Señor Director:
Con asombro me he enterado de la cantidad de millones de pesos que este año destinó la Municipalidad de Chillán para la organización de la Fiesta de la Longaniza, un derroche de comida y ruido que poco aporta al desarrollo de la ciudad y al bienestar de los habitantes, sino que, por el contrario, ocasiona dolores de cabeza a los automovilistas que se encuentran con el tránsito cortado.
Yo me pregunto si efectivamente los millones invertidos se traducirán en un beneficio para la ciudad en términos de llegada de turistas o mayor promoción de la producción local. ¿Requiere más posicionamiento la famosa longaniza de Chillán?
Pienso que, a pocos días de haber sufrido una lamentable emergencia, esos cuantiosos recursos podrían haber tenido un destino más honorable que llenar las panzas de los chillanejos con embutidos y alcohol, sino que podrían haber contribuido a paliar el dolor de muchas familias damnificadas. Quiero acotar que si bien, a última hora, el municipio introdujo un elemento de solidaridad en la actividad, éste consistió únicamente en destinar un espacio para recibir donaciones de los asistentes.
¡Tantos recursos mal gastados nuevamente!
Víctor Salamanca
