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La gran deuda de Ñuble: contar con alcaldesas y candidatas a gobernadora

La ley 20.840, que reemplazó el sistema binominal, estableció la ley de cuotas en elecciones parlamentarias hasta 2029.

Si bien esto facilitó el aumento de mujeres en el congreso (cuya presencia aún dista de ser equitativa), y la incorporación de temas relacionados con igualdad, inclusión, y desarrollo social y ambiental; la nominación de candidatas para la elección de cargos unipersonales (alcaldes, gobernadores regionales), en la cual no rige la paridad de entrada, sigue siendo dominada por los hombres.

Y el ejemplo más cercano lo tenemos en Ñuble, región donde ninguna de sus 21 comunas es regida por una alcaldesa, y en la que para las pasadas elecciones de gobernador(a) regional, compitieron siete hombres en primera vuelta.

Hoy, ad portas de las designaciones de los(as) candidatos(as) para las municipales y regionales del 27 de octubre próximo; los nombres que se barajan en los partidos políticos nuevamente son, en su mayoría, masculinos.

“La paridad es un medio”

Según la académica del Departamento de Ciencias Sociales de la U. del Bío-Bío, Soledad Martínez, “la verdad es que la paridad no es el objetivo, sino un medio. Entonces la paridad es importante, pero no buscamos la paridad como algo que es como el último fin. La paridad es un signo también de que las cosas no están funcionando. Si está instalada la paridad como ley es porque algo se necesita. La paridad funciona como una forma de mejorar la participación de las mujeres en situaciones en donde ésta es poco normativa. Y eso, esa baja normatividad de la participación de las mujeres, está dada por la estructura patriarcal de no solo los partidos, sino que la forma en que se estructura el Estado y todo, pero también tiene que ver con los aspectos microsociales, con la mirada más íntima que tiene cada persona”.

Otra cuestión, sostuvo, “tiene que ver con cómo concebimos el liderazgo, porque todavía el liderazgo político en los sectores partidarios es concebido más en la línea presidencialista, como una persona más que un equipo, y esa persona tiene ciertas potestades, tiene una cierta forma de gestionar el poder que tiene que ver más bien con dar instrucciones, dar órdenes, mandar. No se entiende el cargo o la autoridad como algo que se ejerce de manera democrática, en conjunto con personas, desde las emociones, y claro, entonces el liderazgo que ejercemos las mujeres en general es visto como menos relevante, menos importante, y también, con menos posibilidades”.

Según Martínez, “obviamente las estructuras partidistas tradicionales no nos sirven y no están ayudando a la incorporación de las mujeres. Hoy día tenemos mujeres que se erigen como candidatas naturales, y son bajadas por los partidos en pos de candidaturas que son más estructurales, más del partido, más institucionales. Y estos liderazgos naturales se han ido dejando de lado. Eso, por supuesto, hace perder talento y también confianza, la ciudadanía pierde confianza. Sin embargo, yo apuesto allí por un cambio más bien en la forma en que se piensa todavía lo masculino y lo femenino. Y como psicóloga, yo creo que igual todavía hay sesgos androcéntricos, sexismo, estereotipos, prejuicios, inconsistencias también, porque tiende a haber un discurso políticamente correcto de que ‘sí, las mujeres son fantásticas’, pero en la casa tengo una relación totalmente tradicional con las mujeres, o en mi partido se ocultan o se permiten conductas de acoso sexual, por ejemplo, y las tapamos como si fueran poco importantes. Ese tipo de cosas también van generando un mensaje respecto de la importancia y el peso que las mujeres tenemos y merecemos tener en las estructuras políticas”,.

Paralelamente, expresó, “está el tema de la división sexual del trabajo en el ámbito político, donde se produce, igual que en otros ámbitos de la vida pública, una segregación horizontal, y entonces se entiende que hay un trabajo, unas labores que son más masculinas, y otras que son más femeninas, y a las mujeres en general se les entregan cargos que están más asociados con el cuidado doméstico, y claro, con menos prestigio, porque también hay una relación inversamente proporcional entre el prestigio del cargo y la feminización. Por eso vemos que hay más concejalas y menos gobernadoras, porque se dan estos dos fenómenos”.

