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“Cualquier niño genio se salta etapas y Claudio Arrau no fue la excepción”

A fines de abril se estrenó la obra de teatro “Arrau, el otoño del emperador”, escrita por Ximena Carrera y dirigida por Francisco Krebs. La obra, estrenada en el Teatro Municipal de Santiago, repasa aspectos de la vida y obra de quien fuera el más grande pianista del siglo XX y las posibilidades de que el montaje llegue al Teatro Municipal de Chillán en junio próximo, son muy ciertas.

La obra también marcó el regreso del género teatral al Teatro Municipal de Santiago tras casi veinte años, lo que ha provocado que las funciones que se han programado hasta mediados de mayo se agoten.

Mientras las conversaciones siguen para que Chillán pueda disfrutar del talento del equipo y de la historia del pianista que habla de luces y sombras, La Discusión conversó con el director del montaje teatral, Francisco Krebs, quien reveló cómo se desarrolló el proceso de creación y cómo en lo personal se acercó al personaje chillanejo.

¿Cómo nace la idea de tomar este texto y dirigir esta obra?

El proyecto surge desde el Teatro Municipal. Es un proyecto que nace de una conversación entre Javier Ibacache y Carmen Gloria Larenas a propósito que se cumplían 100 años desde que él toco en el Teatro Municipal y 30 años desde su fallecimiento. Tomamos la figura de Claudio Arrau con el fin de generar atractivo desde la música, pero también del tremendo personaje que fue. Así llega la dramaturga Ximena Carrera para construir este texto que dirijo junto a un grupo de actores y actrices.

¿Cómo fue el proceso de investigación en torno al personaje?

Yo conocía su figura por cultura general, sabía que había sido un pianista muy importante. Yo soy de Puerto Montt y en la casa de una vecina existía un piano en donde había tocado Arrau en una de sus visitas. Ese salón era casi sagrado y así lo recuerdo desde pequeño. Investigamos su biografía, vimos documentales, repasamos las entrevistas. Ahora soy un experto en Claudio Arrau (risas).

¿Cuáles son estos pasajes de su vida que no conocemos?

Cualquier niño genio, en cualquier disciplina, se salta etapas. Claudio Arrau pasó de ser un niño de cuatro años que tocaba música a ser un estudiante en Europa. Él se salta etapas de la niñez y de la adolescencia y se instala como un intérprete en piano y hace su vida desde ahí. Cuando hablamos de fantasmas, hablamos de los sacrificios que tuvieron que hacer, las cosas que tuvo que aguantar para validarse en Berlín en medio de la Segunda Guerra Mundial. Cuando decide escapar y hasta dónde aguantó estar ahí porque era profesor del Conservatorio en Berlín, era del establishment. La obra sitúa a una periodista (Paloma Moreno) que le pregunta, por ejemplo, por qué tocó para el dictador, y por qué no se bajó del escenario. Él explica que a la luz del tiempo las cosas se pueden ver de una manera, pero que hay que estar ahí para darse cuenta de ciertas cosas. Los fantasmas o lados oscuros tienen que ver con lo que le tocó vivir, atravesó la historia del siglo XX y estuvo donde las papas queman. No solo en términos de ser el más grande pianista del siglo, sino además, el estar en los lugares en donde la historia estaba ocurriendo y donde él tuvo que tomar decisiones.

¿Cómo llegaste a ese tremendo elenco?

Lo escogí porque eran personas con las que había trabajado. Sabía que podían participar de muy buena manera con las exigencias que tiene este montaje. La obra plantea a esta periodista, pero entremedio hay flashbacks y requería a actrices y actores con mucho oficio. Ahí pensé en Paola Volpato que hace tres personajes en la obra; en Francisco Ossa, quien es capaz de hacer al estudiante de Arrau y al Presidente Montt. Pensé en Paloma Moreno, porque sabía que ella sería capaz de sostener la obra desde el papel de la periodista. De Tito Bustamante nunca tuve dudas para el papel de Arrau, tiene el oficio, el talento y la creatividad a la altura del personaje.

¿Qué posibilidades hay de poder contar con el montaje en el Teatro Municipal de Chillán?

Hay posibilidades muy concretas, estamos en conversaciones y muy felices de estar allá, nos entusiasma mucho la idea. Esperamos que este trabajo lo puedan ver en la tierra de Arrau. Este es un proyecto al que le he tomado mucho cariño. También a Arrau, esto de alguna manera me ha hecho empezar a estimar a Claudio Arrau más allá del personaje gigantesco que fue en la música. Es muy complejo todo lo que le tocó atravesar, se mantuvo activo hasta el final de los días y eso es muy valorable.

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