El bajo precio de la uva y los altos costos de su producción han obligado a muchos agricultores de Quillón a buscar otros rubros. Uno de ellos es el cultivo de frutillas, que ya lleva más de 10 años en la comuna.
“Lo de la frutilla fue algo novedoso para nosotros cuando llegó. Antes nos dedicábamos a las puras viñas y los bajos precios de la uva nos llevaron a buscar nuevas alternativas. Es mucho más rentable tener dos mil plantas de frutilla que tener dos mil de uvas”, contó José Manuel Stuardo, pequeño productor de frutillas.
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Actualmente, cerca de 30 agricultores se dedican a la fresa, cuya producción es solo para venta en fresco, directamente al consumidor. Y es que la condición de comuna turística les permite comercializar a buen precio las frutillas.
Hace un año y a través del programa Prodesal, un grupo de agricultores instaló una parcela demostrativa en el sector Huenucheo, donde actualmente se producen seis variedades de frutillas, con el objetivo de observar su rendimiento en suelos quilloninos y sumar otras alternativas a la variedad Albión, que se cultiva actualmente.
“El cultivo de frutillas siempre ha sido una alternativa para el pequeño agricultor que ha ido saliendo de los rubros tradicionales hacia rubros más intensivos e innovadores, y la frutilla es una muy buena alternativa, ya que en pequeñas superficies puede ser muy rentable. Este centro demostrativo que implementamos el año pasado, nos sirve para evaluar en la zona otras variedades. Por lo tanto, para un pequeño agricultor, la decisión de qué variedad debe plantar y en qué fecha es muy importante para optimizar su negocio”, aseguró Óscar Avendaño, ingeniero agrónomo y asesor en berries.
Fueron 16 productores de frutillas los que llegaron a la parcela demostrativa para aprender sobre las variedades alternativas que podrían tener a su disposición. Avendaño les dio una charla explicando aspectos importantes de la siembra, manejo y cosecha de las variedades San Andreas, Portola, Monterrey, Merced y Frontera.
En la instancia, también participó el alcalde Miguel Peña. “Es importante para nuestros productores tener nuevas alternativas de cultivo y dar mayor rentabilidad a sus emprendimientos. Por lo mismo, trajimos a un experto para que les explicara los detalles de los nuevos cultivos, pero que también vieran en terreno las alternativas que tienen”, indicó el alcalde.
El kilo de frutillas puede venderse en fresco a $1.500, un precio bastante alejado de los $180 en que se comercializará este año la uva en Quillón. Lo mejor, según señalaron los productores, es que el costo de producción es considerablemente más bajo.
Se estima que en la comuna se explotan entre 120 mil y 130 mil plantas de frutillas, que pueden llegar a producir durante seis meses. Con las variedades alternativas, se estima que la producción aumente a ocho meses, lo que traería más y mejores dividendos a los frutilleros.
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