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Las principales demandas de la salud municipal que presionan por mayor presupuesto

Mauricio Ulloa

Una intensa discusión ha generado en el mundo de la salud el monto propuesto para el nivel primario en el presupuesto nacional del próximo año.

Se trata de un aumento de la asignación per cápita basal de 1,04%, es decir, de 100 pesos, pasando de $9.618 a $9.718 por paciente inscrito en los establecimientos municipales de salud.

El tema es particularmente sensible para Ñuble por ser una de las regiones más pobres del país y con altos niveles de ruralidad, donde en algunas de sus comunas, con dificultades de conectividad, su única opción en salud es la atención primaria.

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Para los principales actores locales del sector, el aporte es visto con preocupación, ya que impone dificultades a la operatividad de los recintos de salud, los cuales, ante el insuficiente recurso por esta vía, deben recurrir a los municipios, ya exigidos por los requerimientos sociales, en un contexto de inflación que ha encarecido el costo de la vida.

Voces de San Carlos, San Nicolás, Portezuelo y Chillán relataron las principales dificultades que enfrentan en su quehacer y por qué justifican el incremento del per cápita para la Atención Primaria de Salud (APS).

San Carlos

En la capital de Punilla manifestaron que su población demanda cada vez más mayores atenciones, generando que los establecimientos en ciertos periodos superen su capacidad de respuesta. Más aún en la etapa actual de la pandemia que ha desencadenado que sus usuarios retornen en forma masiva a los recintos por sus prestaciones que se limitaron en el pasado dada la contingencia.

“Se sabe que toda la salud primaria nacional administra muchas situaciones que están al filo de las necesidades. Las horas que tenemos se nos hacen a veces pocas, hay ciertos periodos en que la demanda de la comunidad por una hora médica, matrona o dental se hace más importante en número. Es por eso que ahora respecto a la discusión de ese reajuste del per cápita tan exiguo, hace que el aumento sea muy bajo y no podamos estar a la altura de lo que se necesita”, manifestó el jefe del Departamento de Salud Municipal, Gerardo Villagra.

Para San Carlos u otras comunas más rurales, la atención primaria de salud es un alivio cuando parte de sus comunidades están alejadas de los grandes centros urbanos y requieren de una consulta.

“Tenemos el SAPU, que está circunscrito en un área, donde es fundamental para poder resolver las primeras emergencias de adultos mayores, mujeres y niños que a veces requieren una atención de urgencia y se les hace complejo llegar al centro, donde está el hospital”, destacó.

Desde el sector temen que las dificultades que han tenido para financiar sus gastos de mantención se agudicen en el próximo periodo y terminen impactando las arcas municipales en desmedro de otras solicitudes sociales.

“Uno de nuestros cesfam, que es uno de los más grandes y más nuevo, funciona con una caldera que provee calefacción. Ésta funciona a petróleo y, por lo tanto, el presupuesto que elaboramos en 2021, mostraba valores de referencia de petróleo por año y como las últimas alzas han duplicado el costo, han hecho que también el costo operacional de un cesfam, se duplique. Si teníamos $40 millones en petróleo por año, ahora gasta $80 millones. Por lo tanto, tenemos que duplicar los recursos para ese Ítem que debe salir de alguna parte y si no es por el per cápita, los municipios tienen que llevar otros recursos que a veces están pensados para otras demandas sociales”, explicó.

Los avances en materia de salud como el “Copago cero” para afiliados a Fonasa imponen nuevos desafíos para la atención primaria, los cuales, a juicio de Villagra, justifican también un aumento de los ingresos.

“Tienen gratuidad en la atención pública, pero muchas de esas prestaciones parten en la salud primaria, entonces, cada vez más aumentan los requerimientos. Cada vez tenemos más compromisos con la comunidad y por lo tanto, es indispensable que el presupuesto tenga los aumentos que corresponden. Lamentablemente, los municipios tienen cada vez sus presupuestos más acotados, por lo tanto, el aporte municipal se va estrechando en donde el per cápita es el ingreso más importante para la atención primaria de salud”, enfatizó.

San Nicolás

Para la directora de Salud Municipal de San Nicolás, Claudia Chacana, el exiguo aumento del per cápita les impone dificultades en la contratación de personal que deben contar para hacer frente al aumento de población usuaria, lo que ha derivado en que las prestaciones ya se tornen escasas.

“Hay distintas leyes que hoy nos complican un poco la ejecución presupuestaria, porque el per cápita si lo aumentan en $100 no tengo la posibilidad de contratar todos los funcionarios que hoy tengo. Además, salió la Ley de alivio, que tengo que pasar todo el personal a contrata, de más de dos años, a planta. Eso me va a aumentar mi dotación y también está la ley que toda persona que tenga más de dos años de trabajo en la APS, tiene que pasar a contrata. Eso significa que hay que pagar imposiciones y otras cosas que se establecen como sueldo. (…) Hasta hace tres años teníamos 10 mil habitantes y hoy hay 18 mil en años de pandemia”, señaló.

Amortiguar gastos de personal, que ese ingreso no alcanza a cubrir en municipios de menores recursos y pequeños como San Nicolás, les produce un quiebre mayor en sus arcas si a esto se suman costos de otra índole, apuntó la profesional.

“En lo que se nos van muchísimos recursos, que hasta el año pasado eran de per cápita, y que presumiblemente el 2023 van a ser a costo municipal, es la movilización. Tenemos 10 vehículos que todo el día movilizan pacientes desde sus domicilios hasta el cesfam, la Teletón, hospital de San Carlos, de Chillán o el Guillermo Grant Benavente (Concepción). Tenemos dos pacientes que trasladamos a Santiago cada tres meses. Si no podemos contar con los vehículos o asumir costos de combustible y mantención, se va a dificultar enormemente la operatividad del Cesfam, porque en San Nicolás hay muchas localidades que no tienen ningún tipo de movilización colectiva”, expuso.

