Conforme a la PDI de Chillán, el autor de los disparos que le costaron la vida a Yoshua Navarrete Navarrete, de 23 años, el pasado 2 de noviembre, en la población Vicente Pérez Rosales, ya estaría identificado, por lo que el Juzgado de Garantía de Chillán ya emitió una orden de detención en su contra.
Fuentes ligadas a la investigación confirmaron, además, a La Discusión, que ya se habría acreditado que la expolola de Yoshua Navarrete, (quien ya declaró) habría ido de copiloto en el camión tipo 3/4 del que según testigos, salieron los disparos, descartándose por el momento que ella los haya efectuado.
Sin embargo, lo que pareciera ser un caso policialmente resuelto, aún no tiene detenidos ni formalizados, pese a que desde el día siguiente a la muerte del joven trabajador de la empresa Coca Cola, testigos del hecho aportaron todos los antecedentes necesarios a la Brigada de Homicidios.
Seis días después, es decir, el pasado lunes, la paciencia se terminó en la población Vicente Pérez Rosales, y sobre 60 personas, todos residentes del lugar, realizaron una barricada en la avenida Mariscal Ruiz de Gamboa, la que incluyó fogatas, pancartas, cánticos y la detención del tráfico por algo más de dos horas.
Al lugar llegó personal de Carabineros, encabezados por el Grupo de Operaciones Especiales (GOPE), “pero nosotros conversamos con ellos y les explicamos que nuestra intención era protestar de manera pacífica, y lo entendieron, así que nadie tuvo problemas”, explicó Yasna Navarrete, madre de Yoshua.
Solo un grupo de adolescentes que se sumaron a la protesta, ya cerca de las 00.15 horas, intentaron derribar un semáforo, “pero nosotros mismos les fuimos a pedir que no lo hicieran, porque no era esa la intención”, añadió.
Finalizada la manifestación, Carabineros confirmaría que no hubo detenidos.
Recibía amenazas
Es unánime en el barrio. Esto no fue ni líos de drogas, ni ajuste de cuentas, ni un asalto. “Al Yoshua lo mandó a matar la polola, porque él había terminado con ella, por varias razones, y una de ellas, es que había descubierto que ella seguía teniendo una relación con su ex, quien sí vendía drogas”, acusa la madre.
Yoshua, por su parte, no tenía antecedentes penales ni había sido detenido jamás.
Creció bajo los cuidados de su abuela María en Chillán, y tras terminar su enseñanza media, se fue a trabajar a la botillería de su padrastro, Salvador Strada, en Santiago, para retornar a Chillán y seguir trabajando.
“Él fue siempre un joven tranquilo, bueno, que solo le interesaba trabajar y salir adelante. Lamentablemente, conoció gente con la que jamás debió involucrarse, y cuando trató de salir de ese ambiente, lo empezaron a amenazar de manera constante, por teléfono”, explicó el padrastro.
De tales amenazas se enteraron por un amigo a quien le relató lo de los mensajes, “porque él nunca nos contó para no preocupar a su abuela. Ahora eso está siendo analizado por la PDI”, detalló la madre.
Yasna dice que “lo que molesta es que siento que la policía está como esperando que ellos se vengan a entregar, mientras nosotros sabemos que andan libres como si no hubiesen hecho nada. Ya mataron a otro joven a tres cuadras de aquí, hace unos años y nunca se detuvo a los autores. Nosotros somos una familia fuerte y por ningún motivo vamos a dejar que nos pase lo mismo”.