Fomentar el liderazgo temprano

Para la politóloga y académica de la U. de Concepción, Jeanne Simon, “lograr la paridad es muy difícil. El sistema que ha funcionado mejor ha sido justamente el ‘sistema de cebra’ y la paridad de entrada y salida, como la que hubo para las elecciones de convencionales y consejeros(as). Ése fue, en verdad, un muy buen sistema. Claramente, es más difícil el tema cuando es una elección unipersonal. Ahora, la tendencia de presentar candidatos por sobre candidatas es algo transversal entre los distintos países, y se asocia generalmente con la idea que el hombre es político, mientras que la mujer se dedica a la esfera privada, familiar, etcétera, a cuidar. Ahora, si miramos los cargos donde no hay remuneraciones, hay muchas más lideresas, y yo diría que cada vez más vemos a mujeres que utilizan esa plataforma de liderazgo, especialmente a nivel local, para ir entrando a otros cargos. Pero tiene que ver esencialmente con la idea que las mujeres tienen menos experiencia en liderazgo y en gestión, y por lo mismo, no son consideradas candidatas”.

Segundo, añadió, “también muchas veces las mujeres se autoexcluyen por la violencia política que existe hacia ellas. Hay una tendencia a una crítica mucho más superficial, de enfatizar su apariencia, etcétera, y puede ser que también enfrenten ciertos problemas de apoyo desde sus propios partidos”.

Simon cree que se deben apoyar los programas que promueven el liderazgo y apoyan a mujeres en distintos cargos desde una temprana edad.

“Obviamente la ayuda de ir generando redes que permitan lograr mayor apoyo nacional e internacional. Así, poco a poco se va transformando la sociedad a través de la educación”, afirmó.

“Ley de cuotas no es suficiente”

Desde el ámbito político, según la presidenta regional del PPD, Yesenia Figueroa, “lo primero es entender que los partidos políticos hemos tenido un incentivo para las elecciones parlamentarias con cuotas establecidas para que ningún género supere a otro en el 60% en el proceso de inscripción. Sin embargo, esta normativa no contempla lo mismo para las municipales ni para los cuerpos colegiados como las y los concejales o consejeros regionales. Por tanto, mucho menos para cargos uninominales como alcaldes o alcaldesas”.

Agregó que “existe un incentivo a los partidos políticos con financiamiento especial del 10% para ser utilizado en promoción de la participación política de las mujeres en este espacio. El PPD ha dado ejemplo de buen uso de recursos, preocupado en el país y en la formación política de las mujeres y rendiciones correctas ante el Servel. También como incentivo existe el financiamiento especial a las candidaturas a la hora de rendición financiera ante el Servel por gasto en campaña. Todo esto es importante, pero aún estamos en deuda con la aprobación en el congreso de la ley de cuotas para concejales, concejalas y consejeros y consejeras regionales, que estaba congelada hace varios años”.

Sin embargo, dijo, “pese a esta falta de norma que incentive y motive a los partidos a la inclusión de mujeres, el PPD es líder en establecer con aprobación en consejos nacionales, máximo órgano partidario, la paridad en la inscripción de las candidatas y candidatos a concejales ya regulados desde la elección municipal de 2021. En Ñuble, estoy yo como presidenta regional; tenemos a nuestra senadora Loreto Carvajal, a nuestra consejera regional Lorena Vera y a las concejalas Yanina Contreras en Chillán, Viviana Nova en Trehuaco, Rosa Oñate en Pinto y Patricia Moncada en Yungay. Tenemos un partido abierto al trabajo y promoción de las mujeres, sin embargo, es una labor constante”.

Figueroa mencionó que “a las mujeres les cuesta aún reconocer que somos lideresas en los barrios y comunas, y aún siéndolo, no tomar la opción de asumir la responsabilidad de un cargo de elección. También es complejo, porque la responsabilidad de la casa y del cuidado de hijos e hijas, de personas mayores, aún está muy asignado como si fuera de exclusividad de mujeres. La cultura patriarcal está muy presente. Somos un partido feminista, pero el seguir avanzando no solo depende de los partidos, también depende de la ciudadanía, de los medios de comunicación y que la normativa obligue a los partidos a tener paridad en todos los cargos colegiados. Son cambios culturales que toman tiempo y hay que forzarlos”.