Desde la visión de la jefa del departamento, es deseable que el incremento del ingreso se condiga con el costo de la vida actual. “A nivel de la asociación de directivos municipales, habíamos considerado 900 o mil pesos como la línea base y de ahí hacia arriba, por el costo de la vida, el IPC está en el 14%. Al aumentar el 1,04% nos aumentaron en 100 pesos y eso no había pasado por lo menos en seis años. El año pasado fueron 600 pesos el aumento, y como se suponía que la priorización del gobierno era la salud, se iba a mejorar el aporte”, puntualizó.

Portezuelo

Al igual que en San Nicolás, la salud pública en Portezuelo cumple un papel indispensable, ya que el Cesfam y las postas, son las únicas opciones que tienen sus vecinos, quienes viven en un territorio rural, con altos niveles de pobreza y dificultades de conectividad, donde las ambulancias son clave para facilitar las atenciones.

Para el director de Salud Municipal, Danilo Burgos, esa realidad ya es motivo que justifica la necesidad de inyectar más recursos a un sistema que bordea los 5.200 inscritos en su comuna.

“Hay poca locomoción, por lo tanto, el acceso de ellos a la Salud, depende mucho del traslado que brindemos. Tenemos 9 vehículos y estamos todo el día trasladando gente desde el sector rural al Cesfam o al hospital de Chillán. Es un servicio esencial que prestamos. (…) Por ejemplo, para 2022 teníamos presupuestado un gasto en combustible para ambulancias y camionetas de traslado, de $15 millones, que es lo que calculamos referente a lo que se consumió en 2021, ya en septiembre consumimos los $15 millones, por lo tanto, tuvimos que hacer una modificación presupuestaria, y ver de dónde sacamos los recursos para volver a inyectar dinero y poder seguir trabajando. Ese mismo ejemplo se puede extrapolar a medicamentos y a compra de insumos”, explicó.

En vista de los requerimientos en salud, que en ocasiones terminan presionando las finanzas municipales, al posponer algunos avances, para destinar esos recursos a servicios más esenciales, el jefe comunal de salud manifestó que estima pertinente que se reconsidere el presupuesto.

“La cantidad de servicios que prestamos ha aumentado por el Covid-19, ahora realizamos más visitas domiciliarias. Tuvimos que contratar más horas de funcionarios. Entonces, si eso no se condice con el aumento del aporte del gobierno a la salud primaria, no podemos funcionar. Tampoco estamos pidiendo un aumento extraordinariamente alto, si no que el per cápita esté relacionado con la inflación que estamos sufriendo. Si la inflación es de un 14%, el per cápita también esté en 14%”, expresó.

Gremios: Más personal y medicamentos

Expectación existe en la Federación de Funcionarios de la Salud Municipal (Fefusam) Ñuble, desde donde esperan que se pueda revertir la cifra propuesta en materia de presupuesto para el 2023, debido a que el sector enfrenta una menor dotación de personal y problemas de stock en medicamentos para atender la demanda.

“Primero, estamos con menos funcionarios de los que deberíamos tener, porque por el tema de la pandemia se nos complicó más nuestro actuar. Estamos abarcando mucho más de lo que podemos hacer y eso a nivel de salud mental nos está pasando la cuenta. Hay muchos funcionarios con licencia, el cansancio se está haciendo notar a más de dos años con la pandemia. Mayores medicamentos, muchas veces no tenemos todos para darle a nuestros usuarios”, indicó el presidente del gremio, Jorge Guajardo.

A lo anterior, el dirigente local advirtió la necesidad de contar con mayores herramientas que permitan dotar de mejores condiciones a la atención primaria para aumentar la eficiencia y descongestionar los recintos hospitalarios.

“El per cápita no alcanza para que los establecimientos municipales puedan operar, por lo tanto, los municipios tienen que hacer traspasos de dinero para eso. Necesitamos mejor infraestructura, en el sentido de tener radiografías y no estar enviando gente a los hospitales. Deberíamos tener ese tipo de herramientas. Por ejemplo, un paciente con un posible problema pulmonar, le voy a dar un medicamento y lo voy a enviar a tomar una radiografía, eso ya requiere de dos semanas mínimo para que se lleve a cabo”, señaló.

Más horas médicas

Marcos Sepúlveda es usuario y presidente del Consejo de Desarrollo del Cesfam San Ramón Nonato de Chillán. En el recinto controla su diabetes y por su rol es el puente entre el personal y los pacientes, es decir, intercambia información que contribuye al mejoramiento de la atención.

Desde esa vereda ha detectado que una de las demandas más sentidas del sector es contar con mayores horas médicas, ampliar el abanico de especialistas y un Cecof para camino a Las Mariposas.

“He visto mucha necesidad de horas médicas, somos uno de los cesfam más grande de Chillán y tenemos a 42 a 45 mil inscritos. El per cápita no permite tanta contratación de horas médicas para la cantidad de usuarios que tenemos”, dijo.

“Por ejemplo, aquí los diabéticos tenemos atención de podólogo, psicólogo y médicos que ven salud mental, pero hacen falta especialistas para estas personas crónicas, para que no sean derivadas al hospital y estén esperando tanto tiempo por una hora con especialista. Sería bueno que una vez al mes, si uno está muy descompensado, tuviera un especialista de medicina interna. El San Ramón tiene un médico de salud familiar y otro médico que va con otros programas para crónicos, pero hace falta reforzar esos temas, que el cesfam no derive al hospital”, añadió.

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