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Excarabinero se transforma en “intérprete” de haitianos en Ñuble

Durante 30 años el ñublesino por adopción, Hugo Muñoz Garrido, trabajó como carabinero y hoy sigue velando por la seguridad de las personas, pero desde otra vereda.

El exsuboficial mayor cruzó la fronteras del país para trabajar en México, pero aún así sigue vinculado a la Región de Ñuble, ayudando a sus colegas como traductor de creole, la lengua criolla de los haitianos.

Hijo de minero del carbón es oriundo de Lota, pero más bien un coihuecano de corazón, ya que desde la década del 80 vive en territorio ñublensino, donde desarrolló gran parte de su vida laboral y familiar.

En la actualidad, hace 21 meses, se encuentra trabajando en México en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) donde se desempeña como oficial del Departamento de Seguridad y Salvaguarda.

En el pasado, mientras trabajaba como uniformado, Hugo participó en tres misiones en Haití, oportunidad donde aprendió el idioma y pudo conocer más sobre la realidad de aquellos ciudadanos que hoy han emigrado en forma masiva a Chile.

Al recordar la experiencia en ese país caribeño señala que fue “dura, llegar a un país con muchos problemas pero con el tiempo uno va viendo los resultados, yo trabajaba con la policía haitiana. (…) Me vi obligado a aprender francés y también creole, generalmente los policías que van a misiones de paz son pocos y estando allá, a uno lo trasladan dentro del país a cualquier zona, como máximo con uno o dos compañeros de la misma nacionalidad, se puede quedar solo en ocasiones”, menciona.

Su paso por Haití le permitió hoy prestar ayuda a sus colegas de diversas reparticiones para superar las barreras del idioma que poseen en algunos procedimientos que involucran a ciudadanos haitianos.

“Las veces que me ha tocado intervenir es por problemas de violencia intrafamiliar, agresiones o detenciones también. He ayudado a personas civiles a solucionar problemas de índole laboral. También he servido de enlace para ayudarlos a obtener trabajo”, comenta.

Si bien hoy conversa con La Discusión desde tierras aztecas, sigue conectado a Coihueco, donde vive su esposa, Nina Villalobos Parada, quien es directora del liceo municipal y con quien tiene tres hijos, Hugo, Carolina y Jorge. Por esta razón viaja con frecuencia y mantiene el contacto con sus compañeros uniformados, quienes valoran y reconocer la vocación de servicio de Hugo.

“Totalmente desinteresada, es un compromiso personal que siempre he tenido, de ayudar a mis ex colegas y civiles que lo requieran. Cuando uno domina otra lengua que no sea la materna, en mi caso inglés, francés, creole, siempre está la posibilidad de ayudar”, manifiesta.

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