Desde Convergencia Social, su presidenta regional, Francisca Leyton, planteó que “nosotras creemos que históricamente han sido  las figuras masculinas las potenciadas en materia política, teniendo cierta ventaja solo por el peso de la tradición y la cultura política en que se les ha posicionado como líderes. Los partidos políticos tenemos el deber y la responsabilidad de realizar esfuerzos conscientes y consistentes en fomentar y visibilizar los liderazgos femeninos no sólo en las próximas elecciones, sino que también en todos los espacios y organizaciones en que las mujeres históricamente han realizado trabajos de dirigencia, organización y liderazgo en la comunidad y territorios”.

Sostuvo: “es que creemos que la ley de cuotas no es suficiente. Son los partidos, e incluso, organizaciones dedicadas al fomento de la participación y formación ciudadana, quienes tenemos un llamado y responsabilidad clave para hacer una cultura política más paritaria e inclusiva, que reconozca en las mujeres su experiencia, sus capacidades y su liderazgo, pues ellas llevan años trabajando día a día por la región y el bienestar de su gente”.

Atreverse a dar el paso

Para la exconsejera constitucional, exseremi de Bienes Nacionales y militante de la UDI, Carolina Navarrete, la paridad es algo que va muy de la mano de la formación de más mujeres en política.

“Yo creo que el desafío es ése, formar a más mujeres que se atrevan, y que además de formarlas, sean valientes al dar el paso de ser candidatas. En Ñuble vimos cómo las personas, con voto obligatorio, se inclinaron en las últimas elecciones de consejeros por dos mujeres”, mencionó.

Respecto de cargos unipersonales como alcaldías y la Gobernación, Navarrete estima que son desafíos que deben mirarse a largo plazo. “Esto, en el sentido de que generalmente son los concejales o concejalas quienes luego se atreven a tomar el siguiente nivel, el siguiente paso de ir como candidatos(as) a alcaldes(as), y obviamente también se pudiese replicar lo mismo dentro del consejo regional, para poder optar a un cupo y ser gobernadora regional. Por lo tanto, mi opinión es que hay que pensar a largo plazo para poder suplir la falta de liderazgo femenino en la región en esos cargos, porque se ha demostrado que Ñuble tiene buenas mujeres candidatas, y para eso hay que hacer un trabajo desde las bases”, manifestó.

Cecilia Medina, militante del Partido Republicano, y quien obtuvo la primera mayoría como consejera constitucional, destacó que en su colectividad “contamos con un departamento de mujeres que precisamente busca potenciar talentos femeninos para servir a  Chile. De esta manera, realizamos durante el 2023 diversos talleres de formación para dotarlas con mayores herramientas políticas para los desafíos que vienen este 2024. Ahora estamos en una etapa de evaluación del 2023, donde finalizamos el año con encuentros en 12 regiones del país, y de planificación del 2024, apuntando a la importancia de que nuestras mujeres republicanas sean un aporte al país con sus propias vivencias y experiencias personales y que realicen un gran trabajo territorial”.

En tanto, Alejandro Mellado, presidente regional de Evópoli, planteó que “la mujer ha recorrido un largo camino para llegar a la posición en la que hoy se encuentra. Este camino no ha sido parejo para todas, pero distintos acontecimientos a nivel mundial, generaron un movimiento sin retorno hacia la integración de la mujer, donde hombres y mujeres son iguales en dignidad y derechos”

Según Mellado, “el avance ha sido significativo, aún queda camino por recorrer, pero las sociedades van más rápido que la legislación y normativas, por tanto, como ya hemos visto en distintos escenarios, las mujeres están en todo ámbito de poder, de decisión y proyección. Solo nos resta generar la debida actualización y modernización de un Estado que esta ‘out’ en pleno siglo XXI, y con ello, lograr la adecuación de normas y de legislación que son necesarias para dar ese tan necesario paso a una transversalidad de ideas y consideraciones de género. Creo que vamos bien encaminados, Chile avanza y exige cambios enfocados en su gente, en la unidad, el respeto y la libertad como ciudadanos”.

Sobre el rol de los partidos políticos en potenciar a sus figuras femeninas, afirmó que “nuestra responsabilidad es saber conectar con la sociedad, y con ello generar espacios políticos atractivos para el buen desarrollo de ideas, y proyectarlas como posibles políticas públicas, esos espacios deben ser adecuados y de interés para mujeres líderes. Ahí hay un tremendo desafío para todos los partidos políticos, el saber generar espacios de interés femenino”

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