cámara entrando en la residencia de estudiantes donde vivía la japonesa, de donde unas horas después se vio salir solo al chileno.
